Las ventanas de madera, un aislante ideal

Las ventanas de madera son una opción excelentemente valorada en los proyectos de rehabilitación o en obra nueva. En los últimos años hemos podido ver que el avance en la tecnología que se ha desarrollado en el sector ha hecho posible una estanqueidad en este tipo de ventanas perfecta.

La clave de ello son los diferentes tipos de juntas que se han ido incorporado en zonas estratégicas de los marcos. Todo ello ha contribuido a que este tipo de ventanas sean ideales para hacer frente a factores como la humedad, el frío, los ruidos o el aire.

Otro punto que ha mejorado son los espesores de los perfiles, con los que ahora es posible adaptarlos a toda clase de muros y también a vidrios dobles e incluso triples. De esta forma, ahora el aislamiento a nivel térmico en el perfil es superior a muchas ventanas de aluminio o de PVC.

Los diseños también han visto como ahora las ventanas de madera no solo están presentes en los estilos rústicos, también en los clásicos y en los contemporáneos, lo que supone una ventaja sobre otra clase de materiales cuando hablamos de revestimientos o de la decoración de interiores.

Fundamentales ya en el sector de la construcción

En un sector tan competitivo como es el de la construcción, el auge de las ventanas de madera es evidente, pero también es cierto que las decisiones a la hora de utilizar una u otra clase de ventanas van a depender del proyecto que se trate. Así es como se puede hacer un análisis de cómo se puede integrar en la obra que se esté realizando y la repercusión que tiene en la misma.

Una ventaja de la madera es que va a ser siempre sinónimo de calidad, aunque se utilicen maderas como el pino que son sencillas. La composición natural de esta clase de material aumentará la calidad percibida en el interior.

Un aspecto en el que también se muestran muy adecuadas es en la decoración cuando se quiere dar un aspecto rústico o clásico. Aquí es importante elegir una fábrica de ventanas de madera que trabaje bien. Los profesionales saben que cuando se trata mediante aceites, la madera va adquiriendo una serie de tonos propios de la especie que se elija, caso de los clásicos grises o los marrones sin tono.

El color de la madera, tanto si es natural como si es pintada, siempre es importante. Todo depende de la especie que elijamos, puesto que hay que saber que el resultado a nivel estético va a cambiar de manera considerable por los múltiples contrastes que pueden establecerse.

Tanto el clima como el entorno son importantes a la hora de elegir un tipo u otro de madera para las ventanas. A la hora de hacer una reforma o cuando se está haciendo obra nueva, siempre es conveniente echar un ojo a las maderas que se utilizan en  la zona en concreto donde se trabajará. De esta forma nos aseguraremos no fallar en nuestra elección.

Todo ello lo podemos ver en la utilización, por ejemplo, del castaño en la zona norte de nuestro país, que da unos resultados buenos, pero además tiene unos precios mucho más competitivos que el resto de las maderas nobles.

Cada madera tiene unas propiedades y hay que tenerlo en cuenta

A la hora de elegir una madera u otra hay que ser consciente de las diferentes propiedades a nivel físico - químico que tiene cada una de ellas, lo que dependerá del clima en el que se ubique la casa en cuestión.

A nivel general, las maderas que más se utilizan, por ejemplo, a nivel de carpintería para exteriores son el roble, fresno, castaño, haya, alerce, etc.

Una de las grandes ventajas que tiene instalar una ventana de madera es que te olvidarás se los clásicos problemas que se producen a la hora de la condensación de los marcos, puesto que es un material de grandes propiedades aislantes, puesto que como no conduce el calor, por su reducida conductividad térmica, no llega a condensar el agua en la superficie.

Comprueba que, si tocas una ventana realizada en madera, nunca te dará una sensación de estar tocando una pared fría que dan los otros materiales de origen metálico, puesto que el aire, cuando entra en contacto con el marco y su superficie no está frío y, como no desciende al punto donde se produce el rocío, no va a condensarse.

Hablamos de que la madera permite que la ventana pueda gozar de unas excelentes prestaciones a nivel térmico, hasta en climas de montaña que tengan temperaturas con frecuencia de bajo cero. No es que la ventana hace que la casa tenga una mayor eficiencia energética, pero sí que ayuda a que se puedan reducir en, hasta un cuarenta por ciento las pérdidas térmicas.