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Las autocaravanas han tenido un gran auge desde que la situación sanitaria obligó a restringir los contactos personales. Muchos optaron por probar este turismo que permitía viajar con la familia y buscar espacios abiertos.
El alquiler de autocaravanas se incrementó y después la decisión de compra y las ventas de estos vehículos llegaron a cifras récord en un país que había recurrido de manera contenida a este tipo de turismo mucho más extendido en Holanda o Francia.
En España hay ahora unos 160.000 vehículos de este tipo matriculados. En el último año en Catalunya se han matriculado 1.700.
Los recién llegados
Sin embargo ese incremento de autocaravanas llevó, por parte de algunos nuevos incorporados a estos vehículos, a ocupar de espacios naturales, caminos y fincas particulares para queja de los propietarios y grupos ecologistas.
Muchos ayuntamientos impulsaron medidas para evitar el asentamiento de autocaravanas en sus municipios. El Vendrell rechazó unirse a la red comarcal para habilitar zonas para estos vehículos. En Cunit se cerró un terreno frente al mar que era en un lugar habitual para los autocaravanistas. Muchos en tránsito, pero otros en cambio se quedaban durante semanas.
En el Baix Penedès diversos municipios se comprometieron a crear zonas para estos vehículos.
El Ayuntamiento de Cunit detectó incluso que algunas autocaravanas se alquilaban para pasar unos días a pie de playa.
Justos por pecadores
Sin embargo no es el comportamiento incívico de la gran mayoría de aficionados a este turismo. Pero pagan por los que no cumplen con las normas. El incremento del alquiler por fines de semana motiva que haya quien desconozca la normativa que cumple el verdadero aficionado.
Este domingo unas 150 autocaravanas realizaron una marcha lenta por la C-31 entre Cunit y Castelldefels para denunciar que hay ayuntamientos que les prohiben aparcar en zonas habilitadas y consideran que les «discriminan». La protesta la convocó la asociación acaVANça.
Señalan que pueden dormir en el interior del vehículo sin que se les prohiba
La marcha provocó retenciones en la carretera C-31 por la que transitaron.
Los autocaravanistas denuncian que los ayuntamientos que ponen trabas a estos vehículos «confunden de manera premeditada acampar con aparcar» y señalan que el Reglamento General de Circulación establece que las autocaravanas «pueden estacionar en las mismas zonas que los vehículos de categoría M (transporte de pasajeros y su equipaje. De más de ocho plazas de asiento además de la del conductor y cuya masa máxima no sea superior a 5 toneladas).
Conscientes
Los autocaravanistas señalan conocer la normativa y ser conscientes de que no pueden sacar a la calle una mesa y unas sillas. Porque para eso irían a un camping.
Pero denuncian que muchos ayuntamientos impiden las actividades que pueden hacer en el interior de los vehículos, como sencillamente dormir. «Si no montamos nada, podemos dormir», reclaman.
Con la expansión de estos vehículos muchos municipios se han afanado para redactar ordenanzas que regulan el estacionamiento de estos vehículos.
Hay municipios que optan por crear áreas de autocaravanas en las afueras de los núcleos urbanos. Los autocaravanistas señalan que esa medida puede comportar la «creación de guetos» que van en contra del espíritu viajero itinerante.
