La eliminación de puentes de la infraestructura ferroviaria en desuso entre Vandellòs i L’Hospitalet de l’Infant y PortAventura, a su paso por Cambrils, servirá para «abrir el municipio hacia el mar» y «suprimir la barrera que históricamente lo partía», tal como explica el concejal de Urbanismo, Carlos Caballero.
El avance de las obras, impulsadas por Adif, se puso sobre la mesa en el pleno del pasado viernes: el derribo del puente del Molí de la Torre, el del Molí d’Avall y el de Vilafortuny, que se iniciaron en marzo, culminarán «el 30 de junio», detalla Caballero; por otro lado, la demolición del puente de Mas Clariana, que «todavía no ha comenzado», se prevé que termine «un poco más tarde, a finales de julio».
En el puente de Vilafortuny, los trabajos se ralentizaron por cuestiones técnicas vinculadas al nivel al que debe situarse una estación de bombeo de aguas, asegurando que no interfiera con el futuro despliegue del tranvía. Sin embargo, el imprevisto no afectará a los plazos y los trabajos «finalizarán igualmente el 30 de junio».
En cuanto al puente de Mas Clariana, la intención del gobierno es dar lugar a «un paso más ancho», superior a los tres metros y que absorba «tanto viandantes como peatones». «El Ayuntamiento está en conversaciones con los propietarios de fincas colindantes, que son terrenos rústicos, para que cedan una parte de suelo y conseguir así esta ampliación», concreta el responsable de Urbanismo. Por eso la intervención durará «un poco más».
Con todo ello, Cambrils confía en «ganar fluidez en el tráfico». «Donde estaban los puentes, la plataforma quedará al mismo nivel que la calle, se reorganizará todo, se crearán aceras», señala Caballero. Pero, mientras haya obras, «la movilidad se quedará como está porque son pocos meses», con la excepción de «un semáforo de la avenida del Corralet en el que se alargará el tiempo de verde porque se detectaron atascos en Semana Santa».
Caballero recuerda que, ligada a estas actuaciones, a Cambrils se le concedió «una subvención de Next Generation por valor de 5,2 millones para adecuar la trama urbana de la antigua infraestructura ferroviaria». «Estamos mirando la puesta al día de toda la parte de la riera de Alforja hasta la calle Joan XXIII», precisa Caballero.
En cuanto a Joan XXIII, «ya hemos encargado el proyecto para reformarla porque será muy transitada» y este «se orientaría a hacer la calle más amable para los peatones».
Cuando los proyectos de los puentes del Molí de la Torre, del Molí d’Avall, Vilafortuny y Mas Clariana culminen, el concejal expresa que quedarán por delante «todos los de Ponent, que conforman la segunda fase que debe desarrollar Adif, donde está la Via Verda».