Ismael Cortés: «Nos jugamos una solución dialogada al conflicto»

Entrevista. El Diputado de En Comú Podem por Tarragona advierte a ERC: «Si no se inviste a Sánchez, habrá terceras elecciones y daremos la oportunidad a un mayor ascenso de Vox y un gobierno del trifachito»

01 diciembre 2019 11:00 | Actualizado a 01 diciembre 2019 18:36
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El PSOE y ERC están en plena negociación sobre la investidura o no de Pedro Sánchez. ¿Cómo convencería usted a Esquerra de que apoye a Sánchez, con el que su partido ha pactado?

Primero, destacar que En Comú Podem respeta los procesos internos de los partidos. A ERC le diría que nos jugamos una solución dialogada al conflicto político en Catalunya. La única condición para que haya una mesa que aporte una solución democrática es un gobierno progresista. Sin esa condición sine qua non continuaremos en el bloqueo sistemático.

¿Habrá terceras elecciones?

Si no hay una investidura antes de Navidad que le dé la Presidencia a Pedro Sánchez, las habrá y darán la oportunidad a un mayor ascenso de Vox y una formación de gobierno del trifachito.

ERC les considera una «garantía» porque siempre han hablado de «conflicto político» y «presos políticos». ¿Saldrán esas expresiones o cuestiones en el Consejo de Ministros?

No lo sé. Lo que siempre hemos defendido son tres elementos: el reconocimiento de los actores políticos, entrar en diálogo sin líneas rojas y garantía jurídica de lo que salga de la mesa de negociación.

El preacuerdo que presentaron Pedro Sánchez y Pablo Iglesias hablaba de diálogo «dentro de la Constitución». Es más de lo mismo. ¿Qué aporta de nuevo como posible solución?

Dentro de la Constitución cabe una interpretación flexible de la articulación de Catalunya con el Estado. Eso implicaría reconocer que hay una historia política detrás del conflicto presente. Hay que hallar una solución pactada, no unilateral. No puede ser la repetición de un escenario fallido.

¿Su partido sigue apostando por el indulto a los presos? Sánchez dijo que no lo concedería.

Son escenarios diferentes. A media que avance el diálogo, el indulto se mostrará como la vía más rápida y realista.

Será la más realista quizá de cara al independentismo, pero no de cara al españolismo.

Es la más realista de cara a todo el mundo. Indultos de naturaleza contradictoria se han dado varios en este país. Tenemos que ser capaces de pensar más allá de la autoreferencia política. Sería de interés general que los presos estuviesen fuera de la cárcel. Contribuiría a desinflamar y al diálogo. Creo que es una opinión compartida por la inmensa mayoría de la ciudadanía progresista.

Iglesias alertó que «vamos a tener que ceder en muchas cosas». El pasado miércoles, PP y Cs apoyaron el ‘decreto digital’ de Pedro Sánchez que permite cerrar webs. El decreto, cuando menos, cuestiona la libertad de expresión. Ustedes no votaron en contra sino que se abstuvieron. ¿Es la primera de esas cesiones a que aludía Iglesias?

Nuestra abstención no fue una cesión, sino lo contrario. Pedimos que se tramite como ley para que pueda incluir enmiendas. Vamos a enmendarlo para garantizar las libertades individuales en el uso de las redes sociales y la creación de webs. Si se quiere intervenir una web, debe haber una orden previa del juez. También pretendemos evitar la centralización por parte del gobierno.

¿Centralización?

Puede existir el riesgo de que la administración pública limite la posibilidad de que las comunidades autónomas puedan contratar servicios de telecomunicaciones y administren la Red. Nos comprometemos a trabajar en una propuesta que contenga un marco legal preventivo de los usos potencialmente centralizadores y autoritarios.

‘Viajemos’ a la noche electoral. ¿Pensó entonces que el acuerdo entre Podemos y PSOE iba a ser tan rápido?

