El Tiempo
Estado Carreteras
Whatsapp
Encuesta
Directorio Empresas
Daniel Genè vive en la calle Mercè Rodoreda, la misma donde se encuentra el único instituto escuela público del barrio. Siempre pensó que su hija mayor, que el curso que viene comienza I3 (antes P3) iría a clases a un paso de casa. La sorpresa, no obstante, llegó con el proceso de preinscripción, cuando vieron que había 55 solicitudes para cuarenta plazas. Cuando se sorteó el número de desempate confirmaron que se quedaban fuera.
Además, de las 40 plazas de la escuela de dos líneas, 12 están reservadas (así lo obliga la norma) a alumnos con necesidades educativas especiales, NESE, tanto por dificultades del aprendizaje y discapacidad como por su situación socioeconómica y 28 son plazas ordinarias. Esto significa, explica, que las quince familias que se quedan fuera podrían ser incluso más porque a estas plazas de NESE también pueden optar niños de otras zonas escolares.
De ir andando a coger el coche
Enterarse de la situación ha sido un auténtico mazazo para la familia de Genè. «Nos ha afectado incluso psicológicamente, cada mañana veo como mi calle se llena de familias trayendo a los niños en coche de otras zonas como Boscos o Cala Romana y ahora soy yo el que voy a tener que coger el coche para llevar a mi hija a la escuela», se lamenta porque seguramente irá a Lestonnac, escuela concertada que era su segunda opción. Lo que iba a ser un recorrido de un minuto caminando ahora se convertirían en 20, por lo que optarán por el vehículo particular.
Meritxel Plaza, otra madre del barrio en la misma situación dice sentirse «indignada». En su caso el niño seguramente estudiará en la escuela pública de El Miracle. «Mi marido y yo trabajamos en turnos rotativos y no es lo mismo llevar al niño caminando a la escuela que tener que coger el coche después de trabajar toda la noche».
Yolanda García, otra madre, explica que el problema es que «si no te toca la escuela del barrio tienes que coger el coche sí o sí, así que hay mucha gente que por no pasar por esto saca sus cuentas y directamente ni se preinscriben en el barrio».
Marcos Adan, padre de una niña, explica que en su caso ya no se trata solo de un problema de cercanía de la escuela, sino de que la familia quería ir a la escuela pública. En su caso su hija no solo se ha quedado fuera de la escuela de l’Arrabassda que era su primera opción, sino que este lunes les avisaron que tampoco había plaza en El Miracle, que era la segunda opción dentro de la zona cuatro, que es donde viven.
Además están convencidos de que la tercera escuela pública a la que podrían optar por proximidad, la Escola Saavedra, que está en la zona de solapamiento entre las zonas 3 y 4 también está llena. Consultamos los datos y, efectivamente, hay 29 solicitudes para 20 plazas (y de las 20, 6 son de NESE).
Su opinión, compartida con todos los padres, es que la escuela del barrio, que este año se transformó en instituto escuela y se trasladó a la sede definitiva (a excepción de secundaria) nació pequeña para la demanda de la zona con mayor natalidad de la ciudad. Explica, no obstante, que el sistema está montado de forma que las que siempre acaban ‘llenando’ son las escuelas concertadas.
Revisando los datos de la preinscripción de las tres escuelas concertadas que hay en la zona 4 se confirma que en todas hay más plazas ofertadas que demanda.
La falta de plazas en l’Arrabassada es un problema que viene de largo, de hecho en el curso 2018-2019 la presión de las familias que se quedaron fuera obligó a abrir una segunda línea en El Miracle.
Educació ofrecerá opciones a las familias
Fuentes del Departament d’Educació reconocen que el Institut Escola ha tenido bastante demanda en relación a las 40 plazas que ofrecía en I3. Recuerdan que, tal como se hace en toda la planificación, se ha establecido un sistema de puntos que ha hecho que las familias pudieran acceder al resto de opciones que eligieron en la preinscripción (algunas de las cuales son centros concertados).
Apuntan que hay «un reducido número de familias que solo eligieron l’Arrabassada y, por lo tanto se está estudiando la forma de admitirlas en los centros públicos de la zona educativa».
Fuentes municipales también reiteran que las familias que han pedido plaza en una escuela pública del municipio la tendrán.
Contando la oferta pública y concertada, en la ciudad habrá plazas de sobra para los niños que inician I3. Según el padrón son 1.046 los nacidos en el 2020 y aunque hubo más solicitudes, 1.064 (porque tradicionalmente hay padres que viven fuera del municipio pero trabajan aquí) las plazas ofertadas son 1.180.
El curso actual, el 2022/2023 se cambió la zonificación escolar de la ciudad que pasaba de siete a cuatro zonas como una de las medidas para luchar contra la segregación escolar. Según los datos que maneja el Institut Municipal d’Educació, las solicitudes de preinscripción son menores que lo que dice el padrón.
En la zona 1 (barrios de Ponent) había 345 niños empadronados y se presentaron 325 solicitudes; en la zona 2 (Sant Pere i Sant Pau) había 205 niños y 197 solicitudes; en la zona 3 (el centro) había 355 niños y se presentaron 345 solicitudes y en la zona 4 (Llevant) había 141 niños y 132 solicitudes. En torno al 80% de las familias pidió una plaza usando el criterio de proximidad al domicilio.
La situación definitiva, no obstante, no se conocerá hasta septiembre, momento hasta cuando las escuelas tienen que mantener las plazas NESE. Puede ser, además, que alguna familia que tenía la plaza tras la preinscripción luego no formalice la matrícula.
