Solo una de cada diez bodas se celebra por la iglesia

Las ceremonias eclesiásticas caen a la mitad en seis años. Los tarraconenses se casan menos, lo hacen más tarde y por cada dos matrimonios se produce un divorcio

24 octubre 2019 10:30 | Actualizado a 25 octubre 2019 16:55
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La parejas que se dan el «sí quiero» van a la baja. Es una caída lenta pero sostenida que comienza a hablar de otras formas de estar en pareja. Así lo reflejan las estadísticas que dio a conocer hace unos días el Institut d’Estadística de Catalunya, Idescat. Los datos hablan, además, de un cambio sustancial en lo que se refiere al tipo de ceremonia. Si en los años setenta, tal como muestra el gráfico adjunto, la mayoría de las bodas eran católicas, ahora sólo representan el 12%.

El primer cambio se notó con la Constitución de 1978, que estableció de nuevo la aconfesionalidad del Estado. Entonces dejó de ser necesario certificar el abandono de la Iglesia para poder contraer matrimonió civil.

Pero la tendencia no ha parado desde entonces. De hecho, solo en los últimos seis años las bodas católicas se han reducido a la mitad en la demarcación.

En el caso concreto de la ciudad de Tarragona solo se registraron 70 bodas católicas el año pasado frente, por ejemplo, a las 964 que había en el 78.

Caso aparte son las bodas que se celebran con los ritos de otras religiones, que apenas se han movido en los últimos años. En 2018, de hecho, sólo hubo 18 en toda la provincia.

Cada vez más mayores

Alba Mariné, fotógrafa de bodas, trata de hacer memoria y dice que hace tiempo que no trabaja en una boda por la iglesia.

Lo que sí le llama la atención es el hecho de que cada vez las bodas suelen ser eventos más complejos. «Hace unos días estuve trabajando en una que duró todo el día... Hasta jugaron al fútbol», relata.

La tendencia a estas bodas-evento tal vez tenga que ver con el hecho de que quienes se casan no solamente son menos, sino que tienen más tiempo de planearlo porque lo hacen mas tarde en la vida. En Tarragona la edad media del primer matrimonio es de 34,89 años en los hombres y 30,95 en las mujeres. Esta edad de casarse, de hecho, ha crecido en dos años desde 2012.

En la demarcación hubo el año pasado 2.669 bodas frente a 1.844 separaciones y divorcios

No deja de ser curioso, no obstante, que bodas hay de todas las edades. El año pasado hubo 56 de mayores de 70 años.

En lo que se refiere a la nacionalidad, los españoles que se casan con españoles son el 80%. En el resto de las uniones había uno o dos cónyuges extranjeros.

Donde sí se ha notado un aumento progresivo es en las bodas entre personas del mismo sexo. El año pasado fueron 75 y la cifra ha ido subiendo progresivamente aunque siguen teniendo un peso residual en el total de las uniones.

Pasar por el notario

Regresando al tipo de ceremonia, también hay que tener en cuenta el número creciente de bodas civiles ante notario. Martín Garrido, notario, ya ha oficiado unas cuantas y relata que, aunque los perfiles de los contrayentes han sido muy diversos, una de las características que destaca de quienes recurren a este sistema es que buscan un acto privado, especialmente las que tienen cierta notoriedad pública. «Todo lo llevan con más naturalidad», dice.

Resalta, además, que por ser ante el notario no se trata de un simple trámite, al contrario, sigue siendo un momento importante de la vida, así que muchas parejas acuden bien trajeadas y con sus familias para luego ir a celebrar.

Dice, además, que hay que tener en cuenta que ante el notario no sólo se realizan bodas, sino también constituciones notariales de parejas de hecho, una fórmula también al alza.

Tampoco hay que dejar fuera, aunque no son matrimonios como tal, las parejas de hecho que se inscriben en el registro que puso en marcha la Generalitat de Catalunya en abril de 2017. El año pasado, sin ir más lejos, se registraron 1.106.

Destino de bodas

Esta caída progresiva de las bodas también tiene un efecto en los negocios relacionados, que han buscado ofrecer más servicios.

Caso peculiar es el de la agencia AG Planning de Tarragona, que asegura que no solo ha aumentado el número de bodas que organizan, sino que las eclesiásticas son casi la mitad de las que celebran.

El dato, no obstante, tiene un trasfondo y es que las bodas por la iglesia las celebran en una capilla dentro del Castell de Tamarit. El sitio, el mismo donde se casó el futbolista Andrés Iniesta, se ha convertido en lo que se ha dado en llamar un Wedding Destination (Destino de bodas). Recientemente han tenido clientes de Estados Unidos, Inglaterra, Irlanda, Suiza y Alemania, entre otros.

La mitad se rompen

En lo que sí resultan poco alentadoras las cifras es respecto al futuro de las parejas, a juzgar por la cantidad de separaciones y divorcios que se contabilizan cada año.

Si en 2018 se registraron 2.668 bodas en la demarcación, en el mismo año hubo 1.844 separaciones y divorcios. Comparándolas, rupturas representan el 69% de las uniones.

Eso sí, las estadísticas, en este sentido, también ofrecen algo de consuelo para los que quieren volver a intentar estar en pareja. Entre quienes se casaron el año pasado, 664 de los contrayentes eran divorciados o viudos.

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