Josep Anton Ferré: «Nos sentimos la universidad de una ciudad que no tiene nombre»

La mejora de la financiación del sistema universitario catalán y la reivindicación de una unidad territorial son los ejes vertebradores del discurso del actual rector de la URV y candidato a repetir en el cargo

05 mayo 2018 11:18 | Actualizado a 09 mayo 2018 10:55
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Josep Anton Ferré (Vila-seca, 1958) es catedrático de Mecànica de Fluids del Departament d’Enginyeria Mecànica de la Universitat Rovira i Virgili. Fue elegido rector el 13 de mayo de 2014 y opta a la reelección para otros cuatro años en los comicios del 15 de mayo.

¿Su proyecto para los próximos cuatro años es continuista?
Sí, lo es porque sigue una parte importante del equipo y porque muchos de los puntos son la culminación de procesos iniciados el primer mandato, pero también es continuista con lo anterior, ya que había colaborado con Francesc Xavier Grau, Lluís Arola y Joan Martí.

¿Debería darse entrada a nuevas personas?
Claro que sí, lo que pasa es que ahora, a mitad de lo que uno entiende que es su mandato, no tiene sentido hacer un relevo.

¿Cree que el hecho de que haya una segunda candidatura es porque hay una parte de la universidad que no se siente representada?
Sí, claro. Si es una parte muy grande o muy pequeña lo veremos con el recuento de votos, tan solo las dictaduras tienen unanimidades. Es normal dentro la vida universitaria. 

¿Cómo interpreta el mensaje?
Que la universidad es plural y diversa.

¿Qué modelo de universidad defenderá si sigue otros cuatro años?
Una universidad al servicio de las personas, preocupada para que los títulos sean de interés para las personas, capaz de atraer a estudiantes de otros ámbitos y capaz de generar confianza en los empleadores. Una universidad con oportunidades reales y de progreso para sus trabajadores, con unas infraestructuras modernas y que necesita atención de la sociedad y una mayor inversión, junto con una reducción de las tasas. 

La mejora de la dotación presupuestaria ha sido uno de sus caballos de batalla, ¿en qué le ha limitado tener unos presupuestos congelados?
Hemos hecho un esfuerzo para no despedir a nadie, pero nos ha limitado porque hay ámbitos en los cuales no hemos podido crecer. Hay departamentos con demasiado profesorado asociado y áreas con unas cargas de trabajo muy superiores a los recursos disponibles. 

Los profesores asociados, vinculados al tejido productivo, representan casi la mitad del personal en algunos departamentos, ¿es el modelo a seguir?
Lo es, siempre que no se supere una cierta tasa que creemos que debería situarse como máximo al 30%. Con algunas excepciones, como el ámbito de la salud, donde es normal tener a muchos asociados médicos. Por ello hablamos de aumentar la calidad de la contratación y de poner en marcha la reposición del personal.    

¿Qué significa en cifras?
Tenemos unos 1.100 profesores equivalentes a jornada completa (EJC) y unos 400 EJC asociados. Nos gustaría poder convertir cien contratos de asociado a profesor lector. Supone pasar de 10.000 euros al año a pagar 35.0000, lo que representa 2,5 millones más en gastos de personal. Nos pasa lo mismo con los 1.250 estudiantes de doctorado, de los cuales tan solo 250 tienen contrato. Para ofrecer cien nuevas becas doctorales debemos disponer de 1,8 millones, para ello es imprescindible que se incremente la subvención, porque si no acabamos teniendo una universidad y un país low cost

Con el CEICS se definieron cinco ámbitos estratégicos prioritarios, ¿siguen vigentes?
Los estuvimos revisando con el Pla Estratègic de Recerca con un doble sentido. En primer lugar, porque son cinco sectores en los que nuestra investigación debe ser relevante, porque son los ejes de la economía del territorio. Ahora, hemos completado el discurso con los retos sociales como territorio, como pueden ser el bienestar y la sostenibilidad. 

¿Cuál debe ser la relación con el tejido productivo para que los jóvenes que estudian cuando salgan tengan un trabajo?
De los 2.000 estudiantes que cada año acaban casi todos han pasado por unas prácticas curriculares o extracurriculares. Por un lado, estamos dando a los estudiantes un primer contacto con el mercado laboral y, por el otro, cuando hablas con los empleadores te dicen que esto se ha convertido en su modo habitual de reclutamiento de personal. Esto en lo que se refiere al sector productivo, pero ahora, Ensenyament abre listas de secundaria porque hacen falta profesionales. Dentro de X años, pasará lo mismo con los profesionales del ámbito de la salud. 

¿La universidad debe seguir ejerciendo de eje vertebrador del territorio? 
Una de las misiones de la universidad es intentar transformar la sociedad, dando el máximo valor a cada una de las personas, pero también aportando ideas para avanzar conjuntamente. Deberíamos tener más proyectos comunes. 

¿El modelo es la región del conocimiento?
La región del conocimiento es la forma de hacer ver que, de todas las cosas que podríamos hacer en conjunto, la creación de conocimiento y la atracción de empresas es esencial pero no es suficiente. Deberíamos ir más allá. La región del conocimiento es una idea muy similar a la del Campus d’Excel·lència, con estrategias de innovación compartidas por el territorio. Pero, más allá de esto, me gustaría que un día alguien dijera que tenemos que hacer un Pla Cerdà del Camp de Tarragona, dibujando cómo creceremos como región. Nos daría más potencial como territorio y como universidad, porque nos sentimos el centro de una ciudad que aún no tiene nombre. 

¿Que cada ciudad vaya por su cuenta ha hecho que se pierdan oportunidades en proyección internacional?
Sí, porque si en un futuro no formas parte de una de las ciudades de la red mundial caes. La lista de las mil ciudades más grandes del mundo se acaba con las de 500.000 habitantes, deberíamos tener la ambición de comportarnos así.

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