Joel Santamaría: «En la época de Augusto ya hubo una caza de brujas»

En ‘Nocturnalia’ el autor reusense plasma el día a día de Tarraco, entre magia negra y amores imposibles, en la decadencia del Imperio

02 abril 2021 16:43 | Actualizado a 20 mayo 2021 09:29
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Joel Santamaría viaja con su nueva novela a la Tarraco del siglo III d.C., en los últimos estertores del Imperio romano. En Nocturnalia (Editorial Espasa. Grupo Planeta), los habitantes de la antigua capital de la Hispania Citerior deberán enfrentarse a una serie de misteriosos crímenes que tendrá que investigar el edil Julio Natal, con ayuda de los lictores y del prefecto de la ciudad.

Combinación de thriller y novela histórica, magia negra, brujería y amores imposibles, el autor reusense retrata el día a día de una sociedad, entre los espacios más emblemáticos, que actualmente son Patrimonio de la Humanidad. Otras de las obras de Santamaría son Dies Irae, también publicada con Espasa o Humanofobia, distopía que quedó primera finalista del premio de ciencia ficción Isaac Asimov 2019. Santamaría presentará Nocturnalia en el marco del Festival Tarraco Viva del próximo mes de mayo. 

¿Por qué ha querido retratar la decadencia del Imperio?
Porque es un momento muy poco tratado. El siglo III d.C., es la época conocida como de los 40 Césares, en la que hubo 40 emperadores en poco espacio de tiempo y todos murieron violentamente. Lo más fascinante de esta época es que se trata de una mezcla entre la Antigüedad clásica y la Edad Media, dos mundos incluso contrapuestos. 

«La muralla me gusta particularmente. Cuando mis personajes entran en Tarraco, ya tiene 500 años de antigüedad»

¿Qué le atrae de ese momento histórico?
Las similitudes y las diferencias que pueda haber con el mundo actual. De hecho, hay muchos paralelismos entre la sociedad romana que aparece en Nocturnalia y la actualidad. 

¿Como por ejemplo?
Una pandemia que hubo exactamente en la misma época de la novela, la peste cipriana, un cambio climático que trajo inviernos muy fríos y muy duros con sequías en verano y que produjo mucha hambruna, una crisis económica con inflación continua, la desaparición de la clase media y los impuestos, cada vez más elevados y con menos población que los pagara.

¿Vaticina una época oscura ahora?
No. Simplemente estoy viendo algunos paralelismos entre ambas épocas y sociedades. No quiere decir que la situación sea exactamente igual. 

«Hay similitudes entre aquella época y la actual, como una pandemia, un cambio climático o la desaparición de la clase media»

Alguna población se refugia en la magia negra. ¿Ya había brujería?
Las creencias de los romanos en la brujería se remontan a la antigua Grecia. Creían que había brujas que podían transformarse en pájaros y volar untándose una crema. Incluso en la época de Augusto hubo una caza de brujas y brujos. Uno de los poderes más frecuentes y más comunes que la gente les atribuía era resucitar a los muertos. Para acabar con los hechiceros se los quemaba públicamente porque era la única manera posible de matarlos. Era todo un espectáculo en aquella época.

Zombis. Lo que usted plantea en la novela.
No son zombis como los de George A. Romero o Walking dead. De hecho, funcionaba igual que el  vudú del Caribe actualmente. Un brujo o bruja resucitaba a un muerto y durante un tiempo podía obligarle a hacer una serie de cosas, una misión. Como cometer un asesinato.

En la antigua Tarraco.
Exacto. Pero también paseo al lector por el día a día de Tarraco. Una recreación histórica con juegos en el anfiteatro, un juicio en el foro urbano o detalles del foro provincial. Viajará a la ciudad de Palmira y será testigo de amores imposibles, difíciles de cumplir, que al final se convierten en una especie de maldición. De esto, Ovidio, en su Ars Amandi, habla mucho.

