El Nàstic, colista de nuevo

El Almería superó al Real Oviedo en el estadio Juegos Mediterráneos y vuelve a situar al equipo de Juan Merino como farolillo rojo de Segunda. El Mallorca marca la permanencia a tres puntos de los granas

19 mayo 2017 16:34 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:34
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Misión fallida. El Nàstic arrancó la jornada con el objetivo de dejar de ser el colista de Segunda. Lo consiguió fugazmente. El abultado triunfo del Almería frente al Oviedo (3-0) vuelve a situar a los granas como el farolillo rojo de la tabla, con 22 puntos.

Afortunadamente para los intereses del Nàstic, ni UCAM Murcia ni Mallorca ganaron sus respectivos partidos. Los 'católicos' empataron en Córdoba (1-1), mientras que los baleares firmaron un partido sin goles ante el Cádiz en el Iberostar Estadio (0-0). La salvación se sitúa a tres puntos.

El Nàstic esperaba un tropiezo de los andaluces para dejar de ser colista, después de fallar ante el Huesca. Los granas no pasaron del empate en un partido en el que mostraron evidentes problemas para generar ocasiones de gol. Una falta lejana de Muñiz fue la única aproximación de peligro real sobre los dominios de Sergio Herrera.

Achille Emaná estuvo muy solo en la iluminación del camino hacia la portería oscense. El camerunés se echó el equipo a la espalda, aunque sus genialidades no acabaron de ofrecer oportunidades claras de gol.

Portería a cero

La falta de profundidad en ataque contrastó con una defensa consolidada que dejó su portería a cero nueve jornadas después. Desde el 1-0 ante el Cádiz que no conseguían poner el cerrojo en el arco.

Juan Merino encadenó su cuarto partido sin perder –todavía no conoce la derrota como entrenador del Nàstic– confiando otra vez en la línea de tres centrales y dos carrileros. Le gustó en Lugo y volvió a repetir frente al Huesca.

El despliegue defensivo grana fue la nota positiva del encuentro. El equipo se sintió cómodo y resolvió los escasos acercamientos aragoneses.

Bruno Perone, Iago Bouzón y Suzukicada vez se entienden mejor en la línea de tres. Se complementan. El brasileño domina el juego aéreo y juega con pragmatismo. Busca lo fácil, aunque ello suponga despejar sin contemplaciones.

Bouzón está respondiendo a las críticas con actuaciones más que correctas. Se siente más arropado y acierta a la hora de anticiparse al adversario. Y Suzuki recupera esa versión disciplinada.

Los tres cuentan con la ayuda de los dos carrileros y del inconmensurable Luismi. El sevillano abortó la mayoría de acometidas del Huesca en tareas de recuperación. En la ocasión visitante más clara se lanzó al suelo para evitar que el remate de David López acabara en el interior de la portería de Reina.

A juzgar por las palabras de satisfacción de Juan Merino y la dificultad que comporta la visita al Levante, parece que el 1-5-3-2 tendrá un nuevo capítulo la próxima jornada.

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