‘Sinjar’, una historia en tres mujeres

Película. La tarraconense Anna Bofarull, seleccionada por el taller del Festival de Cannes para llevar a cabo su proyecto

10 marzo 2019 19:22 | Actualizado a 11 marzo 2019 20:08
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Madres, esclavas, guerrilleras. En cualquier caso mujeres con una historia intensa a las espaldas. Vivencias que bien merecen saltar a la gran pantalla si se saben enfocar desde el punto de vista adecuado. Anna Bofarull ha sido seleccionada en el taller del Festival de Cannes para llevar a cabo su proyecto Sinjar, un filme que habla a través de Carlota, Hadia y Arjin de todas ellas. 

El proyecto de la cineasta tarraconense se encuentra entre los 15 seleccionados para L’Atelier de la Cinéfondation del Festival de Cannes, producido por Kaboga Films. Este taller se realiza desde 2005 y han pasado 198 proyectos, 157 de los cuales se vieron en la gran pantalla. El año pasado no había ningún representante español, que vuelve con Sinjar. «Es un largometraje de ficción que sitúa a tres mujeres en un contexto de guerra internacional», avanza Bofarull. El film todavía se está cocinando, pero sin duda su inclusión en el taller galo le da mucho impulso. Es el quinto metraje de la tarraconense que firmó su primer documental con Kaboga en 2009.

Sinjar es una ciudad situada en el Kurdistán iraquí, muy cerca en la frontera con Siria. Allí vive una minoría yazidí que fue atacada en 2014, en una masacre con miles de víctimas. Ese es uno de los orígenes de la película. La cineasta tarraconense se acercó hasta la ciudad para encontrar lo que le faltaba: el contacto humano. «Tenía la idea previa, pero necesitaba viajar hasta allá para conocer las experiencias  y testimonios de viva voz y ver qué estaba pasando. Lo que me han contado y he visto me ha impactado mucho y me ha dado las herramientas para tirar adelante el proyecto que no es nada sencillo. Se trata de una producción catalana y poder estar allí me ayudó tanto para el guión como a nivel emocional».

Carlota es una mujer catalana de mediana que busca a su hijo desaparecido. ¿Dónde se encuentra? Se acaba de unir a la Yihad. Otra mujer es Hadia, una esclava yazidí, presa en una casa en Siria junto a tres de sus hijos. La última es Arjin, una joven que escapa del cautiverio y se une a las milicias kurdas para convertirse en una guerrillera. Tres mujeres con tres vidas totalmente diferente.

«Las historias son de ficción pero hace dos años estuve en la ciudad de Sinjar -cuenta Bofarull- y en campos de refugiados y desplazados pude hablar con mujeres capturadas y otras que lograron escapar. Me llamó mucho la atención que no se hubieran hecho películas sobre esas historias increíbles. Son cosas que se tienen que explicar».

Esas narraciones increíbles son de personas en carne y hueso. De mujeres vendidas, esclavas sexuales, guerrilleras kurdas, criadas, en un entorno complicado y hostil. Algunas mujeres siguen atrapadas en ese infierno, otras han dicho basta para intentar cambiar su sociedad. Han cogido las armas, jugándose su integridad física. Ese es uno de los mensajes que quiere transmitir el film. 

Otro es el de los jóvenes europeos que se han ido de sus casas para alistarse al Estado Islámico. Explorar el punto de vista de una madre que ve cómo su hijo pasa de ser una persona querida a un desconocido en el seno familiar, sin saber qué ha pasado, ni se hayan dado cuenta.  «Tres mujeres que toman decisiones pero muchos elementos distintos. Uno de los retos ha sido encontrar la manera de cabida a las tres historias. Me he basado un poco en películas como Babel o 21 gramos que explican múltiples vidas en un único film. En realidad es una historia a través de tres personajes», añade Bofarull.

El largometraje todavía se está gestando. Formar parte del taller del Festival de Cannes es un gran apoyo para la productora. Buena parte del financiamiento está asegurada, aunque no está cerrado dice Bofarull. La película se empezará a rodar a finales de año y la idea es que esté acabada a mediados de 2020. Supone mucha dificultad, ya que no deja de ser un filme impulsado desde Catalunya que se grabara en kurdo y árabe. Un gran reto para tres emociones increíbles.

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