Repsol, como compañía multienergética, está viviendo un intenso y profundo proceso de transformación en todos sus ámbitos de actuación y también en todos los territorios donde está presente, incluyendo los complejos industriales. De entre ellos, Tarragona es uno de los fundamentales, por su volumen de producción y por su condición de integrar en un mismo complejo unidades de combustibles, de química básica y de química derivada.
La respuesta de la compañía a ese reto ha sido una apuesta firme y decidida por una serie de inversiones y proyectos que serán claves para el futuro del complejo industrial de Repsol en Tarragona, como Ecoplanta, que ha recibido ayudas como adjudicataria de los Innovation Fund que concede la Unión Europea.
Y es que todos esos proyectos tienen en común su apuesta por la innovación y la tecnología punta como elementos imprescindibles en nuestra transición energética con dos objetivos: acelerar la transformación hacia una industria descarbonizada sustentada en la economía circular, y fabricar productos cada vez más sostenibles y de mayor valor añadido, capaces de ser competitivos y de diferenciarse en un contexto de mercados globales.
Un tercer aspecto que tienen en común todos esos grandes proyectos anunciados desde Repsol es que evidencian el mensaje, claro y rotundo, de que el Complejo Industrial de Tarragona no es sólo referencia internacional dentro del sector petroquímico por su pasado y por su presente, sino también por su futuro.
Uno de esos proyectos es T-Hynet, una planta de producción de hidrógeno verde que se pondrá en marcha en el polígono “Norte” de la mano de un consorcio que lidera Repsol y en el que participan también Messer, Iqoxe y Enagas. La previsión es que esté en funcionamiento en 2026, en una primera fase.
Este electrolizador se nutrirá con una parte de energía renovable de proximidad, y con otra parte procedente de «ppa’s» (Power Purchase Agreement), y su puesta en marcha evitará la emisión de 150.000 toneladas anuales de CO2, el equivalente a lo que genera una ciudad de unos 30.000 habitantes. La capacidad, en una primera fase, será de 150MW, y a partir de 2030, en una segunda fase, podrá alcanzar 1GW.
Un segundo proyecto, ejemplo de la economía circular, es la Ecoplanta, un proyecto liderado por Repsol como socio mayoritario y participado por la empresa canadiense Enerkem, que es la que aporta el conocimiento tecnológico. El proyecto contempla la construcción de una planta industrial que mediante un proceso de gasificación producirá metanol circular a partir de residuos sólidos urbanos que actualmente terminan en el vertedero (contenedor gris). Este metanol circular podrá utilizarse como materia prima de productos químicos (pinturas, resinas, plásticos...) o de biocombustibles avanzados.
La compañía apuesta por la tecnología punta, imprescindible en la transición energética
La Ecoplanta es uno de los únicos siete proyectos seleccionados en la segunda convocatoria del Innovation Fund de la Unión Europea (de los más de 300 proyectos a gran escala que se presentaron) precisamente por su innovación, su disminución de emisiones de carbono y su grado de escalabilidad.
El proyecto se encuentra actualmente en fase de ingeniería de detalle y se prevé su aprobación para este último trimestre de 2023. Se prevé que la construcción de la planta se realice entre los años 2024 y 2026, y posteriormente se procederá a su comisionado y puesta en marcha.
La tecnología utilizada permitirá reciclar más del 70 % del carbono presente en los residuos. En concreto, la instalación reciclará entre 300.000 y 400.000 toneladas de residuos al año, que procederán de Ecoparcs cercanos, para producir 240.000 toneladas anuales de metanol circular. Se calcula que este proceso permitirá ahorrar la emisión de 3,4 millones de toneladas de CO2 durante los primeros 10 años de actividad.
Uno más de esos grandes proyectos de Repsol ya en marcha es la construcción en Tarragona de una nueva planta para la fabricar polietileno reticulable (XLPE), un polímero utilizado en el aislamiento de cables, situado entre el conductor y las capas protectoras exteriores, que se utiliza para la fabricación de cables de alta (HV) y extra alta tensión (EHV).
Repsol avanza en la multienergía para cubrir las necesidades de la sociedad
La compañía está invirtiendo más de 35 millones de euros en la construcción de esta instalación, que tendrá una capacidad anual de 27.000 toneladas anuales y que está previsto que se ponga en marcha en 2025. La nueva planta contará con la tecnología LSHCTM (acrónimo de Linear Short Hyperclean), de Buss AG, que proporcionará un producto con unas propiedades muy competitivas y situará a Repsol entre los principales productores de polietileno para cables.
Energías renovables
De este modo, Repsol suministrará polietileno reticulable (XLPE) a las instalaciones de fabricación de cables de última generación en cualquier parte del mundo para garantizar los más altos estándares internacionales a los cables de alta (HV) y extra alta tensión (EHV) producidos.
El aumento de las fuentes de energías renovables supondrá un incremento de la demanda de cables para el transporte de energía desde su lugar de generación, a los puntos de transformación y consumo. Para el transporte de esta energía frecuentemente se utiliza el transporte por cables aéreos, pero en muchos casos es preferible soterrarlos para evitar su impacto visual y en estos casos es necesario que el cable esté correctamente aislado.
Repsol, con proyectos como los que está impulsando en el Complejo Industrial de Tarragona, sigue avanzando con éxito en su apuesta por la multienergía para cubrir todas necesidades de la sociedad para convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050.
