«No me lo pensé dos veces: tenía que ir a ayudar»

Le experiencia de un estudiante de cuarto de enfermería. Idir Boulanouar, de 22 años, se prestó voluntario y se puso a primera línea de fuego para combatir contra el Covid-19

08 mayo 2020 18:20 | Actualizado a 08 mayo 2020 18:41
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Jamás se hubiera imaginado que su primer trabajo fuera luchar contra un virus que se ha llevado por delante la vida de tantas personas. Idir Boulanouar es uno de los estudiantes de Infermeria de la URV, que escogió ayudar y ponerse a primera línea de fuego, en la UCI del Hospital de Santa Tecla, en plena pandemia. Tiene 22 años y es vecino de Tarragona. Hace un mes y medio, su vida dio un giro de 180 grados. Boulanouar asegura que sus planes de vida a corto plazo se han visto truncados pero, por otro lado, añade que lo vivido estas últimas semanas le han convencido todavía más de que el cuidado a las personas es a lo que quiere dedicarse.

Empecemos por el principio. Boulanouar quería ser veterinario. Pero escuchó el consejo de su hermana mayor, siguió sus pasos y emprendió el viaje de la enfermería. «El primer año, ya vi claro que me gustaba», explica este joven. Cursaba cuarto de la carrera, el último sprint final, cuando sus prácticas de geriatría se vieron interrumpidas por la llegada sorpresa del Covid-19.

El gobierno empezaba a plantear la posibilidad de contratar a estudiantes para llevar a cabo tareas no asistenciales. El protagonista de hoy no dudó ni un momento en apuntarse al censo de alumnos dispuestos a ayudar. Los centros sanitarios empezaron a ponerse en contacto con los estudiantes. La llamada a Boulanouar llegó el 27 de marzo. El día 30 comenzaba a trabajar en la UCI del Hospital de Santa Tecla, donde había un número importante de pacientes con Covid-19.

«No dude ni un momento de mi compromiso. Es una profesión muy vocacional y tenía claro que tenía que estar a primera línea de fuego», explica Boulanouar, quien reconoce que el día anterior no fue fácil. «No podía parar de pensar en mi familia. Vivo con ellos y no puedo aislarme. Ha sido el único momento de todo este proceso que he sentido un poco de miedo», recuerda este joven enfermero.

La tarea de los estudiantes era liberar de la carga no asistencial al personal del hospital. «Para entrar en los boxes donde hay infectados, los profesionales tienen que ponerse los EPI. Nosotros les ayudamos. También tomamos las constantes desde fuera del box, a través de monitores. Y, si es necesario, preparamos la medicación», explica Boulanouar.

Desde hace dos semanas, y a causa de la bajada del número de pacientes críticos en la UCI de Santa Tecla, Boulanouar fue trasladado hasta el Sociosanitari Llevant, de la Vall de l’Arrabassada. Su tarea en el nuevo servicio es muy parecido al anterior. «En este caso, los pacientes no están sedados. Están conscientes y podemos hablar con ellos. Nos transmiten sus preocupaciones», comenta el joven.

Boulanouar relata cómo de preocupada estaba su familia los días antes de su incorporación. «Durante las primera semanas, intentaba que la conversaciones con mis padres no estuvieran centradas con el coronavirus. Evitaba el tema», explica el enfermero, quien añade que «al principio fue complicado acostumbrarse a las medidas de seguridad. Nadie se acerca a mí hasta que no me ducho. Por casa, voy con mascarilla».

Este joven estudiante asegura que nunca se hubiera imaginado un principio de carrera laboral así. «No pensábamos que llegaría aquí», añade. Boulanouar tenía planes a corto plazo, que ahora se han visto truncados por la pandemia. Quería irse a vivir fuera, sacarse el inglés y el carnet de conducir. Planes que, de momento, han quedado en un segundo plano.

Lo mejor: la recuperación

Boulanouar asegura que ha aprendido muchas cosas de toda esta situación. «Me he dado cuenta de que las cosas pueden cambiar de un día al otro y también he descubierto que me gusta la gestión con personas», explica el joven, quien quiere aprovechar este reportaje para agradecer la tarea a «aquellas personas que pasan desapercibidas pero que son muy importantes, como las mujeres de la limpieza de los hospitales», y también a sus compañeros de profesión. «Son mis referentes. Lo que me han transmitido son ganas de seguir con este oficio», dice. Para Boulanouar, el mejor momento de la pandemia ha sido ver recuperarse al primer paciente que entró en la UCI. El peor, ver cómo, a pesar de luchar fuerte, habían momentos que la situación no avanzaba.

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