Parte del trabajo de la Guàrdia Urbana de Tarragona durante la noche de Sant Joan fue preservar el espacio natural del Bosc de la Marquesa. Durante el dispositivo, los agentes pusieron cinco denuncias por realizar acampada– una actividad prohibida– y cuatro más por encender fuego.
Durante la tarde, los guardias comprobaron que la cadena que impide el acceso de vehículos desde la antigua N-340 al mencionado bosque estaba rota. Cuatro vehículos habían accedido al interior.
Los agentes denunciaron a sus conductores y los hicieron marchar. Para que no se repitiera la acción, se reforzó la cadena con vallas y cinta policial de balizamiento.
Durante la noche, las patrullas de la Guàrdia Urbana se vieron reforzadas con dos del Seprona y tres vigilantes del Bosc de la Marquesa. El dispositivo fue informando a los grupos que accedían al bosque de la prohibición de acampar y de encender hogueras. En Cala Fonda (Waikiki) se pusieron cuatro denuncias por acampadas, tres por encender fuego y una por utilizar un grupo electrógeno.
Pertenecía a un grupo –que después se marchó a otra playa– que también llevaba carbón vegetal para encender fuego. En la playa de La Móra también se puso una multa por encender fuego y otra en la de Tamarit por acampada.
Por otra parte, con la salida del sol, el personal de limpieza de playas solicitó la presencia policial en la Arrabassada (en el tramo cercano al Preventori) para desalojar a unas sesenta personas que todavía estaban en la arena y no se podía limpiar.