Espimsa quiere modificar la ordenanza sobre mercadillos en TGN para ganar poder de decisión

Espimsa propone modificar la ordenanza municipal para ganar poder de decisión ante situaciones excepcionales. La petición llega a raíz del informe que presentó el viceinterventor del Ayuntamiento de Tarragona, en el cual se determinaba que la empresa municipal que gestiona los mercadillos no había actuado correctamente dejando de cobrar las tarifas de los marchantes durante la pandemia. El auditor apoyaba su resolución en la ordenanza municipal sobre prestaciones patrimoniales de carácter público no tributario, que dice que es el plenario quien tiene competencia para decidir si se deja de cobrar o no una tasa.

Lo que quiere Espimsa es tener autonomía para poder reaccionar ante una situación excepcional, como ha sido en esta ocasión la Covid-19. Según explican los responsables de la empresa, los marchantes han visto su actividad comercial reducida por culpa de la pandemia y de sus restricciones. «No han trabajado en las mismas condiciones que cuando se les concedió las autorizaciones y se marcaron las tarifas», dicen desde Espimsa. Esta es la explicación que justifica la decisión de la compañía a la hora de dejar de cobrar las tasas.

En este sentido, Espimsa propone que sea la misma empresa municipal y el Ayuntamiento quienes asuman el coste que ha supuesto la medida, que asciende a 175.000 euros.

Además, la compañía opina que debería preverse una actuación más ágil para posibles situaciones posibles, como se ha hecho por ejemplo con el tema de la liquidación de las tasas por ocupación de la vía públicas de las terrazas de los bares. En este caso, un decreto único de la concejalía en cuestión fue suficiente para tirar adelante la medida. Espimsa propone que en la ordenanza haya una previsión similar.

El objetivo que persigue esta modificación de la ordenanza es que la administración no exija el pago de la tarifa a los marchantes cuando la actividad del mercadillo no pueda desarrollarse por un a situación ajena al sector, ya sea por una pandemia como la del coronavirus o por una situación climatológica adversa.

Pese a estas peticiones, Espimsa ha optado por dejar sin efectos el acuerdo adoptado por el consejo de administración el pasado mes de octubre, referente al no cobro de las tasas de los mercadillos, y trasladar la propuesta al pleno municipal –de todavía no se sabe cuándo– para que sea este órgano el que tenga la última palabra. En el peor de los casos, si la medida no fuera acordada, los marchantes deberían devolver la cantidad bonificada durante los meses de octubre, noviembre y diciembre del año pasado.

Nombres e importes

Aprovechando esta ocasión, y teniendo en cuenta los cambios que han sufrido en los últimos tiempos los mercadillos de la ciudad, Espimsa ve conveniente llevar a cabo otras modificaciones en la ordenanza. Para empezar, cambiar el nombre de Mercat de Sant Quadrat –el que se hace cada viernes–, por el de Mercat de Brocanters. Además, la ordenanza dice que se celebra en la Plaça Corsini, cuando desde hace tiempo se monta en la Rambla Nova.

Por otro lado, la ordenanza reguladora marca que las liquidaciones de las tarifas de este mercadillo de antigüedades debe ser diaria. Espimsa pide que sea mensual, como el resto de mercadillos. «Evidentemente siempre que en función de si se ha dado o no el servicio», dicen.

Por último, en el artículo cuarto de la ordenanza, se establece un importe de 3,47 euros para poder tramitar instancias. Espimsa asegura, en su propuesta de modificación, que «creemos conveniente eliminar este concepto por los problemas que puede comportar el hecho de que muchas personas no presenten instancias para no tener que abonar este importe», lo que acaba comportando un descontrol de las paradas, dado que no comunicarán vacaciones o bajas temporales, entre otras cosas.