¿El hecho de convertirse en ave conecta con los vampiros?
Aparecen los antepasados de los vampiros, los estriges. Ya se creía en ellos desde el siglo I a. C., La tradición viene de los griegos, brujos y brujas que además de convertirse en aves nocturnas, podías chupar la sangre a los bebés, y se alimentaban de cadáveres. 

¿Cómo se les acusaba?
Además de los testigos, una de las cosas más típicas era encontrar restos de culto a la Tríada infernal, que en Roma la componían Proserpina, Plutón y Hécate, a los que estaba prohibido adorar. A estas divinidades infernales solo se les podían sacrificar animales de pelaje negro. Gatos, principalmente, gallos y machos cabríos. De ahí nos ha llegado la vinculación actual de estos animales con la brujería.

«El lector será testigo de amores imposibles, que al final se convierten en una maldición. De esto, Ovidio, en su ‘Ars Amandi’, habla mucho»

Recupera la figura del clérigo cristiano Sant Fructuós.
Más o menos. Lo que ocurre es que en el anfiteatro se produce una discusión teológica entre el arzobispo de Tarragona, que era el sucesor de Fructuós, y el gobernador que ordenó martirizarlo. El caso es que iban a hacer una damnatio ad bestias, es decir, iban a sacrificar a unos esclavos cristianos. 

¿Todavía eran perseguidos?
No. Habían sido condenados porque estaban acusados de asesinato, no por ser cristianos. Y el enfrentamiento entre el arzobispo y el gobernador se produce ante la flor y nata de la Tarraco romana, allí congregada frente al mar.

¿Qué religiones convivían?
El culto oficial era a la Tríada Capitolina. También estaba permitido el doméstico, sobre todo a los antepasados, a los manes. Después, los orientales, como el de la diosa Iris, la deidad solar, Helios, el mitraísmo y el cristianismo.

El apellido catalán Nadal nos ha llegado directamente del latín, de Natal. También Vidal, de Vital o Fortuny de Fortunius. Está demostrado que existían en Tarraco.

¿Por qué Palmira?
Por dos motivos. Me interesaba porque es el lugar en el que se rebeló la reina Zenobia contra el emperador Aureliano. Y coincidía exactamente con la época de la novela, el 280 d. C., La segunda razón es que siempre me había hecho ilusión viajar a Palmira. Pero justamente el Daesh la voló y es una ciudad que ya nunca podré visitar. El personaje principal, Constante Barsemis, es orihundo de allí, aunque años después deberá luchar contra los suyos. 

El centurión de caballería.
Vive una tormentosa relación y también su liberto, Elio Rodrigo,  quien se enamora perdidamente de Selena, la criada del edil Julio Natal. De hecho, el apellido catalán Nadal nos ha llegado directamente del latín, de Natal. También Vidal, de Vital o Fortuny de Fortunius. Está demostrado que existían en Tarraco. 

¿Con qué espacio de la antigua Tarraco se queda?
Me paseo bastante frecuentemente por los monumentos. Como poco conocido destacaría el acueducto, que es el tercero mejor conservado del Imperio, después del Pont du gard y del de Segovia. Y es una vergüenza que hasta hace poco no hubiera accesos para los visitantes.

Los antiguos griegos creían que había brujas que podían transformarse en pájaros y volar untándose una crema.

El Pont del diable, precisamente.
La gente decía que el diablo lo había construido en una sola noche. El anfiteatro es muy evocador. Y hay uno que me gusta particularmente, la muralla. Tiene mucho mérito porque la muralla es la obra romana más antigua de fuera de Roma. En su parte superior, mayoritariamente está construida en el siglo III a. C., Pensemos un momento en esto.

¿A dónde quiere ir a parar?
La época de Nocturnalia está situada en el siglo III d. C., por tanto cuando los protagonistas entran en Tarraco, las murallas tienen 500 años de antigüedad. Están contemplando una obra romana como nosotros podemos ver unas murallas de la época gótica. Ya eran viejas entonces y es algo que no valoramos.
 

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