Una patrulla de la Guàrdia Urbana detectó el martes un tramo de carretera nacional con las farolas inutilizadas. Los agentes comprobaron que desde la altura de la Zona Educacional hasta poco antes de llegar al acceso a la autopista algunas unidades presentaban la tapa reventada y los cables eléctricos cortados.
Los agentes locales pusieron en conocimiento de la incidencia a la Subdelegación del Gobierno, puesto que el Estado es titular de la vía. Ayer, la Dirección General de Carreteras comprobó los daños y aseguró que en breve se restablecerá la iluminación en este tramo para garantizar la seguridad vial. Las mismas fuentes admiten que desgraciadamente el robo de cable de las farolas es una práctica habitual y que el coste de reponerlo es demasiado elevado. A título de ejemplo, el último robo producido en un tramo de la A-27 costó al Estado casi 200.000 euros.
De momento no hay pistas sobre los autores de los robos de cable, admiten las fuentes.