La importancia de hablar y acompañar en el duelo

Elisabet Pallejà sufrió en 2019 la muerte repentina de su marido con sólo 50 años. «Es una situación muy difícil de afrontar y te quedas un poco perdida, como una barca en medio del mar», describe. Fue entonces cuando se dio cuenta del gran tabú social que rodea a la muerte y detectó la necesidad de crear una entidad que sirviera para acompañar y guiar a las personas que, como ella, necesitasen una ayuda después de sufrir una pérdida. De la mano de su terapeuta, Azahara Grajera, y de la trabajadora social Nicole Sarquis, empezó a dar forma a la Associació Deixa’t Abraçar, que se constituyó formalmente en 2020 en Mont-roig del Camp.

«Nuestra misión es pequeña. No pretendemos solucionar la vida a nadie, sino simplemente dar las herramientas necesarias a las personas que se encuentren perdidas en el proceso del duelo», explica Elisabet, presidenta de la entidad. Las tres fundadoras de la asociación viven de forma muy cercana la muerte, bien por su experiencia personal o la profesional, y ponen todo su aprendizaje al servicio de quien lo requiera.

«Cuando alguien nos contacta, lo primero es entrevistarnos con esa persona y detectar si realmente está pasando un duelo normal o es algo que se ha enquistado y se ha convertido en un problema mayor que se tiene que derivar a un psicólogo», cuentan. «De entrada, la persona se piensa que no lo está haciendo bien y se pregunta si lo que siente es normal. Por eso es tan importante tener a alguien que te ayude y te dé algunas guías», añaden.

Hoy en día vivimos demasiado deprisa y no nos damos tiempo a llorar o a tener un mal día. Nos castigamos por pasarlo mal y ese es uno de los puntos donde la entidad pone el foco. «Tenemos que aprender entre todos a escucharnos más y a reconocer que estamos en nuestro derecho de estar mal», reivindica Elisabet. Y es que, en estos casos, hablar se convierte en algo primordial. «Yo misma me encontraba que, cuando algunos familiares me venían a ver, intentaban evitar hablar del tema, pero esa no es la solución. Cada vez que hablas de tu pérdida o cada vez que vas al cementerio, aunque llores y duela, te ayuda a interiorizar la nueva situación», afirma Elisabet.

Una vez superadas las restricciones de la Covid que han condicionado los primeros pasos de la asociación, desde Deixa’t Abraçar han organizado varias actividades, charlas y talleres dirigidos a las personas que se encuentran inmersas en un proceso de duelo. En este sentido, la lectura o las actividades artísticas o físicas, son herramientas muy valiosas a la hora de salir a flote. Así, han puesto en marcha varios talleres de biodanza y también han conseguido que las bibliotecas de Mont-roig i Miami tengan una sección con libros que abordan el duelo desde la perspectiva del conocimiento pero también de la ficción. «El duelo se trabaja cada día y no hay ninguna solución mágica. Cada uno tiene su forma de llevarlo», apunta la presidenta de la asociación.

El próximo paso es crear grupos de ayuda, una iniciativa que esperan poner en marcha tras el verano. «Se trata de hacer encuentros un día a la semana durante unas horas junto a una coach de mediadora. La gente va explicando su situación y es una forma muy útil de trabajar el duelo, ya que estás con personas que se encuentran en tu misma situación y que entienden perfectamente por lo que estás pasando y eso hace que resulte más fácil abrirse», expresa.

Dentro del gran tabú que supone la muerte en la sociedad actual, existe un terreno todavía más invisibilizado; el del duelo gestacional y neonatal. Es por ello que Deixa’t Abraçar ha organizado una exposición fotográfica, junto al Ayuntamiento de Mont-roig y el grupo Dol d’Estels, de Montbrió del Camp, que pretende construir conciencia alrededor de esta realidad que sufren tantas y tantas familias. Se trata de un trabajo de la psicóloga y fotógrafa Norma Grau, cuyo proyecto, ‘Stillbirth’, se centra en recoger los testimonios de padres y madres que han perdido a sus bebés y a la vez generar un recuerdo a través del cual puedan afrontar su duelo. La muestra se puede visitar hasta el 31 de mayo en la Biblioteca de Miami Platja.