La nueva residencia para personas con parálisis cerebral de La Muntanyeta en Bonavista ya está tomando forma y una visita a las obras permite hacerse una idea de cómo serán los nuevos espacios en los que funcionarán 60 plazas concertadas de residencia y 50 de taller ocupacional.
Victoria Pelegrín, gerente de la entidad desde hace pocos días (exconcejal de Serveis a la Persona y actualmente retirada de la política) explica que se trata de un equipamiento «de primera necesidad».
De hecho, en el edificio actual de La Muntanyeta de Sant Pere, la residencia atiende a 23 personas y ya hace años que hay lista de espera. En todos los casos se trata de personas con un gran grado de dependencia.
El nuevo edificio también permitirá ampliar el número de plazas de taller ocupacional, que actualmente está en 32. Además, con el espacio que quedará liberado en el edificio actual, habrá más sitio para la escuela.
La nueva residencia se construye aprovechando la infraestructura del antiguo instituto de Bonavista (de los años 60), cedido por el Ayuntamiento y que se encontraba abandonado. En el lugar se contaba con cuatro módulos al cual se le agregará un quinto de nueva construcción.
Las obras avanzan al ritmo previsto y se espera que la finalización completa sea en marzo de 2019 y en septiembre del mismo año se produzca el trasladoEn un primer momento se pensó en un traslado por partes, pero al final se decidió dejarlo para cuando hayan acabado las obras.
La nueva residencia está ubicada en un alto, con lo que se divisa incluso el mar. En el caso de las habitaciones habrá grandes ventanales y ya están instalados los rieles para las grúas que ayudarán a mover a los usuarios de la cama a la silla de ruedas.
La accesibilidad se cuida al máximo teniendo en cuenta que los usuarios van en sillas de ruedas. Además, se seguirán criterios de sostenibilidad, así que el complejo tendrá la etiqueta energética ‘A’.
Las nuevas habitaciones (todas individuales o dobles) permitirán ampliar las plazas de respiro. Se trata de plazas a las que suelen recurrir las familias durante un tiempo cuando no pueden hacerse cargo de su familiar, altamente dependiente o, simplemente, necesitan un descanso.
También habrá un espacio para que algún familiar pueda quedarse puntualmente a dormir si el residente está enfermo, por ejemplo.
Cuando el centro entre en funcionamiento también se crearán nuevos puestos de trabajo, ya que se deberá aumentar la plantilla entre un 35% y un 40%.
El reto de la solidaridad
Con las obras a buen ritmo, ahora el reto es conseguir los máximos apoyos económicos para completar el proyecto. Los trabajos tendrán un coste total de 6.423.000€, de los cuales casi la mitad viene de la administración española y catalana, así como de la Fundació ONCE (80.000€).
No obstante, 3.623.000€ deben ser cubiertos por la fundación, por lo que están inmersos en una campaña para contar con la colaboración de las empresas del territorio.
No obstante, todas las aportaciones cuentan y se han encontrado con muchas iniciativas particulares como las del grupo Vergüenza Ajena que donaba lo recaudado en un concierto al proyecto, o personas que, en su cumpleaños en vez de un regalo piden a sus familiares que se haga una donación a la entidad.