La sexta edición de la First Lego League de Tarragona se celebró por primera vez en el Palau Firal i de Congressos con un nuevo récord de participación, con casi de 500 alumnos. Los futuros ingenieros demostraron sus habilidades tecnológicas. Y, finalmente, el primer premio fue para el proyecto Sugar de la escuela Sant Pau de Tarragona. La segunda posición fue para Lego Masters, del INS Roseta Mauri de Reus, seguido por Walle del Col·legi Les Carmelites de Tarragona.
Este año, el reto, llamado ‘Animal Allies’, buscaba fomentar la cooperación entre humanos y animales para resolver aspectos beneficiosos para la sociedad. «Cada equipo puede plantear un aspecto que quiera trabajar y sobre este aspecto crear un proyecto propio», apuntó el director de la ETSE de la URV, Domènech Puig.
Los grupos deben añadir la parte tecnológica al proyecto «con inventiva e imaginación» para el reto que plantean sea posible. La otra parte del proyecto, más vistosa, se basa en programar unos robots que hagan diversas funciones. La final en el ámbito estatal se hará en Logroño.
Proyectos
La Selma y la Judith de La Parellada de Santa Oliva, hace dos años que se forman en robótica en la escuela y ahora ya están en sexto, programaron con su equipo un ventilador como sistema de climatización para los transportadores de perros y evitar que «las mascotas pasen calor». El equipo también creó una página web desde donde se pueden descargar tutoriales para seguir sus pasos. Según explicaron, el proyecto salió después de juntar las ideas de tres grupos diferentes.
Valeria, Clàudia y Abril, del equipo de Turuletas Makers de la escuela Elisabet de Salou, explicaron que su proyecto intentaba solucionar el problema de la falta de higiene de las gallinas, que hace que enfermen. La idea se basa en un túnel «que ducha las gallinas» tras detectarlas con un sensor de movimiento en horas programadas. «En las horas que corresponde, sale el agua, y luego las seca porque si no, pueden coger enfermedades», explicaron. Además, el funcionamiento del sistema con placas solares, «para no gastar dinero».
Quien también incluyó las gallinas en su proyecto son los Robo Darwin de la escuela del Carme de Sant Sadurní d’Anoia, que idearon un gallinero para introducir en las casas de los abuelos. «Queríamos hacer algo para ayudar a las personas y pensamos que hay abuelos que no se sienten útiles», explicó el Ángel, que ve en el acercamiento de un animal en el hogar la solución. El equipo ha diseñado un gallinero mediante una aplicación del ordenador.
Futuros ingenieros
El programa sirve para fomentar el interés por la tecnología entre los niños. Según el director de la ETSE, Domènech Puig, hoy en día hay una «paradoja» que es que hay más demanda de ingenieros tecnológicos que oferta. «Muchas empresas necesitan ingenieros y no los encuentran y, en cambio, hay relativamente pocas vocaciones tecnológicas entre nuestros jóvenes», explicó desde un Palau donde cientos de niños hacían los últimos retoques en unos robots que hace meses que programan. En total había 33 equipos de 20 escuelas.