Tres jóvenes que salieron el pasado sábado a practicar wakeboard –esquí acuático sobre tabla, un deporte acuático en el cual se desliza sobre el agua encima de una tabla siendo arrastrado con una cuerda– frente a la costa de Tarragona tuvieron unos compañeros de travesía muy especiales: una docena de delfines, que no paraban se saltar. Y todo ello a tan solo una milla del puerto de Tarragona, recalca al Diari Álvaro García Requena, uno de los componentes de la expedición, junto con Álex Martínez Pont y Diego García Requena.
Álvaro comenta que sobre las doce y media de la tarde salieron con una zodiac de siete metros y medio de eslora. Al cabo de una hora de estar en el mar, los dos jóvenes que se encontraban en la embarcación, «divisamos una aleta y parecía que era de tiburón, por lo que paramos la zodiac». Álvaro fue a recoger a Diego, que estaba en el agua. En aquella zona la profundidad es de 22 metros.
La curiosidad de estos tres jóvenes, de edades comprendidas entre los 16 y los 17 años, fue ir a ver la aleta del supuesto tiburón. «Cuando nos acercamos vimos que eran un delfín. Y pocos segundos después vimos a otros, que nos empezaron a seguir», relata Álvaro. Durante unos seis minutos la manada fue nadando paralelamente a la zodiac, mientras que durante unos veinte estuvieron muy cerca, hasta perderles después de vista.
Posiblemente los ejemplares avistados pertenecen a la especia mular, la más común en la costa mediterránea. El delfín mular o de nariz de botella (Tursiops truncatus) es una especie de cetáceo odontoceto de la familia Delphinidae. De las más de 30 especies de delfines que existen, es la más común y más conocida de la familia. Ello se debe a que con frecuencia se tiene en cautiverio, pues su naturaleza sociable y su inteligencia lo convierten en la estrella de muchos espectáculos. En estado salvaje, estos delfines viven en grupos de hasta 10 ó 12 individuos.
Localizar el alimento
Como otros delfines, se sirven de un sistema de ecolocalización para localizar su alimento y, a menudo, cooperan entre ellos para acorralar a sus presas. Frecuentemente surcan la estela dejada por los barcos y, a veces, se acercan a los nadadores y los dejan jugar con ellos. Habitan en los mares cálidos y templados de todo el mundo y pueden encontrarse en todos los océanos a excepción del Ártico y el Antártico.
En las costas de Tarragona, en muchas ocasiones se han encontrado ejemplares de dicha especie muertos en la playa, sin que se sepa el motivo. Y el viernes 8 de marzo de 2012 un delfín se coló en el puerto de Tarragona, donde permaneció dos días, hasta que finalmente volvió a alta mar por si solo.