El portero de la Canonja se recuperó del esguince que se produjo hace una semana en Ponferrada y pudo jugar de titular ante el Fuenlabrada. Tuvo poco trabajo, por el enorme despliegue defensivo del equipo. Se arriesgó con el balón en los pies. En el tiempo extra voló para despejar con los puños un disparo lejano que olía a igualada.
Su progresión como lateral está promoviendo que se acerque a la figura de carrilero. Cada vez sorprenden menos sus incorporaciones ofensivas. Vio la quinta amarilla y se perderá el encuentro ante el Tarazona del próximo domingo.
El central toledano fue el líder de la zaga ante el Fuenlabrada. Se impuso en todos los duelos y no concedió ni un milímetro a los delanteros rivales.
No dejó ni un fallo. Anticipativo, contundente y dominador de las artes futbolísticas.
Buen primer tiempo, cogiendo el timón del barco y dándole formalidad al juego del equipo. En la segunda, con menos control, se puso el mono de trabajo para aportar cimientos defensivos.
Segundo partido consecutivo como titular y segunda actuación en la que confirma su mejora,
El ‘capi’ controló a su par y no se complicó a la hora de alejar el peligro. Tuvo una buena ocasión en un centro de Jaume Jardí al segundo palo, pero el cambrilense llegó forzado.
Conformó el triángulo del medio del campo en un choque que Dani Vidal intuyó podría exigir más músculo para controlar el ritmo del juego. No acabó de convencer el planteamiento y entre eso y la amarilla que vio en el primer tiempo, llevó al técnico a dejarlo en el banquillo durante el descanso.
Quería alargar su buena racha con un nuevo gol, pero el rival le tuvo bien controlado.
Su buena predisposición para trabajar tanto en la presión como en las acciones ofensivas no encontró el acierto.
Celebró sus 22 años con un gol inesperado. Puso un centro cerrado que se envenenó y acabó en la red sin que nadie, ni defensores ni atacantes, lo desviara.
Fuera del once, salió del banquillo para desgastar aún más a los centrales, pero todavía tuvieron gasolina para contener al asturiano.
El alicantino ha bajado sus prestaciones. Está en un momento en que no le salen las cosas, aunque mantiene la fe y sigue intentándolo.
Salió en el segundo tiempo para apenas unos minutos después volver al banquillo por cuestiones tácticas. Dani Vidal le pidió perdón en el vestuario.
Es un valor seguro con el balón en los pies. Nadie es capaz de arrebatárselo y dio al Nàstic el oxígeno que necesitaba para seguir defendiendo.
A falta de Unai Dufur, el lateral fue el escogido para reforzar la zaga ante el asedio del Fuenlabrada con centros laterales durante los últimos minutos.