Juicio contra dos mossos por obstruir presuntamente una investigación a la Policía Local de Vila-seca

Una cabo de los Policía Autonómica declara que la apartaron del caso. Los acusados son el actual jefe de la comisaría de Reus, Jaume Morón, y el sargento Xavier Cunillera. El caso que supuestamente dieron carpetazo analizaba si dos agentes de la Policía Local agredieron a un ilerdense en La Pineda

09 diciembre 2019 18:03 | Actualizado a 09 diciembre 2019 18:27
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Este lunes ha empezado a la Audiencia de Tarragona el juicio contra el intendente Jaume Morón, exjefe de los Mossos en el Tarragonès (y alctualmente jefe de la comisaría de Reus), y el sargento Xavier Cunillera, acusados de evitar una investigación contra dos policías locales de Vila-seca que habrían apaleado a un hombre en La Pineda.

La cabo que asumió la investigación ha declarado este lunes que los procesados la obligaron a dejar el caso y a cederlo al sargento (Cunillera), y que la "cerraban sistemáticamente" por habla de los hechos.

La fiscalía sostiene que los procesados evitaron impulsar la investigación y que obviaron informaciones clave al juzgado para que se archivara el caso.

Los altos cargos de Mossos se enfrentan a cinco años de prisión, siete de inhabilitación y 7.200 euros de multa por supuesta omisión del deber de perseguir delitos y falsedad documental.

La cabo -actualmente con grado de sargento- ha detallado que en febrero del 2013, cuando se encontraba destinada a la comisaría de Salou-Vila-seca, recibió de parte de un superior el encargo de investigar con discreción una presunta paliza de dos agentes de la Policía Local de Vila-seca a un individuo borracho a quién habían recogido ante la discoteca Pacha (en el núcleo de La Pineda).

La fuente que avisó a Mossos también era un Policía Local que quería máxima discreción y que se preservara su identidad por miedo a represalias.

La mosso ha detallado las numerosas gestiones que hizo y como las iba trasladando al sargento Cunillera, su superior, para mantenerlo informado. Según ha declarado, el 13 de febrero el sargento le dijo que se reunieran con el intendente Morón, y éste le pidió que revelara la identidad del informador para contrastar la fiabilidad. Ella ha dicho que se negó aduciendo que "lo ponía en peligro y que partía de la confianza de esta fuente".

Entonces, ha añadido la agente, como que no cedió el sargento dijo que seria él quien se ocuparía del caso a partir de aquel momento. Sobre Morón, ha manifestado que el intendente le dijo que "era un caso que se tenía que trabajar bien, que no hiciera más gestiones y que podía crear un conflicto institucional entre los Mossos d'Esquadra y la Policía Local de Vila-seca".

La cabo ha apuntado que traspasó toda la información de que disponía al sargento y que no hizo más gestiones por iniciativa propia.

Una supuesta agresión

El caso parte de una denuncia que un hombre había presentado en la comisaría de Lleida para denunciar las graves lesiones que habría sufrido en la madrugada del 9 de enero del 2013 después de asistir en una fiesta privada a la discoteca 'Pacha La Pineda'. El hombre decía que no recordaba nada, pero que había descubierto que, aquella madrugada, alguien había llamado desde su teléfono móvil a la comisaría de la Policía Local de Salou.

Según el individuo que filtró la información a los Mossos, los autores de las lesiones serían dos agentes de la Policía Local de Vila-seca que habrían recogido previamente al denunciante en el aparcamiento y lo habrían trasladado en coche hasta una zona no urbanizada de Cap Salou. Allá, uno de ellos lo habría agredido mientras lo grababa todo con su móvil y el otro se esperaba dentro del vehículo policial.

Según la fiscalía, Cunillera no llegó a contactar con el encargado de la discoteca -que estaba pendiente de comparecer a declarar en la comisaría y que había confirmado a la cabo que había imágenes de las cámaras de seguridad donde se veía a la víctima entrando al vehículo de los policías locales-.

Además, sostiene que tampoco reclamó la grabación de la llamada que uno de los agentes hizo desde el teléfono móvil de la víctima a la comisaría de la Policía Local de Salou, donde pedía averiguar el domicilio de un hombre que querían acompañar a casa porque, según dijo, iba "mucho borracho" y "le habían dado una buena paliza".

La cabo ha explicado que el informador le transmitió inquietud y preocupación por el hecho de que el caso había generado un "cisma" dentro de la Policía Local de Vila-seca y que los Mossos no estaban haciendo "movimientos".

