Tarragona, 'decorada' con cerca de 2.000 carteles electorales

Los grandes partidos instalan 1.300 banderolas. Los modestos, propaganda de pequeño formato. Todos los candidatos dan la cara, salvo el del PP, que posa de perfil, mirando, cómo no, a la derecha

19 mayo 2017 22:49 | Actualizado a 22 mayo 2017 18:12
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Desde hace una semana cerca de 1.300 banderolas de PSC, CiU, PP, ICV y ERC cuelgan de las farolas de las principales calles del centro y los barrios de Tarragona. Los partidos más modestos –Ciudadanos, Ara Tarragona y la CUP– han instalado unos 700 carteles de pequeño formato. El partido con un mayor despliegue es el PSC ya que los espacios a disponer se reparten en función de la representación municipal y los votos.

Los grandes partidos no cifran su gasto local en carteles, ya que la contabilidad de toda la campaña la llevan desde las respectivas direcciones centrales, por lo que no pueden ‘desgajar’ la parte de Tarragona. Sí que cuantificaron su gasto en la campaña la CUP (13.000 euros, todo incluido: carteles, la revista infocup, equipos de sonido, etc) e ICV, con 10.000 (la parte local del gasto).

 

La distribución

La ubicación de las calles va por sorteo. Paradojas de la vida, a CiU le ha tocado la Avinguda de la República Argentina, justo enfrente de la cárcel. Sólo al PP le podría haber ido mejor esa ubicación. Con tanto caso de corrupción a cuestas... Para CiU está además doblemente ‘justificado’: uno de los negocios de ‘Júnior’ –Jordi Pujol hijo– fue en Puerto Rosario (Argentina).

Muy cerca está la Avinguda Andorra. Allí ‘manda’ la CUP. Cartelariamente hablando. El partido asambleario –que se ha destacado en denunciar la corrupción convergente– parece cortar el camino que tan bien se sabían el exlíder de CiU, Jordi Pujol, y su clan:el de los bancos andorranos. A ver si el nou vent que bufa de Llevant a Ponent se lleva las corruptelas en Catalunya y España.

Las banderolas del candidato de CiU, Albert Abelló, lucen también en otras calles. Como la Avinguda Marqués de Montoliu. Bajando a la izquierda, las tapan los árboles. Y en la esquina con Mossèn Ritort i Faus hay dos banderolas en la misma farola. Como atacándose a sí mismas. Dos a falta de una. Todo un símbolo de la campaña de Abelló –confusa y un tanto caótica– y del propio candidato, que va un poco de sobrado. Dicho con cariño.

A los monárquicos más recalcitrantes, les debe dar un síncope cuando caminan por la Avinguda Reina María Cristina: hay carteles de la CUP. Para compensar, el hispánico partido Ciudadanos ha colocado alguno suyo.

ERC está feliz. Entre otros lugares, ha podido colgar su propaganda en la Avinguda Catalunya y la calle Mallorca. Como si anticipase su gran sueño ‘imperialista’: los Països Catalans.

Es curiosa también la ubicación de algunas banderolas del PP. Por un lado, en la Avinguda Roma, leáse el imperio romano, símbolo del hispánico que Mariano Rajoy querría resucitar. Pero un ‘imperio’ compartido, ojo, porque el principal acceso a la ciudad también es para PSC, ERC y CiU.

La otra ubicación donde domina el PP es la zona del Pavelló del Serrallo. Aver si Ale pesca algún voto o logra meter un triple: municipales, autonómicas y generales. Allí algún indignado ha completado el lema del PP:«(No) Treballar. Fer (poc). Créixer (Robant) (Lladres).

 

‘Pienso en ti’

Las fotos de los candidatos parecen emular a la canción de Selena: «Hoy al despertar/solo en ti podía pensar/y hoy tu cara vi/formada en flores en un jardín». Nos miran de frente, sonrientes, informales, sencillos, sin corbata...

El actual alcalde, Pep Fèlix Ballesteros (PSC), intenta transmitir una sensación de ‘pureza’. Camisa blanca, fondo blanco y un toque naíf:una pulsera de cuero en la muñeca derecha. Es el único que incluye lo que se supone que es su firma, en realidad un garabato indescifrable.

La primera impresión al ver los carteles del PSC es el buenismo. Destaca un MES. ¿Es tan bueno el PSCque publicita a su más reciente escisión: MES (Moviment d’Esquerres)?¡Ah, no! Se refiere a «més inversió i ocupació», «més participació i diàleg», «més progrés i futur» y «més polítiques socials». Lo de «más» pretende incidir en la idea de que ya han estado gobernando y ahora van a hacer más, pero surge la duda: Pep Fèlix: «Llevas ocho años en el poder. ¿Por qué no has hecho ya todo lo que propones?».

A Albert Abelló (CiU) se le ve ufano, orgulloso de sí mismo. Con un poco de colorete en las mejillas, parecería Heidy. Dicho de nuevo con todo el cariño. Por cierto, ¿no había una colección de cromos de aquellos legendarios dibujos animados? El lema de Abelló es «Despertem Tarragona», sospechosamente parecido al «Activem Tarragona» de ERC y su candidato, Pau Ricomà. Ambos partidos van de la manita hasta en en eso. A Ricomà se le ve enmarcado en una idílica ciudad futurista, toda amarilla, color que se ha convertido en símbolo del independentismo. El ‘sueño’ incluye una estelada, un carril bici, un abuelito encorvado, una pareja con un cochecito de niño... Todo muy idílico, muy ecológico. Salvo el avión que vuela rozando los tejados de las casas. ¿Se habrán inspirado en los barrios de Sant Salvador o Sant Pere i Sant Pau y el aeropuerto de Reus?

Los candidatos con pose más seria son Arga Sentís (ICV) –que esboza una sonrisa y ofrece un lema que invita a la reflexión: «Lluitem junt/es?»–y Alejandro Fernández (PP). Es el único que no mira de frente, sino de lado. A la derecha, por supuesto. Parece pensar, no en este mundo terrenal de recortes y paro sino en el idílico –y falso– país que nos quiere vender Mariano Rajoy.

Algunas banderolas han sufrido los efectos de la ley de la gravedad y están casi en el suelo. El paseante los roza. Es casi como si el cartel le agrediera. Dos ejemplos: el que hay en el semáforo de la Avinguda Roma y los de la calle Prat de la Riba. Como concluyó un comerciante de la zona, «estos políticos no están a la altura».

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