Los 3,3 millones de euros de los ‘Fondos Zapatero’ que fueron tirados a la basura

Proyectos equivocados. El jardín vertical de la Tabacalera y la pantalla gigante ya son historia

09 diciembre 2020 19:10 | Actualizado a 10 diciembre 2020 05:43
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Todo el mundo puede equivocarse. Y ahora, ocho años después de su inauguración, ha quedado claro que el jardín vertical de la Tabacalera fue un error. Los responsables: el gobierno liderado por Josep Fèlix Ballesteros. Hace dos meses empezó el desmontaje de la estructura y de la pantalla gigante que le acompañaba. Ya no queda nada.

El actual equipo de gobierno, formado por ERC y ECP, tenía claro que una de las primeras acciones de su mandato sería retirar la estructura metálica. Y es que no es solo que no se utilizase, sino que, en los últimos tiempos, se había convertido en el hogar de palomas y otras plagas. Con el paso de los años, el jardín vertical se había transformado en un lugar insalubre, lleno de suciedad y con cierto peligro de desprendimientos por su mal estado, según fuentes municipales. Tanto es así que, según el gobierno de Ricomà, su degradación «suponía un riesgo a medio plazo para las personas».

Vayamos al origen. El jardín vertical de la Tabacalera se inauguró en mayo de 2012 como uno de los principales activos del proyecto de ciudad inteligente del gobierno socialista. Aquello que se conoce como Tarragona Smart City.

Costó 3,3 millones de euros y fue financiado por el Fondo Estatal para la Ocupación y la Sostenibilidad. O lo que es lo mismo, los Fondos Zapatero. En un intento de relativizar el fracaso, el anterior gobierno destacaba que la estructura no había sido pagada con el dinero de los tarraconenses.

Acompañando al jardín vertical, había una pantalla gigante de 100 metros cuadrados con el fin de retransmitir eventos. Siempre ha sido objeto de polémicas. A finales del 2015 dejó de funcionar por diferentes averías y, en octubre de 2016, tuvo lugar el último intento, utilizándola para retransmitir el Concurs de Castells. La función de la pantalla gigante se limitó, a lo largo de estos ocho años, a televisar partidos de fútbol. Que, por cierto, algunos para olvidar, como aquél fatídico Llagostera-Nàstic de junio de 2014.

Los trabajos de desmontaje han costado alrededor de 20.000 euros y han consistido en el derribo y retirada de toda la construcción, incluyendo la estructura, los elementos que forman el jardín vertical y sus instalaciones. Para el actual Ayuntamiento era clave esta actuación. «Los hierros y la vegetación que quedaban en la fachada eran el blanco perfecto para los nidos de palomas. Además de la suciedad. Era indecente», asegura Xavi Puig, concejal de Territori, quien añade que «nuestro objetivo era sacar el jardín y la pantalla gigante. A corto plazo, no se hará nada en la fachada, quedará tal cual está».

Lo que tenía que ser 3.200 metros cuadrados de pulmón verde acabó convirtiéndose en el hábitat perfecto para las palomas y, ahora, en un espacio vacío. Se trataría tan solo de una decisión mal tomada, sino fuera porque costó más de 3,3 millones de euros.

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