La recuperación de los mercadillos, sin fecha por las exigencias en los protocolos

La fase 1 permitiría que hoy pudiera celebrarse el mercado de la Plaça Corsini utilizando el 25% de la superficie. El colectivo de marchantes asegura que algunos negocios se quedarán por el camino

12 mayo 2020 06:30 | Actualizado a 12 mayo 2020 06:39
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La fase 1 de la desescalada contempla no tan solo la reapertura de las tiendas sin cita previa, sino que también puedan empezar a montarse los mercadillos ambulantes de ropa y complementos. Pese a ello, hoy no hay mercado en la Plaça Corsini, como tampoco estarán presentes el próximo domingo en Bonavista y de cara a la próxima semana no está garantizado. Y es que las exigencias que marcan los protocolos de seguridad hacen especialmente complicada la vuelta a la normalidad para un sector que teme que muchos de sus profesionales se quedarán por el camino.

Más allá de la venta de fruta y verdura, que se ha mantenido a lo largo del estado de alarma, el Boletín Oficial del Estado (BOE) del pasado sábado regulaba en qué condiciones pueden recuperarse los mercadillos para el sector de la ropa y complementos. La decisión la deja en manos de los Ayuntamientos. No obstante, la regla general es que no puede haber más un 25% de los puestos y un máximo de un tercio de aforo habitual, siempre y cuando no se supere la cifra de mil personas, que es la que fija Protecció Civil.

«La disposición de Espimsa es que puedan hacerse los mercadillos bajo la normativa», explica Dídac Nadal, presidente de Espimsa

«La situación es complicada y estamos mirando de encontrar un encaje, estudiando las distintas alternativas para que puedan venir y en qué condiciones», decía el presidente de Espimsa, Dídac Nadal. La letra pequeña del cómo se daba a conocer este fin de semana. Pese a ello, previendo que esta semana ya se entraría en la fase uno, la empresa municipal de mercados ya se reunió hace unos días con los representantes de los marchantes. Durante este encuentro telemático ya se pusieron de manifiesto algunas de las exigencias en cuanto a medidas de seguridad. Es el caso de la necesidad de dejar un espacio de dos metros entre parada y parada o la obligatoriedad de implementar medidas para que si un cliente se prueba una prenda que posteriormente no adquiere, esta pueda ser higienizada antes que sea facilitada a otro cliente.

Espacios alternativos

«La disposición de Espimsa es que puedan hacerse los mercadillos y entendemos que es un sector que se basa en la concurrencia de muchísimo público, pero debemos poder garantizar que se haga bajo la normativa», decía Nadal. Y, en este sentido, la empresa de mercados pedía a los representantes de los vendedores que les hagan llegar una propuesta para redactar un protocolo que satisfaga a todas las partes. «Queremos saber cuánta gente está predispuesta a venir y las propuestas de emplazamiento que quieren», añade Nadal. Y es que el BOE abre la posibilidad de aumentar la superficie habilitada para el ejercicio de esta actividad de manera que se produzca un efecto equivalente.

6 meses en la exención de las tasas es lo que ha aceptado por el momento el Ayuntamiento de Tarragona, que compensará a la empresa Espimsa. El periodo finaliza en septiembre

Una de las opciones que los marchantes ponían encima de la mesa es que en lugar de parar en Corsini pudieran hacerlo en la Rambla Nova. Aunque, en principio, esta se descartaría. Junto con la obligatoriedad de dejar dos metros entre parada y parada, se establece que cada carril del mercado debe hacer seis metros de ancho –de forma que delante de cada negocio quede un espacio de tres metros para garantizarse la separación interpersonal– y esto supone que tan solo podría montarse en uno de los dos lados de la Rambla. «Si antes los marchantes ocupaban dos cocas, ahora si vienen todas ocuparíamos ocho y es mucho más difícil controlar los accesos con vigilantes», decía la empresa de mercados.