A la vez, ha dicho que el 19 de febrero trasladó estas manifestaciones al sargento Cunillera, el cual le dijo que se tenían que reunir nuevamente con Morón. "Me volvió a preguntar quién era mi fuente y le volví a decir que no la revelaría. Él me dijo que no me tendría que repetir que yo no llevaba la investigación y que solo era la simple cabo de Salou", ha declarado.

La fiscalía concluye que "no impulsaron ninguna investigación"

El ministerio público relata que el 25 de febrero el sargento Cunillera, de acuerdo con el plan trazado con el intendente Morón, y a pesar de saber que los autores de la presunta agresión podían ser dos agentes de Vila-seca, presentó un atestado como instructor en el Juzgado Número 2 de Tarragona, a pesar de que la competencia del caso recaía en el Número 1, "para asegurar el éxito de su plan delictivo".

En este documento, apunta la fiscalía, el sargento omitió "deliberadamente" identificar como presuntos autores a los policías, así como las explicaciones que el responsable de seguridad de la discoteca dio a la cabo.

Tampoco incluyó la transcripción de la llamada que hizo uno de los presuntos agresores a la Policía Local de Salou desde el móvil de la víctima y se limitó a adjuntar un CD con la grabación de la conversación sin comprobar que no se escuchaba correctamente.

El ministerio fiscal cree que el sargento Cunillera actuó en connivencia con el intendente Morón sabiendo que, con los pocos datos aportados, la juez de instrucción 2 archivaría la investigación, tal como acabó sucediendo. Posteriormente, la cabo recibió por correo la grabación de la conversación telefónica y, como que sabía que no se había podido reproducir bien, la reenvió al sargento, que la ignoró.

Después del archivo, los dos mossos procesados nunca presentaron ampliaciones de los atestados, puesto que "no impulsaron ninguna investigación", según concluye la fiscalía.

La víctima

El 18 de julio del 2014, el hombre que fue presuntamente apaleado recibió una nota anónima a su buzón que identificaba a dos agentes de la Policía Local de Vila-seca, con el correspondiente TIP, como los autores de la agresión. Después de ponerlo en conocimiento policial, la Unidad de Investigación de Tarragona de los Mossos elaboró nuevos atestados y el juzgado de instrucción número 1 reabrió el caso

A raíz de esto, se ordenó la detención e imputación de los agentes, así como del jefe de la Policía Local de Vila-seca por el supuesto delito de encubrimiento. El caso todavía no se ha juzgado.

El enero del 2015, la caporal explicó al nuevo responsable de la investigación toda la información de que disponía. Dos días después, el intendente Morón le volvió a pedir la identidad del informador y si sabía algo de una nota anónima que había permitido reabrir el caso, dado que se sospechaba que el autor podría ser "un agente conflictivo dentro del cuerpo".

En marzo, en una nueva reunión de 47 minutos, según ha precisado, Morón le dijo que, si había actuado así, es porque ella habría "corrido peligro" si hubiera seguido investigando puesto que vivía en Vila-seca, que lo estaban "protegiendo" y que con los años "se daría cuenta del favor que le habían hecho".

Respondiendo a las preguntas del fiscal, la cabo ha manifestado que percibió que le estaban diciendo "que solo era una cabo provisional y que me dedicara a mi trabajo y no molestara". Además, la mujer ha apuntado que en una ocasión el jefe de la Policía Local de Vila-seca la abroncó " públicamente" ante la comisaría, que le habían hecho llegar "que no guardara pruebas dentro de casa porque sino algún día quizás se me quemaría el piso". Finalmente, se fue del pueblo y vendió su vivienda.

La defensa

Por su parte, los abogados defensores han centrado los respectivos interrogatorios al cuestionar la experiencia de la entonces cabo. Incluso, le han planteado por qué no acudió al juzgado si creía que se estaba cometiendo algún delito, a lo que ha respondido que a ella le habían prohibido hacer más gestiones y que confiaba que su superior investigaría los hechos. En este sentido, ha admitido que, hasta entonces, Cunillera había sido su referente porque "iba hasta el final" y se implicaba en los temas.

Este lunes también ha declarado el mosso que encargó a la cabo la investigación de los hechos y quienes la pusieron en contacto con el informador. En su caso, ha dicho que prefirió mantenerse al margen del caso porque lo habían trasladado "a título particular". Durante la vista también han declarado los dos agentes de los Mossos que localizaron malherido al hombre que presuntamente fue apaleado por los policías.

Comentarios
Multimedia Diari