Las aguas residuales de Tarragona detectan que la cepa británica se dispara

Estaciones como la de El Vendrell localizaron la variante, más contagiosa, el 25 de enero. El 34% de casos en el Camp son de la mutación, que desplazará al virus de Wuhan en semanas

11 febrero 2021 12:40 | Actualizado a 11 febrero 2021 16:55
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La variante de la cepa británica del virus, temida por su mayor transmisibilidad, prolifera en la provincia durante esta tercera ola. Así lo muestra el análisis de aguas residuales en Tarragona, un termómetro válido para analizar la propagación del SARS-CoV-2 y que ahora también sirve para radiografiar el alcance de la B.1.1.7, la mutación que tiene en vilo a médicos y científicos. En estaciones de aguas residuales y prácticamente a tiempo real se puede detectar, mediante una técnica de PCR dual, si se trata del virus original de Wuhan o de una nueva variante, toda una amenaza para la estabilización de la pandemia.

El peso de la nueva cepa va creciendo de manera clara, camino de convertirse en mayoritaria en unas pocas semanas. En la estación del Vendrell, el 18 de enero no se detectaba la variante, que sí se localizó unos días más tarde, el 25. Por entonces, suponía el 10% respecto al total de coronaviurs que circulaba. Una semana más tarde, el 2 de febrero, los niveles se habían duplicado hasta alcanzar una proporción del 20%, lejos todavía del dominio pero en claro ascenso, según los profesores responsables del Grup de Virus Entèrics, del departamento de genética, microbiología y estadística de la Facultat de Biologia de la Universitat de Barcelona. «Hay que ser cautelosos con dar cifras concretas, pero el mensaje es que hay una tendencia al alza. En El Vendrell el comportamiento es parecido al de otros municipios. Hay que ver qué pasará en las próximas semanas», explica la catedrática y profesora de virología Rosa Maria Pintó.

Según estos estudios, el 3 de enero apareció por primera vez la variante británica en Catalunya, que «se está implementando y podría acabar desplazando al virus original», en palabras de Albert Bosch, catedrático de microbiología y director del Grup de Virus Entèrics. Salut ya ha detectado la presencia de esta variante en toda Catalunya, con diferentes proporciones que van del 10% al 40% pero que en lugares concretos como El Vendrell llegan al 20%, lo que significa que dos de cada diez coronavirus que se detectan en esas residuales corresponden a la versión evolucionado que nació en tierras británicas y no con el patógeno que empezó a proliferar hace un año desde China.

El secretario de Salut Pública, Josep Maria Argimon, ha afirmado que la presencia de la variante sudafricana, ya confirmada, y el incremento de la británica no son buenas noticias: «El concepto no es saber si cada una de las personas positivas tiene una variante u otra, porque las acciones que hacemos son las mismas. Lo que tenemos que saber es cómo evoluciona. Hay una muestra aleatoria y una más oportunista cuando nos encontramos con un brote, escolar o residencial, y hacemos un muestreo con más profunidad de las diferentes variantes».

Salut estima que la variante se sitúa alrededor del 22% de los casos registrados actualmente en Catalunya, según ha detallado esta semana la consellera de Salut Alba Vergés, que apuntó que «poco a poco» el porcentaje va subiendo. Argimon ha explicado que, entre las razones para ser prudentes en la tímida reapertura, es la cepa británica, mucho más contagiosa, que «será dominante en la tercera semana de marzo». En el Camp de Tarragona, son el 34% de los casos y en el Ebre son el 30%. Ambas regiones están por encima de la media catalana (22%).

El seguimiento de la variante inglesa por parte de la ciencia y, en concreto, a través de las aguas residuales es vital. «Esto nos da una capacidad de reacción importante y hace que nos podamos concentrar en llevar a cabo estudios en pacientes, secuenciaciones masivas en diferentes localidades», explica Bosch.

«La mutación es constante»

Josep Guarro, catedrático de microbiología en la URV e investigador del grupo MICOLOGI, apunta que «los virus mutan constantemente, y esos cambios pueden ser importantes o no». En este caso, esa evolución ha prosperado. «Estos cambios han hecho que el virus se adapte mejor, ha optimizado sus características. Hablamos de modificaciones muy sutiles pero, en este caso, han hecho que se adapte mejor a las células», apunta Guarro. Este científico experto en infecciones añade: «Puede ser que algunas variantes acaben siendo predominantes o no, o que convivan varias diferentes durante un tiempo. El virus de la gripe, por ejemplo, sufre mutaciones constantemente y las vemos año tras año. Lo que se ha visto ya es que esta cepa tiene una capacidad más fácil de diseminarse y eso eso, de por sí, es algo importante. En realidad, es un virus poco patógeno, lo que pasa es que pasa es que hay muchas incógnitas sobre su impacto y sobre la importancia que tiene el sistema inmunitario a la hora de encarar la enfermedad que provoca».

Esta versión del virus renovada campa ya por el Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre. Precisamente, en Sant Carles de la Ràpita, se detectó a mediados de enero el segundo caso en Catalunya de esta cepa. Se trataba de una persona que había viajado a Londres y que habría dado negativo en la PCR hecha en el aeropuerto. El primer caso se había detectado el 7 de enero, cuatro días después de que las aguas residuales lo encontraran.

Esta nueva variante inquieta a la ciencia y a la medicina. Sanidad abría la puerta a que también la letalidad fuera mayor. «Existe una posibilidad real de que pueda estar relacionada con mayor gravedad y mayor letalidad», sostiene un informe del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES). El documento explica también que puede deberse a «una mayor capacidad del virus para transmitirse, lo que puede asociarse a mayor incidencia de la enfermedad».

Muestras a la baja

A pesar de que la Covid-19 es eminentemente una enfermedad respiratoria, se ha demostrado que hay grandes cantidades de genoma de coronavirus en heces, que posteriormente llegan a las aguas residuales. Eso hace que la epidemiología pueda alertar de la circulación del virus entre la población. De hecho, la Generalitat ha impulsado la plataforma Sarsaigua, una red de monitorización del SARS-CoV-2 a través del material genético recogido por 56 depuradoras que tratan el 80% de las aguas residuales catalanas.

En ese sentido, un análisis de las diferentes estaciones permite ver que el coronavirus –no solo su evolución con sello británico sino todo el patógeno– está a la baja después de unas semanas de mayor incidencia. En municipios como Tarragona, Constantí, Reus o El Vendrell la tendencia es hacia la estabilidad, mientras que en Valls, Móra La Nova, Móra d’Ebre o Tortosa, Roquetes o Amposta el descenso es más marcado, en la línea de lo que indican aproximaciones epidemiológicas como el riesgo de rebrote o la velocidad de propagación.

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