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    Judith Pujol: «Es importante compartir tiempo y espacio, sin el elemento virtual»

    Directora teatral, es coordinadora de Proyectos Artísticos del Teatre Nacional de Catalunya (TNC). Creadora entre bambalinas, defiende el teatro como un lugar en el que generar pensamiento

    08 agosto 2022 10:16 | Actualizado a 08 agosto 2022 10:21
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    La tarraconense Judith Pujol es licenciada en Historia del Arte y en Dirección y Dramaturgia (Institut del Teatre), así como cofundadora de la compañía Obskené. Apasionada de la creación tras el escenario, lleva muchos años trabajando en el equipo de Carme Portaceli, primero como coordinadora artística del Teatro Español de Madrid y actualmente como Coordinadora de Proyectos Artísticos del Teatre Nacional de Catalunya (TNC), auditorio del que Portaceli es directora. Algunas de las obras que ha estrenado son País sense Paraules, de Dea Loher, Hamlet és mort, no hi ha força de gravetat, de Edwald Palmesthofer, Este no es un lugar adecuado para morir, junto al también tarraconense Albert Boronat o Els ocells ho fan, i les balenes i les puces també, obra que recaló en Vila-seca. Judith Pujol abrirá el 31 de este mes el Festival FITT, al que anima a «visitar y a disfrutar».

    ¿Qué prefiere, escribir textos o dirigir?

    Soy directora, creadora escénica, también escribo para mis propias creaciones y ofrezco asesoría artística, pero no son textos para publicar y que después otra persona los ponga en escena.

    De momento...

    No se sabe nunca. Siempre tengo la tentación de sentarme sola y ponerme a escribir. Aunque lo que me gusta son los procesos de creación con una compañía. Trabajo normalmente con Albert Boronat, de Coma-ruga y Marcel Bagés, de Flix. También con Les Impuxibles hicimos creación, con Clara y Ariadna Peya, junto a María Velasco. De este modo entiendo la dramaturgia, en colaboración con otros profesionales.

    De su trayectoria, ¿recuerda algún momento más difícil?

    El teatro es muy difícil, en general. Personalmente me apasiona la sala de ensayo, me gusta el proceso. En cada montaje siempre intento hacer alguna cosa que no he hecho nunca, ya que tenemos las herramientas, nos han enseñado y nos dedicamos a esto. Sin embargo, en el momento del estreno lo paso fatal.

    ¿Qué hace habitualmente?

    Teatro contemporáneo, a veces de creación; otras relacionado con la danza; teatro postdramático... Hice textos alemanes traducidos por Katia Pago, que también reside en Tarragona. Actualmente estoy preparando para el TNC Vent de garbí i una mica de por, de Maria Aurèlia Capmany. Es patrimonio de teatro catalán, la recuperación de un texto de los años 60, también con Albert Boronat, en el que hacemos dramaturgia y adaptación.

    ¿De qué trata?

    Es una comedia musical que habla de la inmovilidad de la burguesía. El retrato de Capmany es que mientras ocurren tres momentos de mucha tensión social o bélica, como son 1909, 1936 o 1968, la burguesía se dedica a veranear. Nosotros representaremos estos tres veranos, más un cuarto que estamos construyendo.

    Que sea arte contemporáneo no quiere decir necesariamente que sea abstracto. Puede ser realista o naturalista

    ¿El teatro debe ser crítico?

    En general, creo que estamos en un momento en el que los discursos son muy planos, en algunos ámbitos. El teatro es un espacio para generar pensamiento, no solo lógico, sino abstracto, simbólico, un imaginario. Es un espacio donde compartir, también estados y emociones. No tengo nada contra las redes sociales. Al contrario, son una herramienta más, pero creo que es importante compartir juntos tiempo y espacio, físicamente, sin el elemento virtual. Es muy interesante, en un momento en el que parece que estamos separándonos.

    ¿Cómo hace llegar las emociones?

    Tienes que ser honesto y riguroso con lo que quieres hacer, a la hora de transmitir al público, tienes que trabajar profundamente y trabajar mucho. Para mí, esa es la clave. Después se llegará a una parte de los espectadores, no a todo el mundo, porque el público es un concepto, no una realidad. Hay gente mayor, gente joven, personas muy diversas.

    ¿La comedia es lo más difícil?

    Es complicada porque el humor y la ironía muchas veces son culturales y mutantes. Ahora mismo el humor es complejo, qué se puede decir, qué no; de qué podemos reírnos y hasta dónde llegan los límites.

    Cuando hablamos de arte contemporáneo, ¿hay comprensión por parte del público?

    Hablar de arte contemporáneo no debería ser hablar directamente de incomprensión. Todo lo que ocurre en la actualidad es contemporáneo a nuestro tiempo. Por otro lado, que sea contemporáneo no quiere decir necesariamente que sea abstracto, también puede ser realista o naturalista. Ahora bien, es cierto que los lenguajes evolucionan constantemente, están en un momento en el que abren muchas posibilidades de collage, de ruptura. Por tanto, sí se pueden utilizar las formas de una manera muy diferente a lo que uno piensa que es la mímesis, la copia de la realidad. Pero, ¿qué quiere decir comprensión? No siempre esta tiene que ser lógica. Es cierto que hay un tipo de arte contemporáneo que necesita de un contexto, pero, en general, el público no es tonto y también es contemporáneo. Caminamos juntos, yo creo mucho en esto. Y las dinámicas de trabajo de «lo contemporáneo» no están centradas, en sí mismas, en hacer las cosas incomprensibles; requieren de contextos, de otras prácticas, de búsquedas, de procesos, etc., que a veces nos parecen cosas pretensiosas o pedantes.

    La pedantería se da en todos los sectores.

    Exactamente. Entonces, ¿crítico?, considero que se puede ser crítico de muchas formas, cada uno con su estilo. A mí lo que me da miedo son los populismos o el mensaje rápido y fácil. Lo interesante es activar el pensamiento crítico, no decir lo que deben pensar, sino sugerir y que cada uno pueda hacer un proceso de elaboración. No obstante, esta es mi manera de hacer las cosas y entiendo que hay personas muy directas, muy claras, a las que también les funciona. Lo que no podemos es hacer demagogia, no es lo que corresponde al arte.

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