La saturación de la red genera problemas de cobertura a los vecinos y bañistas de La Móra

Dolores Mestre regenta una tienda de artículos de playa en la Avinguda del Mediterrani. Tiene el datófono junto a la puerta. No es que haya decidido cobrar a sus clientes desde el exterior, para evitar que entren dentro y reducir el riesgo de contagio de la Covid-19, es que en el interior del establecimiento no hay cobertura para poder pagar con tarjeta. «Con un poco de suerte aquí nos funciona, pero hay veces en las que tenemos que salir hasta la farola para que pille cobertura», asegura.

Llamadas interrumpidas y en las que no hay forma de entenderse, mensajes que llegan pasado un rato porque no ha podido establecerse la conexión y aplicaciones más lentas de lo habitual. Son algunos de los problemas con los que conviven a diario los vecinos de este barrio. «Hay dos operadores que funcionan un poquito, que son Movistar y Vodafone, el resto es imposible», añade Mestre.

Si bien la situación no es exclusiva del verano, los vecinos aseguran que es en estos meses cuando el problema se acentúa más, por lo que su origen sería la saturación de la red. «Los sábados y domingos, cuando todo esto está lleno de gente se nota, porque no hay nada de cobertura. Entre semana hay momentos en los que aún», sigue explicando Mestre.

Los vecinos y negocios de la parte baja de la urbanización, la que queda junto a la playa, son los más afectados. «Trabajo y vivo aquí y la verdad es que es muy cansino. Para tener una conversación normal tienes que salir al jardín», afirma Lourdes Morro, encargada de la Farmàcia La Móra. Esto genera que en ocasiones los clientes no pueden entrar a la aplicación del banco para pagar e incluso la semana pasado les llamó la compañía de la alarma, porque se había interrumpido la conexión y se pensaron que les estaban robando en la farmacia. No era la primera vez que les ocurría.

Los vecinos han aceptado con resignación la situación. «Es un tema complejo y que no es fácil de solucionar porque no sabemos a quién tenemos que dirigirnos», afirma el presidente de la Associació de Veïns de La Móra-Tamarit, Francesc Garcia. Los residentes aseguran que es un problema con el que tienen que convivir durante todo el año. Lo sufren los paradistas del mercadillo, que a menudo tienen que lidiar con la situación para poder cobrar con tarjeta.

El origen no está muy claro. Algunos vecinos afirman que hace unos años había una antena de telefonía en el edificio de apartamentos Voramar y que la quitaron por el rechazo que generaba entre las personas que vivían allí. Ahora la señal llega desde Altafulla y la orografía de la montaña de Tamarit, junto con el incremento de población que se registra en verano, hace que La Móra y muchas de las urbanizaciones vecinas estén afectadas.

¿Y el teletrabajo?

La situación también la han vivido en sus propias carnes algunas de las personas que durante este tiempo han hecho teletrabajo. «No es que no hayan podido trabajar, pero mi prima que es de Barcelona cuando viene siempre me hace el comentario de que no me localizaba», manifiesta Morro.

Estas semanas la playa de La Móra registra una importante afluencia de bañistas. Muchos de estos se sorprenden de que en un sitio tan concurrido haya estas dificultades. «Supongo que será porque hay mucha gente, pero que no haya cobertura en un barrio de Tarragona cuando está tan próximo y en la playa. No sé, cuando vas a la montaña te lo esperas, pero aquí...», afirmaba Esperanza Blasco, vecina de Lleida.

También tienen que lidiar con la situación los profesionales de Creu Roja, que trabajan en la vigilancia de la playa. En situaciones de emergencia se comunican por la emisora. No obstante, el teléfono móvil es una herramienta indispensable de su trabajo. «Cuando tenemos que aclarar cualquier cosa, tienes que buscar algún punto de la playa desde el que poder hablar, porque la mayoría de veces no tenemos cobertura», decía Eric.