Àngel Òdena: «Tarragona debe dar continuidad a ‘Rigoletto’»

El cantante tarraconense de ópera actúa este sábado en el Castellvell FestMusic junto con el tenor Roger Padullés y la soprano Carolina Fajardo. Es un concierto a tres voces y piano.

06 agosto 2021 13:01 | Actualizado a 06 agosto 2021 13:07
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El barítono tarraconense Àngel Òdena, el tenor Roger Paullés y la soprano Carolina Fajardo ofrecerán este sábado un espectáculo de ópera en el segundo Castellvell MusicFest. Les acompañará Alan Branch al piano. Será a las 21h. en la Ermita de Santa Anna.

Su agenda, como la de la mayoría de artistas, se ha llenado de cancelaciones por la pandemia. ¿En qué ha invertido este tiempo de ‘parón’?
En estar muchísimo con mi familia y mis hijos, estudiar mucho y hacer deporte. He hecho cosas que, cuando llevas una vida más frenética de viajar, no puedes hacer. En mi trabajo, aparte de interpretar, hay que estudiar continuamente, si no, te relajas y ya no te llaman. Es como un deportista, que tiene que entrenar cada día.

«Vamos a hacer algo que no se ha hecho nunca: cantar cinco canciones del compositor de bandas sonoras Miklós Rózsa».

Ha aprovechado para salir en bicicleta.
Habitualmente vivo en Lleida y allí hay muchos caminos rurales por donde ir. En Tarragona voy por los pocos carriles bici que tenemos: por la zona del Port, el río Francolí, las ermitas del Loreto y la Salut o la cantera de El Mèdol. He descubierto muchos senderos y caminos que son una maravilla.

La actividad cultural, empieza a reactivarse. Mañana actúa en Castellvell del Camp.
Este espectáculo tiene de especial que vamos a cantar dúos y arias  de ópera. Además, vamos a hacer algo que, creo, nunca se ha hecho: cantar cinco canciones del compositor Miklós Rózsa, autor de grandes bandas sonoras de películas, como Ben-Hur. Será un concierto fantástico a tres voces: tenor, soprano y barítono.

«La ópera está entrando en festivales porque engancha y gusta mucho al público. Me parece bien combinar la música clásica con otros estilos».

La ópera se empieza a ‘colar’ en festivales de verano con otras propuestas de pop, canción de autor, charanga...
Es una forma de popularizar mucho la ópera. El público tiene muchas ganas de salir, mis últimas experiencias, en el castillo de Solivella -con Miquel Ortega- y Rigoletto en Tarragona, han tenido una respuesta espectacular de la gente. La ópera está entrando en festivales porque engancha y gusta mucho.  Me parece muy bien combinar la música clásica, en todas sus variedades, con otros estilos. 

Su voz, por cierto, también se adapta a diferentes registros.
No hablaría de registros, sino de colores. Intento hacer siempre diferentes colores si la partitura y el texto de la obra lo permiten. En la ópera cantamos sin micrófono y hay que tener técnica y una voz dúctil con cierto volumen. Yo eso lo tengo, así que puedo adaptar mi voz a todo tipo de registros de barítono. Pero lo importante es especializarte: yo lo he hecho en ópera italiana, aunque también he hecho francesa, alemana o zarzuela. Mi voz es apta, sobre todo, para repertorios de Verdi o Puccini.

«El Camp de Mart es un lugar único en Europa, con una acústica fantástica. Ha estado 40 años abandonado y es hora de darle vida».

En Tarragona interpretó a Rigoletto el 9 de julio. ¿Cómo va la resaca de ese espectáculo?
Estoy emocionado aún. Fue una noche mágica, maravillosa, en la que mucha gente puso profesionalidad y empeño para demostrar algo que hace tiempo que yo digo: en el territorio hay muchísimo talento. El nivel artístico fue altísimo y la respuesta del público, extraordinaria. Y se hizo con el apoyo Ayuntamiento, Diputació, Generalitat y empresas privadas. Tarragona tiene que despertar y creérselo, ya está bien de mediocridades y peleas absurdas. Barcelona siempre ha mirado hacia el norte y al sur nos da la espalda, por no decir otra cosa, y ya es hora de cambiar esto. Pero o lo hacemos nosotros o no lo hará nadie, y esta ópera es un grano de arena. Tenemos que convertir lo extraordinario en ordinario.

¿Cree que esta experiencia debería tener continuidad?
Por supuesto, y me consta que así será. Hemos dado trabajo a mucha gente del territorio: los maquilladores eran del instituto Cal·lípolis, los regidores, técnicos de sonido, el coro y el 80% de los músicos de la orquesta eran de aquí, los figurantes eran de escuelas de baile de Tarragona... Y el nivel artístico fue brutal, a la altura de los mejores teatros del mundo. Hay que crear industria cultural, ya está bien de hablar de potencialidades, hay que empezar a apostar de verdad. Yo voy a seguir luchando para que dispongamos de una orquesta sinfónica pública, que nos ayudaría a hacer cosas como esta ópera en el Camp de Mart.

El sitio también ayuda.
El Camp de Mart es un lugar único en Europa, con una acústica fantástica, te lo dice alguien que ha viajado por gran parte del mundo. Ha estado cuarenta años abandonado y es hora de darle vida. Tarragona tiene potencial para ser una plaza estable de este tipo de eventos culturales. Si no lo tiene Tarragona, no lo tiene ninguna otra ciudad.

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