Tarragona es la provincia catalana que más sufre para llegar a final de mes

Seis de cada diez tarraconenses no llegan a final de mes. El Camp y el Ebre vuelven a mostrar los peores datos de Catalunya en pobreza

25 julio 2018 19:05 | Actualizado a 02 agosto 2018 18:40
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La crisis no se va de las familias. Las privaciones y los apuros continúan en los hogares, a pesar de la mejora de los datos del paro y de la economía en general. De hecho, tener trabajo no evita que muchas personas caigan en la pobreza. En ese análisis, Tarragona vuelve a salir muy malparada si se compara con otros territorios de Catalunya. Tarragona es la provincia donde más población hay a la que le cuesta llegar a final de mes, según los datos de la Enquesta de Condicions de Vida 2017 publicada ayer por el Idescat. En el Camp de Tarragona el 62,6% de personas admite sufrir para cubrir todos los gastos del mes. En las Terres de l’Ebre la cifra es un poco mejor, el 56,6%, aunque ambas estadísticas son las peores de toda Catalunya al respecto, y quedan bastante por encima de la media (49,7%). También por encima se encuentra el Penedès, con un 53% de gente que padece esos agobios económicos, nada extraño si se tiene en cuenta que el Baix Penedès continúa siendo la comarca catalana donde hay más paro. 

Ni siquiera el potente tejido industrial de la provincia ni el empuje turístico evitan que a cada  nuevo estudio Tarragona muestre peores resultados de la media. Especialmente afectadas resultan las Terres de l’Ebre. Es el ámbito de toda Catalunya con una renta media neta anual por persona más baja, situada en 9.253 euros, muy lejos de los 12.711 de la media catalana. Algo mejor está el Camp de Tarragona, con una renta de 11.082 euros, aunque por debajo de los registros que tienen Girona o Barcelona. Así, la encuesta revela las grandes diferencias que hay entre territorios. 

Eso sí, las cosas en el último año han mejorado sensiblemente. En la edición anterior de la encuesta, la correspondiente a 2016, el porcentaje de ebrenses que padecían para llegar a final de mes se disparaba hasta el 74,5%, prácticamente 20 puntos más. En el Camp de Tarragona la cifra era del 71,5%. Por lo tanto, siete de cada diez ciudadanos sufrían agobios en ese trance de pasar el mes. 

La escasez ebrense tiene un paralelismo con el mayor índice de paro e incluso en términos demográficos. «El interior se está despoblando y el trabajo queda en la costa. La desertización de gente acaba llevando a la desertización económica», indica el economista de la CEPTA Rafael Muñoz, que agrega: «Se confirma la tendencia que agrava la brecha entre la gente que no tiene muchas dificultades económicas y la que sí. La precariedad laboral es un boomerang y sigue afectando. Por eso cuesta que la recuperación económica se note en las familias». 

Las comarcas rurales del interior son el principal lastre que coloca a las Terres de l’Ebre en la cola de la mayor parte de índices económicos. Tampoco el Camp de Tarragona muestra excesivas alegrías domésticas, a pesar de haber dejado atrás, en un principio, los estragos más duros de la crisis. 

Otro input evaluado es el de las prestaciones sociales que reciben los hogares. De nuevo, los porcentajes de carencias están en la provincia por encima del dato medio catalán. En Catalunya el 60% de los hogares reciben prestación social. En el Camp de Tarragona el dato sube al 68,5% y en las Terres de l’Ebre al 61,4%.

En la provincia de Tarragona y en Catalunya en general las comarcas del interior muestran, por norma básica, unas rentas a priori más básicas. La situación responde a la realidad actual pero también tiene mucho de legado. «En las ciudades portuarias se han establecido siempre las grandes industrias. No es casual que la petroquímica esté en Tarragona y no en Soria. La salida al mar es fundamental. Por eso en las zonas del interior suele haber menos riqueza que en la costa», zanja Àngel Belzunegui, profesor y sociólogo en la URV. 

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