Panorama de ‘secretos’

El libro ‘Tarragona Panorámica’ muestra espectaculares imágenes y desvela curiosidades de la historia de la ciudad

17 abril 2022 10:59 | Actualizado a 17 abril 2022 11:07
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¿Sabía que el Balcó del Mediterrani ‘nació’ de una cantera? ¿Que el Port de Tarragona fue construido en parte por presos? ¿Que Reus quiso aprovechar una tormenta que asoló el Port para construir un canal que la uniese a Salou y así exportar sus mercancías sin pasar por la capital? ¿Que de Tarragona salieron cientos de soldados para luchar en la guerra de Marruecos? ¿Que el Hotel Imperial Tarraco se construyó sobre el solar de un convento?

El libro Tarragona Panorámica, de Jaume Benages y Jaume Fontanet, rescata esas y otras muchas curiosidades históricas. La obra incluye, como su propio nombre indica, numerosas imágenes en formato panorámico. Cinco de ellas se reproducen en esta crónica, pero en el libro hay cerca de un centenar.
Tarragona Panorámica se publicó en 2013. Fue el libro local más vendido del Sant Jordi de aquel año, según el Gremi de Llibreters de Tarragona. Pero aún puede encontrarse en alguna librería o consultarse en la Biblioteca Pública de Tarragona. 

Benages, un reputado numismático, y Fontanet, ginecólogo, son también unos apasionados de la historia de la ciudad. Benages, además, ya ha escrito una decena de libros sobre el pasado de Tarragona, incluidos una colección de ocho volúmenes sobre postales de diversos barrios.

La editorial Efadós, especializada en libros de fotos antiguas, se puso en contacto con ellos para que escribieran el libro. Los dos amigos bucearon en archivos y en colecciones privadas («la típica caja de zapatos con fotos», las define Fontanet) para seleccionar las instantáneas y redactaron los textos basándose en bibliografía diversa.

Según explica Benages, los fotógrafos del siglo pasado o finales del siglo XIX tomaban una fotografía panorámica y luego la dividían en tres o cuatro postales. Cada una se podía enviar por separado. No faltaban los que reclamaban al remitente las otras postales. «Las montaban como si fueran un puzzle», recuerda. De ahí el formato panorámico de las imágenes, en algunas de las cuales todavía se puede ver la línea que servía para escindirlas.

El libro recorre visualmente toda la ciudad. Desde el Serrallo a la Part Alta, pasando por las dos ramblas, la estación de tren, la avenida Catalunya, el Miracle, el antiguo campo del Nàstic... 

Una de las fotos más curiosas es la del campo del conjunto grana antes de que se ampliasen las gradas. Muchos nastiqueros recordarán el antiguo estadio, situado en la Avenida Catalunya, enfrente de lo que eran los cuarteles y ahora es la URV, pero la imagen de ese mismo recinto sin apenas asientos no es tan conocida. Justo al lado estaba el Xalet del Tennis, ahora desaparecido. El arquitecto de la sede del Tennis Tarragona, sección Park, se inspiró en ese mismo diseño.

Impresiona la instantánea de un nutrido grupo de presos, vigilados por los correspondientes guardias, que extraen piedras de la montaña donde ahora se ubica elPalau de Congressos. Toda esa piedra sirvió para construir los diques del Port.

Esa cantera dio lugar al Balcó del Mediterrani. «La cantera (de Pons d’Icart) dará la vuelta hacia la zona de la playa del Miracle y originará el corte del Balcó del Mediterrani. Más allá de la salida natural de la ciudad por la Via Augusta, se continuó picando cerca de lo que sería el Passeig de Sant Antoni (hoy Ciutat Jardí) y se giró por detrás de la muralla (Passeig de Torroja) hasta aplanar todo el espacio bajo la colina de la Casablanca. Tarragona, vista desde el mar, parecía edificada encima de un acantilado», escriben Benages y Fontanet.

El sueño reusense, frustrado

Las obras de protección del Port permitieron frustrar el sueño de nuestros vecinos de Reus de tener conexión ‘directa’ con el mar. Sin pasar por Tarragona, por supuesto. Fontanet y Benages: «El eje más importante para

el crecimiento físico del Port fue la construcción del dique de Llevant, ya que se convirtió en un muro de protección. Los barcos anclados en el Moll de Costa y las barcas de pesca del Serrallo dejaron de sufrir las embestidas de los temporales marítimos de levante, tal como sucedió el 29 de enero de 1805, en que varios buques quedaron dañados. Este hecho sirvió de pretexto para que se presentase el proyecto del canal navegable Salou-Reus». Los reusenses alegaron que el Port de Tarragona no era seguro. Finalmente el canal ganxet no prosperó.

Del Port salieron, como se ve en una fotografía de agosto de 1921, decenas de soldados hacia la guerra de África. Pertenecían al regimiento de Almansa, con sede en la ciudad. Iban a reforzar a las tropas españolas masacradas en el Desastre de Annual, la sangrienta derrota sufrida por España a manos de los rebeldes rifeños. Entre el 22 de julio y el 9 de agosto de 1921, murieron 11.500 miembros del ejército español (nueve mil españoles y dos mil quinientos rifeños).

Más conocida, pero igualmente interesante, es la imagen del Balcó de los años 30. Se pueden observar la Casa Xirinacs, derruida para construir una mole de cemento y cristal, y el convento de Santa Clara, quemado en 1936 por los revolucionarios. En su solar se edificaría años más tarde el Hotel Imperial Tarraco.
En suma, como apunta Josep Maria Sabaté en el prólogo del libro, «estas imágenes llenan nuestro recuerdo con ese sentimiento nostálgico que nos hace decir ‘Yo estaba. Yo lo vi’».

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