Esta cuestión tampoco está resuelta en el caso de Bonavista ya que es un mercadillo en el que pueden llegar a montar hasta 260 paradas y, por tanto, no caben todas. Una de las propuestas que había hecho Espimsa es que pudiera ampliarse el espacio, e incluso trasladar los vendedores al Camí de la Coma. Una propuesta que rechazaron desde un primer momento, ya que argumentaron que es una zona que no está asfaltada y, por tanto, no cumple con los estándares de calidad. Ante esta negativa, lo que se plantea ahora desde la empresa de mercados es que sean los vendedores ambulantes los que hagan su propuesta, para que después pueda ser estudiada.

¿En dos o tres semanas?

Con todo, el colectivo de vendedores ambulantes tiene series dudas de cuándo podrán regresar a su actividad. «Queremos empezar en condiciones, pero que esto tampoco suponga que tengamos menos metros de parada, por lo que si la opción de la Rambla no puede ser tampoco no sabemos cómo irá», decía Josep Gómez, presidente de la Associació de Marxants de la Província de Tarragona. Calcula que hasta dentro de «dos o tres» semanas la situación no estará resuelta. Esto supondría que el Camp de Tarragona podría haber avanzado hasta la segunda fase del desconfinamiento, cuando en principio podrá ya podría ocuparse el 30% de la superficie. Pese a ello, Gómez calcula que alrededor del 5% de los profesionales se quedarán por el camino fruto de la situación actual. «Si el porcentaje fuera superior sería una cosa muy desagradable», añadía.

«Algunos ya no volverán porque están a punto de jubilarse o económicamente no podrán», asegura Josep Gómez, presidente de la Ass. Marxants província de TGN

El colectivo de marchantes está preocupado por su futuro. Los mercadillos en Tarragona se suspendieron el día 12 de marzo. Durante el estado de alarma tan solo se mantuvieron los de fruta y la verdura de la Plaça del Fòrum y La Móra. En cambio, los de Bonavista, Torreforta, Sant Pere i Sant Pau y Sant Salvador se recuperaron hace tres semanas. «Una parte del genero de invierno y todo lo de primavera nos ha quedado en los camiones y el problema es que no está pagado. No es que podamos dejarlo para el año que viene y ya está», decía Juan Benítez, presidente de la Associació de Marxants de Tarragona y presidente de la comisión de comercio de la FAVT. Los profesionales del textil no han facturado nada desde hace dos meses y la mayoría de los negocios han tenido que aplicar ERTEs. «Vamos a salir sin liquidez, con deudas, sin turismo y con una media de edad muy avanzada. Sin olvidar que durante todo este tiempo nosotros hemos estado encerrados en casa y hemos sufrido la competencia desleal de la venta on-line», añadía.

A coste cero

Ambas asociaciones piden poder regresar a sus puestos a coste cero. Por el momento, el Ayuntamiento de Tarragona ha aceptado la exención de tasas durante un periodo de seis meses, compensando a la empresa Espimsa. Este periodo finaliza el 14 de septiembre. Una medida que el colectivo considera que es insuficiente. «Se está haciendo un agravio dentro del mismo colectivo, porque hasta el momento íbamos todos a una, pero ahora la fruta y la verdura ya llevan tres semanas, mientras que el textil aún no hemos salido», añadía Benítez. Aseguran que la suspensión de las tasas es la única forma de poder asumir los costes del género que aún tienen en los almacenes y que no han podido vender. «Aquí no estamos planteando esto para hacernos ricos sino para pagar la deuda que nos va a quedar», añade.

«Seguimos luchando por el coste cero, para poder pagar la deuda que nos quedará a todos», explica Juan Benítez de la Ass. Marxants de Tarragona

Las exigencias del colectivo son coste cero y poder salir todos en bloque. «Es que si tan solo puede estar el 25% qué vamos a hacer. Salir una vez al mes cada uno y si el día que me toca llueve, qué hago», añadía el representante de los Marxants de Tarragona. Otra de las preocupaciones es que todo los ayuntamientos del territorio inicien la desescalada de forma paralela, ya que no les sale a cuenta llenar de nuevo los camiones y furgonetas con la ropa de la nueva temporada si tan solo pueden montar los días de mercado en Tarragona.

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