Fue lo que prometió Sánchez durante la campaña y la precampaña: que habría acuerdo en menos de 48 horas. A pesar de todo el escepticismo que podría rodear nuestras relaciones con el PSOE antes de las elecciones, creo que hay que tener un mínimo de credibilidad en la palabra de un posible socio de gobierno. Yo tenía esperanza de que fuese posible.

Aludía usted a Vox. Su ascenso del 28-A al 10-N ha facilitado el pacto entre la izquierda.

Supongo que ha tenido que ser un elemento de peso por lo que comporta tener una fuerza política de ultraderecha con 57 escaños en el Parlamento. Además el cálculo electoral le salió mal a Iván Redondo (el principal asesor de Pedro Sánchez).

¿En qué sentido?

Redondo creía que Ciudadanos saldría reforzado y que la bajada que ha sufrido Ciudadanos la tendríamos nosotros. Nada más ver que su plan se había desbaratado no tenía ninguna otra alternativa. Quizá un pacto tácito para lograr la abstención del PP, pero se habría cargado el juego tradicional de izquierda-derecha. Supongo que Vox era un elemento de peso, de presión, de urgencia.

Aparte de Vox ¿cuál es la diferencia entre abril y ahora?

Si hay dos personas que tienen la auténtica respuesta a su pregunta son Pedro Sánchez e Iván Redondo. Son los arquitectos de esta jugada que no les ha salido bien. El reparto de bloques sigue siendo prácticamente el mismo, aunque, eso sí, con la subida de Vox, es decir el aumento del voto al partido antisistema, al partido políticamente incorrecto.

«Partido antisistema». Esa era la definición de Podemos cuando nació, una formación que se beneficiaba del ‘voto del cabreo’ y perdone la expresión.

Más que el partido del cabreo éramos el partido de la esperanza. La gente realmente creía que con Podemos las instituciones se iban a transformar de una manera rápida. Por eso tuvimos ese voto. El voto a Vox ha sido el voto del hartazgo. Introduciría este matiz.

¿Qué errores cometieron ustedes en las negociaciones tras las elecciones del 28-A?

Hay que atribuir particularmente a Pablo Iglesias un error y un acierto. El acierto fue mantenerse en la posición de que, si no estábamos en un gobierno que nos permitiese hacer unas mínimas políticas sociales, no tenía sentido darle el voto gratis al PSOE.

Una postura que no era compartida por muchos.

Mucha gente desconfiaba de ir a unas segundas elecciones con la cabeza alta y con la dignidad intacta después de que Pablo Iglesias hubiese dado un paso atrás por el veto que había impuesto Pedro Sánchez. Había gente que apostaba por el acuerdo programático. Los resultados electorales le han dado la razón a Iglesias.

¿Y el fallo?

Mostrar una correlación de debilidad que no era tal, y eso se ha demostrado ahora. Unidas Podemos tenía la fuerza suficiente como para llevar al PSOE a formar una coalición de gobierno.

¿Correlación de debilidad?

En aquel momento hubo poca confianza en la fuerza que nos habían dado las urnas. Era suficiente. Más de la que tenemos ahora. Era suficiente como para haber hecho una negociación más dura y haber llegado a un acuerdo en aquel momento, aunque el Partido Socialista no pensaba lo mismo. Ellos creían que saldrían muy reforzados.

Dice que los resultados electorales le han dado la razón a Iglesias, pero ustedes han bajado en votos en toda España.

En política nunca se puede hacer un cálculo netamente cuantitativo. Hay que tener en cuenta al menos dos elementos. El elemento comparativo (la bajada de cuatro puntos de la participación respecto del 28-A) y el contexto.

Explíquenos su visión del contexto.

Es un contexto con el nacionalismo a nivel estatal, con la fuerza irruptora de Vox, y por otro en Catalunya con los partidos independentistas. Todo se ha radicalizado tras la sentencia del Procés. Que hayamos mantenido 7 diputados en el conjunto de Catalunya y hayamos conseguido uno en Girona es un resultado positivo.

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