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    Maria Mercè Verge: «Pasamos miedo, pero hemos tenido la suerte de no ver a nadie morir»

    La tarraconense y su agencia organizan viajes en Marruecos y el terremoto les sorprendió mientras pernoctaban en un pueblecito del Alto Atlas con tres clientas. Pese a ello, destaca que «las grandes ciudades no han quedado tan afectadas»

    10 septiembre 2023 11:49 | Actualizado a 10 septiembre 2023 18:28
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    Maria Mercè Verge Navarro es una tarraconense que ha vivido en primera persona la tragedia que ha supuesto el terremoto de Marruecos. Es la responsable de una agencia de viajes, llamada Cultural Festivals Morocco, especializada en viajes al país africano.

    El Diari se ha puesto en contacto con ella para poder tener una visión en primera persona de lo sucedido. «Mucha gente ha muerto, pero nosotros hemos tenido la suerte de no vivir ninguna situación dramática de este tipo, no vimos a nadie perder la vida», asegura Verge. Eso sí, el común denominador durante el terremoto fue el «miedo, pasamos mucho miedo». «Fue el miedo lo que nos ha dejado tocados, y también la ansiedad. Ahora estamos en Marrakesh y me gustaría que se hiciese saber que todas las poblaciones más humildes han perdido sus casas y parte de sus vidas. Las familias están viviendo en campamentos y la situación es muy dura», resume la tarraconense. «Ahora bien, me gustaría remarcar que las grandes ciudades no han quedado tan afectadas, la gente no tiene que tener miedo a visitar Marruecos, ya que es un lugar precioso y, lo que ha sucedido, ha sido puntual, el desastre ha afectado a zonas alejadas de los típicos circuitos turísticos», añade la tarraconense.

    El inicio del viaje

    Maria Mercè Verge estaba realizando un viaje con tres clientas, de Barcelona. Era un circuito que arrancaba en Marrakesh y que recorría toda la costa Atlántica. La aventura se vio interrumpida pasado el ecuador de los diez días previstos. «Todo iba bien, las chicas estaban muy contentas. En la penúltima noche teníamos que dormir en un hotel rural del Alto Atlas (el Berber Family Lodge), con unas vistas increíbles. Concretamente, estaba situado en Aguer Sioual, cerca de Imlil». Allí se torció todo.

    Fue de noche cuando «notamos un temblor muy bestia. Nos habíamos acostado a las 23.30 horas. Vimos que la cosa era seria, que había sucedido algo muy gordo», asegura Verge.

    En el hotel había más turistas y, rápidamente, los responsables del establecimiento reaccionaron. «Todos salimos de las habitaciones asustados preguntando qué pasaba y nos dijo el jefe del hotel que se trataba de un terremoto y que allí no sucedido nunca pasado nunca», dice Maria Mercè Verge. De hecho, le aseguraron que desde el año 1.900 no se había producido ningún terremoto en Marruecos.

    La secuencia posterior fue rápida y efectiva. «El dueño nos explicó que teníamos que irnos de allí inmediatamente, igual que el resto del pueblo», explica, detallando que «nos enviaron a la entrada del pueblo, a una mezquita, por el peligro que había en el lugar donde nos encontrábamos. Nos evacuaron a todos. Llevaron esterillas y dormimos todos al raso, tanto turistas como gente de allí».

    Una dura noche

    La noche no fue fácil, ya que «hacía mucho frío y, cuando salió el sol, regresamos al alojamiento para ver cómo estaba todo. Nuestras clientas tenían que regresar este domingo para Barcelona».

    En cuanto pudieron, regresaron a buscar el coche y las maletas, pero lo único que pudieron recuperar fue el equipaje de toda la comitiva. «Vimos que las vías quedaron incomunicadas y sin luz. No había conexión, ni cobertura ni batería. Fuimos a Asni, que es otro pueblo, cogimos las maletas de las clientas como pudimos y al final acabamos regresando a Marrakesh», explica la tarraconense, todavía en shock tras lo sucedido.

    «Mi pareja y socio de la empresa, Rachid , fue quien regresó a por el coche, y está en ello, ya que se ha quedado en medio de la montaña», apunta, sentenciando que «aquí todo se ha quedado incomunicado y es muy peligroso, pero nosotros hemos podido llegar a Marrakesh, donde la situación no tan grave». Las tres aventureras quedaron «muy agradecidas» por el trato recibido durante la tragedia y ya están en casa.

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