Vilafortuny se convierte de nuevo en un bazar inmenso de manteros

Durante la tarde de hoy, buena parte del paseo marítimo de Llevant estaba ocupado por camisetas, zapatillas y otros objetos falsificados que impedían el paso de peatones o ciclistas

18 septiembre 2017 19:05 | Actualizado a 01 octubre 2017 18:48
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Las campañas informativas –en trípticos o por las redes sociales–, las diferentes acciones policiales –planificadas y ejecutadas durante toda la temporada vacacional– y los carteles de advertencia de multas –escritas en diferentes idiomas para que nadie se excuse de no entenderlo– parecen vacunas estériles para combatir el problema del top manta de Cambrils.

La imagen de esta tarde en la zona de Cap Sant Pere, en Vilafortuny, deja poco espacio a la intepretación: cientos, incluso miles de artículos de dudosa procedencia, se situaron a lo largo y ancho del paseo marítimo. A cada pocos metros, el vendedor ambulante vigilaba su mercancía y confiaba en poder sacarse algunos euros. El buen tiempo y la presencia todavía de turistas y paseantes hacen de este tramo del paseo a pocos metros de la frontera con Salou un lugar propicio para desplegar sus mantas y ofrecer un surtido interminable de productos para todos los públicos.

El exceso de artículos impedía en algunos tramos pasear o circular con bicicleta

La situación es conocida por el Ayuntamiento de Cambrils, que intenta combatir este comercio irregular con todas sus fuerzas. De hecho, Unió de Botiguers anunciaba hace pocos días –después del atentado terrorista– que el esfuerzo policial que se realizaba en la zona del Port había rebajado la presión en la zona de Vilafortuny, de forma que el top manta recuperaba terreno. Su presidente, Enrique Arce, recordaba que la Unió de Botiguers habían lanzado una campaña por redes sociales para concienciar que comprar en ese bazar de falsificaciones era una forma de hacer un flaco favor a Cambrils «y los manteros serían los beneficiarios de lta tragedia».

Incluso la ayuda de los Mossos d’Esquadra en días puntuales este verano había minimizado la presencia de manteros en Cambrils. Los controles de agentes en la avenida Diputació regulaba el tráfico de personas para que no pasaran por ese tramo del paseo, dejando a los manteros aislados y sin clientes y, por tanto, sin fuentes de ingresos. 

La medida policial terminó alguna jornada con mucha tensión e incluso con algún encontronazo. Pero lograba concienciar a los turistas de que era un comercio ilegal y que el producto era una falsificación. Las multas que pueden imponerse de hasta 300 euros también son otra de las medidas para disuadir a los compradores potenciales.

Ayer, pero, parecía que todas las campañas y actuaciones habían sido infructuosas y los manteros habían vuelto a reabrir su bazar en Cambrils. Los usuarios que pasaban por ese tramo miraban estupefactos la gran cantidad de género colocado encima de las baldosas y en algunos casos creando problemas de movilidad para peatones o ciclistas. 

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