Más control sobre las fruterías de Tarragona que sacan el género a la calle

El Ayuntamiento pondrá en marcha una campaña para «contener los abusos» de algunos de estos negocios, que en los últimos tiempos han proliferado en la ciudad

26 octubre 2018 09:39 | Actualizado a 26 octubre 2018 09:49
Se lee en minutos
Participa:
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

La proliferación de fruterías y verdulerías es una realidad. Si su crecimiento se hace más evidente es porque la mayoría de estos negocios expone su género en la calle, una situación sobre la que el Ayuntamiento de Tarragona ha puesto su atención, ya que se han detectado casos en los que se hace un «abuso» de la ocupación de vía pública. 

Entre los principales problemas que se han detectado preocupan la ocupación más extensa de lo autorizado o situaciones en las que estos productos se exponen incumpliendo la normativa. Uno de los casos más frecuentes son las tiendas que ponen el género justo delante de la fachada. La normativa establece que hay que dejar un espacio libre de paso para los viandantes de 1,5 metros. «Debemos ser muy cuidadosos porque la normativa se hizo pensando en las personas que por ejemplo tienen una discapacidad visual», argumenta el concejal de Domini Públic del Ayuntamiento de Tarragona, Josep Acero.

Hay zonas de la ciudad en las que esta situación se ha convertido en un auténtico problema de convivencia entre los vecinos y los comerciantes. Es el caso de la Plaça Ponent, donde los residentes del número 4 mantienen un intenso pulso con el propietario de la frutería que ocupa el local de los bajos de este bloque de pisos. «El principal problema es que por la mañana, cuando viene a descargar el camión, dejan el género delante de la puerta y ya se queda allí. No lo guardan dentro o en el almacén y a veces te encuentras con todas las cajas amontonadas delante de la puerta que casi no puedes ni pasar», explica Pere Andreu, presidente de esta comunidad de vecinos. 

«Debería entenderse que son un reclamo del género, pero la calle no forma parte del local»

El Departament de Domini Públic denuncia que algunos de los negocios utilizan la vía pública no «como reclamo», sino «como parte del local». «El problema fundamental es que deberían entender que la calle debería ser este escaparate para que entren los clientes», argumenta la administración. 

Igual que pasa con las terrazas, estos establecimientos también pagan una tasa por ocupación de vía pública. No obstante, las condiciones que regulan la venta de productos agroalimentarios en la calle son más restrictivas. Así, por ejemplo, la ocupación no puede superar a la longitud de la fachada y los límites en cuanto a ancho y alto de los expositores quedan perfectamente regulados en el decreto que fija esta actividad.

Unificar la estética
Los vecinos denuncian que se sienten «impotentes» delante una situación que explican que han denunciado en más de una ocasión al Ayuntamiento. «Hemos presentado reclamaciones, tanto en papel como de forma telemática, pero en ningún momento nos han respondido», explica Pere Andreu.

El decreto se centra principalmente en las medidas de estas paradas. En cambio, éste no dice  nada sobre cómo deben ser los estantes y en la mayoría de los casos son cajas encima de una mesa que en verano se protegen con una sombrilla. Sobre el aspecto de algunos de estos negocios pone su atención el responsable de Pimec Comerç en Tarragona, Florenci Nieto, quien defiende que «el comercio de proximidad debería dar una mejor imagen».

«Debería establecerse cierta unanimidad. Es un tipo de negocio que es necesario pero no a cualquier precio»

El representante de la actividad comercial en la patronal de la pequeña y mediana empresa aboga porque se establezcan unos estándares unificados para estos negocios como va a hacerse con los paradistas del mercadillo o del Mercat de Brocanters. «Debería establecerse cierta unanimidad, porque estamos hablando de un tipo de negocio que es necesario pero no a cualquier precio», describe Nieto.

Pimec Comerç en Tarragona dediende que hay que mejorar la imagen y que, en buena parte, pasa por garantizar la conservación de los productos durante el verano. «Es un factor que ahora mismo nadie se ha tomado en serio, pero empieza a ser el momento de que nos preocupemos por la calidad, porque hay casos en los que no se cumplen unas condiciones mínimas de manipulación», argumenta.

Para el concejal responsable de Domini Públic debería hacerse una inversión para cuidar el decorum de estos establecimientos.

La normativa no establece ningún tipo de regulación sobre cómo deben ser estos puestos

Una de las propuestas que está estudiando la administración local es la posibilidad de marcar los espacios en el suelo, para que se respete la ocupación. A partir de ahí, el departamento que dirige Josep Acero ya avanza que podría aprovecharse para reordenar la superficie que ocupan algunos de estos negocios.

Pagar justos por pecadores
Ibrahim es el propietario de tres de las fruterías que hay en el centro de la ciudad. Lamenta que «por culpa de algunos que no cumplen ahora van a controlar con lupa lo que hacemos todos». Este comerciante es consciente de que hay algunos propietarios que se exceden. No obstante, defiende que «vamos a pagar justos por pecadores. La mayoría de los bares hacen lo que les da la gana con la terraza y no pasa nada. En cambio ahora van a ponernos problemas a nosotros porque dicen que hay alguien que se excede».

La administración local afirma que no va reducirse el espacio autorizado. «En todo caso, lo que vamos a hacer es revisar lo que hay», puntualiza Acero.

Comentarios
Multimedia Diari