Tarragona trabaja por ofrecer descuentos en zona verde a los comerciantes

El precio de aparcamiento en zona verde podría verse reducido para los comerciantes. PIMEC Comerç Tarragona ha mantenido diversas reuniones con el actual gobierno municipal para poder ofrecer la tarjeta de residente a los empresarios que no están empadronados en el barrio en el que desarrollan su actividad.

La tarjeta de residente permite a los ciudadanos empadronados dentro de una Zona Regulada acceder a un tique reducido exclusivo que permite estacionar por 0,40 € al día durante un máximo de dos días. Este mismo importe se aplicaría también la gran mayoría de zonas naranjas.

Los beneficios como residente también permitirían tener acceso a los pagos trimestrales, de alrededor de 30 € y anuales, de 120 €.

Florenci Nieto, presidente de PIMEC Comerç Tarragona, asegura que esta medida persigue «buscar alternativas al crecimiento de las grandes empresas», recordando que la mayoría de grandes establecimientos cuentan con plazas de parking propias.

Según detalla el presidente, la cuestión será trasladada a la Taula de Mobilitat, un organismo del Ayuntamiento aún pendiente de su primera convocatoria que quiere aglutinar diversos agentes interesados en esta cuestión para debatir y decidir propuestas.

La reclamación de la creación de una «tarjeta de residente profesional» es una reivindicación que se ha llevado desde hace más de diez años por parte la pequeña y mediana empresa. Desde entonces, la zona verde y azul ha aumentado sus plazas y tarifas en la ciudad. Actualmente, aparcar en zona verde tiene un precio de 4 € por dos horas, la duración máxima permitida.

Esta iniciativa fue inicialmente perseguida por la Confederació d’Empresaris de la Província de Tarragona (Cepta). Su presidente, Xavier Rigau, argumenta que «toda la ayuda al comercio es bienvenida en un momento difícil para el sector». Rigau señala que a cuestiones como las medidas fiscales y el crecimiento de las grandes firmas de venta por internet se le suman «unas tarifas de parking prohibitivas».

El presidente de PIMEC Comerç se muestra «a favor de la expansión de la zona verde», asegurando que «es la que más favorece al comercio». En cuanto a las zonas naranjas, que permiten aparcar por 1 € al día, Nieto considera necesario que existan «zonas disuasorias en los accesos a la ciudad».

Paralelamente, Nieto estaría trabajando junto al Ayuntamiento por poder «bonificar a los clientes que compren en el comercio local a través de los parkings municipales». De esta manera, los visitantes que compren en la ciudad podrían optar a descuentos en su aparcamiento presentando un tique de compra.

Florenci Nieto asegura que la entendida con el actual gobierno ha sido «extraordinaria» y cree que podrá desencallar «cuestiones que han preocupado históricamente a la pequeña empresa».

Contra la zona verde

Hace un mes que unas 200 plazas de zona naranja en el Barri del Port cambiaron al color verde. Esta acción fue duramente denunciada por la asociación de vecinos de barrio, quien criticó la acción del gobierno «sin una comunicación previa».

Mari Carmen Puig, presidenta de la asociación vecinal, pone el acento en los trabajadores y comerciantes, asegurando que «gran parte del tejido económico del barrio no reside en él». La presidenta asegura que, en este tiempo, se ha visto» la zona regulada del Carrer del Mar prácticamente vacía», ya que muchos trabajadores utilizaban antes la tarifa reducida.

Por este motivo. Puig considera que la propuesta de una tarjeta de residente profesional sería «una gran medida para el barrio», manifestando que muchos trabajadores «se han quedado sin plaza».

Otra de las zonas donde se quiere implementar la zona de aparcamiento regulada es en la Vall de l’Arrabassada, una cuestión que encrespó a la asociación comercial del barrio. Su presidenta, Mireia G. Mohedano, alega que «la zona blanca es una de sus principales ventajas competitivas frente al centro».

Mohedano ve con buenos ojos la bonificación al comercio, aunque asegura que «no sería una solución definitiva». La presidenta insiste en que el aumento de plazas reguladas supondrá un prejuicio para un barrio «apartado del centro y con poca dinamización comercial» y considera que «sería más coherente la zona naranja en esta parte de la ciudad».

Cabe destacar que estas dos representantes reclaman que la medida pueda ser aplicada también a los trabajadores desplazados. Esta opción no estaría contemplada por las negociaciones llevadas a cabo entre PIMEC Comerç y el Ayuntamiento.