Aval territorial de Junts a pactar con el PSC en la Diputació de Tarragona... a la espera de Waterloo

Después de unas elecciones municipales y a pocas semanas de unas Generales no es un buen momento para volantazos. Esto sería, sin lugar a dudas, lo que diría cualquier manual de gestión política. Sin embargo, los tiempos han cambiado, las redes sociales lo amortizan todo rapidísimamente y un divorcio con salida traumática del Govern de la Generalitat debe tener consecuencias a largo plazo. ¿Quizás, pues, los comicios convocados por sorpresa por Pedro Sánchez (PSOE) para el 23 de julio pueden ser una oportunidad para iniciar una nueva etapa de pactos en la política local y catalana?

Este es, precisamente, el debate en el que se encuentra Junts per Catalunya, que valora si dar el giro en la Diputació de Tarragona con un pacto con el PSC o, en cambio, mantener el gobierno provincial con Esquerra Republicana. De ello se habló ayer en una intensa reunión de la ejecutiva de Vegueria del Camp de Tarragona, en el que los cuadros de la formación juntaire debatieron largo y tendido sobre qué posicionamiento y rumbo se deberá firmar en los próximos días en la institución del Passeig de Sant Antoni. Esta decisión, sin embargo, no se tomará desde Tarragona. Y, seguramente, ni en Barcelona, sino desde Waterloo con la opinión del sector de Puigdemont tras el viaje que el pasado viernes realizó a Ginebra el secretario general de Junts, Jordi Turull, para intentar limar asperezas y trazar un frente común con la secretaria general de Esquerra Republicana, Marta Rovira.

¿Presidencia o apuesta por ERC?

Lo cierto es que en las comarcas tarraconenses la opinión general es la de romper con ERC y pactar con los socialistas, según se escenificó durante el encuentro de ayer. La mayoría de los asistentes, entre los que se encontraban Albert Batet, Teresa Pallarès, Joaquim Calatayud o Josep Maria Cruset, estaría a favor de pactar con el PSC. De hecho, el acuerdo con los socialistas permitiría tener la presidencia de la Diputació hasta 2027, en una operación que llevaría al diputado y alcalde de Les Borges del Camp, Quim Calatayud, a relevar a Noemí Llauradó (ERC) en el Passeig de Sant Antoni. Por contra, un pacto con ERC dificultaría a los juntaires lograr la presidencia del ente provincial.

Asimismo, entre los factores que avalarían la Vía PSC está el hecho de que permitiría a los juntaires ampliar su abanico de pactos, impulsando una geometría variable que, de momento, no se ha explotado más allá de algunos municipios, Consells Comarcals y la Diputació de Barcelona, mientras que ERC tiene un repertorio más amplio con CUP, Comuns y con el propio PSC en el Parlament o en el Congreso.

Sin embargo, en las últimas horas esta posibilidad ha perdido velocidad. El motivo es que pactar ahora en una Diputació con el PSC podría verse como una contradicción cuando, precisamente, las cúpulas de Junts y ERC están intentando acercar posturas, empezando por las elecciones de dentro de 46 días. Por ello, el tema ha superado ya el acuerdo territorial avalado ayer entre Junts y PSC y ya está en manos de las direcciones nacionales.

Los cuadros de Junts en el Camp de Tarragona expusieron este lunes sus puntos de vista, para «enviar» un posicionamiento mayoritario –que no unánime– para una dirección nacional que hoy se reúne para hablar, entre otras cuestiones, de la política de pactos municipales. ¿Geometría variable o 1 d’octubre? La vía que se tome puede ser la autopista por la que transite la relación entre las dos principales formaciones independentistas los próximos años. Tarragona marcará el punto de inflexión del procés.