Ricomà necesitará una negociación al límite para no llegar a la prórroga presupuestaria

Faltan seis millones El gobierno municipal busca la abstención de ECP a un presupuesto con menos inversión y que necesitará 4 millones del superávit

06 diciembre 2021 18:00 | Actualizado a 07 diciembre 2021 11:06
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El alcalde Pau Ricomà (ERC) necesitará, de nuevo, de una negociación al límite para evitar la primera prórroga presupuestaria en el Ayuntamiento de Tarragona. Como ya sucediera en 2019 y 2020, todo parece indicar que la geometría variable del Saló de Plens obligará a que la votación de los presupuestos no sea hasta finales de diciembre, a las puertas– o justo en medio– de las fiestas navideñas.

Lo cierto es que, a día de hoy, la situación es compleja y, según las fuentes consultadas, las conversaciones se encuentran aún en un estado embrionario. El pasado miércoles, el ejecutivo de la Plaça de la Font –ERC y CUP, sin Junts per Tarragona– presentó las líneas básicas de las cuentas del próximo año. En resumen, la conclusión de este primer esbozo es que el presupuesto sube de 163 a 168 millones de euros, si bien los gastos ascenderán hasta los 174, por lo que a día de hoy faltan seis millones que, en parte, se espera poder cubrir con cuatro o cinco del remanente de 2021. En caso de que no hubiera cuentas para 2022, la situación sería mucho peor, ya que el Consistorio iniciaría el año con los 163 millones del año pasado, por lo que el agujero sería de 11 millones o, lo que es lo mismo, del 6,4% del total.

El incremento de la aportación estatal, que sube cinco millones, explica el hecho que aumente la previsión de ingresos, si bien hay una disminución de tres millones del impuesto de la plusvalía –que pasa de 8 a 4,9 millones–, así como medio millón de las químicas de La Canonja y de otros 533.000 por el IBI de la autopista. El problema grande, sin embargo, viene por la otra pata de las cuentas: los gastos. Estos se disparan un 6,7%, en gran parte por el efecto del 5,6% de la inflación, así por el hecho de que se empezarán a pagar dos créditos que estaban en carencia y que suponen un aumento de dos millones.

En total, en 2022 se amortizarán 14,7 millones de euros de deuda, más 900.000 euros en intereses, mientras que está previsto destinar diez millones para inversiones. Esta cantidad permitirá bajar el endeudamiento en casi cinco millones, si bien los diez previstos para inversiones es la cifra más baja del presente mandat municipal: en 2020 se destinaron 12,5 millones, por los 17 de este 2021. El ejecutivo avanzó también que, entre las obras previstas, está la instalación de lavabos públicos y una apuesta por el «urbanismo feminista» para «incrementar la iluminación y la seguridad en las calles, plazas y parques de la ciudad», según recalcó el edil de Territori, Xavier Puig (ERC), quien alerta que sin cuentas puede verse afectada la tramitación del nuevo POUM y los Fondos Next Generation.

Números sin documentos

Todas estas previsiones se anunciaron en el marco de presentación de un presupuesto del Institut Municipal de Serveis Socials (IMSST), que crecerá el próximo año en un 4,9% para llegar hasta los 12,1 millones (600.000 más que en 2021). En este sentido, la presidenta del IMSST y concejal de Serveis Socials, Inés Solé (CUP), detalló que, hasta la fecha, la ejecución del presupuesto del organismo local «es del 95%», en lo que fue un dardo a su antecesora en el cargo, Carla Aguilar (ECP), que en 2020 tuvo un remanente de un millón de euros.

Pese al anuncio del miércoles, estos cálculos económicos no han sido entregados por escrito a los dos partidos que se están planteando una posible abstención –PSC y En Comú Podem–, cuyo voto es clave para decantar la balanza. Los primeros piden «más diálogo» y tener el detalle de las inversiones, según indica la portavoz, Sandra Ramos, quien el pasado viernes se reunió con ERC. Desde los Comuns, Carla Aguilar se muestra escéptica. «No sabemos los detalles de la última versión de la que hablan. Nos preocupa que estemos a la fecha que estamos con todavía por iniciar la negociación y que la situación de inestabilidad interna del gobierno pueda haber retrasado tener unas cuentas para 2022». Asimismo, indica que «nuestra apuesta es clara y conocida: proponemos que el presupuesto este año tenga un 20% de gasto social y que se incorpore el plan de reconstrucción social y económica».

Fuentes de los Comuns ven «muy complicado» llegar a un acuerdo presupuestario. «En un 95% creemos que no podrá ser», indican al Diari. En esta línea, creen que «hay muy pocos días para negociar», ya que teniendo en cuenta el puente de la próxima semana «no convocaremos la asamblea de militantes más allá del día 22 ó 23 de diciembre. Todo va muy justo y aún ni tenemos el documento». Desde Podem se muestran más contundentes. «Tenemos la voluntad de hablar, pero nos oponemos de base a los números», afirman desde la formación morada, que prevé convocar en «una o dos semanas» la «comissió de política municipal».

Una vez más, pues, las cuentas llegarán hasta la photo finish para saber si el Consistorio tendrá que ir a presupuestos prorrogados por primera vez desde la restauración de los ayuntamientos democráticos en 1979.

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