Savinosa: ¿Aún creen en el proyecto ganador?

La Savinosa sigue durmiendo el sueño de los justos. Están a punto de cumplirse siete años desde la firma del protocolo que el 21 de diciembre de 2013 sellaron la Diputació, el Ayuntamiento y el Col·legi d’Arquitectes para desbloquear el uso del antiguo preventorio abandonado desde 1972, pero lo cierto es que el proceso sigue encallado y sin vías de encontrar una solución.

Hace más de un lustro, las tres instituciones rubricaron en la sede de la administración provincial un acuerdo en el cual se fijaba la hoja de ruta a seguir para lograr que, a medio plazo, la finca de 80.000 metros cuadrados del litoral tarraconense pueda volver a tener algún tipo de utilidad a corto-medio plazo. Ya en 2016 se convocó un concurso de ideas en el que se presentaron un total de 25 propuestas, y que finalizó con la adjudicación –en 2017– al gabinete de arquitectos Fuses-Viader, Mansilla y Perea para que definiera una propuesta «definitiva y concreta» para pedir una modificación del POUM al Consistorio.

Sorprendentemente, pese a que parece vox populi que los edificios están en ruina, los especialistas escogieron la opción más conservadora de todas: la única que apostaba por mantener en pie todos los inmuebles, doblando la edificabilidad para que la finca pueda tener usos públicos y privados. Por ello, se habilitaron 24.000 metros cuadrados de techo, por los 10.000 que tenía hasta entonces.

Una partida de ping-pong

Ya en febrero de 2019, el pleno de la Diputació avaló –y con el voto a favor del actual alcalde, Pau Ricomà (ERC)– la propuesta de modificación impulsada por el gabinete ganador del concurso, que también preveía la reserva de un espacio de hasta 8.000 metros cuadrados para un hotel. De ello, han pasado 20 meses hasta que el Consistorio ha contestado, con frialdad, la petición del ente provincial: ahora pide una reducción de la edificación prevista y menos espacio para el equipamiento hotelero.

Precisamente, este año y medio que ha pasado es lo que ha extrañado al Col·legi d’Arquitectes, que teme que el desencuentro «no sea solo una cuestión técnica». «Podemos entender que no es un proceso sencillo, pero quizás se podría haber trabajado un acuerdo previo, y no jugar ahora una partida de ping-pong», afirma el presidente de la entidad, Joan Tous, quien reconoce que no ha mantenido ningún contacto sobre el tema ni con la presidenta de la Diputació, Noemí Llauradó (ERC) ni con el alcalde, Pau Ricomà (ERC). Por todo ello, el Col·legi asegura «estar a disposición de ayudar a la administración a tirar hacia adelante los proyectos que sean buenos para la ciudad».

«El proyecto ganador era equilibrado, estaba bien orientado, era muy correcto y posibilista. Además, estaba enfocado a preservar el valor patrimonial, los edificios, los valores de sostenibilidad, la zona verda y a hacer económicamente viable la operación», resalta Tous en referencia al proyecto que ganó el concurso ahora hace ya tres años. El problema, según teme, es que ni Diputació ni Ayuntamiento responden a la pregunta clave: «¿Siguen creyendo en el proyecto ganador?». Analizando los silencios de ambos gobiernos locales... quien calla otorga.