La variante supera las pruebas y entrará en funcionamiento a mediados de diciembre

Los convoyes finalizaron el lunes los tests de seguridad, tras haber recorrido cerca de 15.000 kilómetros para certificar la vía. Ahora, tan solo falta la formación de los maquinistas

10 octubre 2019 07:10 | Actualizado a 11 octubre 2019 18:35
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La variante de la costa ya está a punto. Tras casi veinte años desde que empezó a hablarse del proyecto, el pasado lunes finalizaron las pruebas de seguridad. Así lo informó el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, en el marco del acto institucional celebrado en el Palau de la Generalitat, coincidiendo con el Dia de la Comuntiat Valenciana.

Ábalos confirmaba de nuevo lo que ya anunció el pasado 17 de septiembre, cuando visitó las obras in situ: la variante entrará en funcionamiento antes de fin de año. Aunque no se concretó la fecha, algunas fuentes consultadas apuntan que muy previsiblemente será a mediados de diciembre, ya que ahora empezará la formación de los maquinistas.

Esta fase en la que se ha certificado la seguridad de la nueva doble plataforma se ha prolongado prácticamente un año y medio. En este periodo, los convoyes han recorrido un total de 15.000 kilómetros, según informó el titular de Fomento y que recogió la agencia EFE.

Se trata de un trazado formado con ancho internacional y convencional, que ha supuesto la habilitación del intercambiador de La Boella –cerca del aeropuerto de Reus–. Las dos vías de la variante se han construido inicialmente en ancho ibérico, aunque cuentan con traviesas polivalentes para que puedan adaptarse al estándar internacional cuando se haya realizado la instalación del tercer carril en el tramo desde Martorell a Vila-seca.

Los trenes laboratorio de Adif y posteriormente los de tipo comercial han sido los encargados de certificar la vía en este tramo de 44 kilómetros entre Vandellòs y la estación del AVE Camp de Tarragona (64,1 sumándole los ramales de conexión). En esta fase de pruebas, los técnicos han llevado a cabo la auscultación de las vías y del sistema de electrificación, así como se han comprobado los sistemas de seguridad, comunicaciones y señalización, y del sistema de seguridad ERTMS.

La obra permitirá poner fin a uno de los últimos cuellos de botella que quedaba en la red ferroviaria española. La inversión, de unos 700 millones de euros, permitirá reducir 24 minutos el tiempo de trayecto entre Barcelona y València. No obstante, su entrada en funcionamiento supondrá un cambio en el conjunto del sistema ferroviario del Camp de Tarragona.

Las estaciones de Salou y Cambrils dejarán de estar en servicio, ya que los convoyes circularán por el interior. Los residentes en el municipio del Baix Camp tendrán que desplazarse hasta la nueva terminal, ubicada en las afueras de la población. Por su parte, los vecinos de Salou tendrán como referencia la estación de PortAventura. Cuando los convoyes dejen de circular por la vía actual, los vecinos de este municipio costero no podrán coger el tren para ir hacia el sur, ya que no se han realizado las inversiones necesarias.

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