Pedro del Campo, un regreso esperanzador

Calahorra trajo malas noticias para el Nàstic. En primer lugar alargó una jornada más -y ya son cuatro- la sequía de victorias. Tres puntos de doce posibles es un síntoma claro de que algo falla en este inicio de temporada. Otro aspecto negativo fueron las expulsiones de Trilles y Raül Agné. Más allá de si son o no justas -la del defensa está a expensas de que el Comité de Competición resuelva las alegaciones presentadas por el Nàstic- no es de recibo plantarte en el quinto partido sin uno de tus centrales titulares y, aún menos, el técnico en la grada. No en las circunstancias actuales.

Una de las pocas noticias positivas del encuentro en tierras riojanas fue el retorno de Pedro del Campo. El centrocampista figuerense por fin pudo debutar esta temporada. No lo había hecho por problemas físicos. Desde que empezó la pretemporada los problemas en el cuádriceps han impedido al futbolista participar con normalidad en los entrenamientos y partidos. Comenzó más tarde que sus compañeros a ejercitarse con el grupo por esas molestias que dejó atrás a media pretemporada. Parecía que todo iba bien. Su primera aparición en el campo del Olot, en el amistoso que acabó 1-3 para los tarraconenses. Jugó la segunda mitad. Pero en el amistoso ante el RCD Espanyol B, volvió a sufrir una rotura fibrilar. Otra vez a parar.

Por fin, hace un par de semanas comenzó a integrarse en las sesiones de grupo y el sábado pudo jugar sus primeros minutos. Lo hizo de titular, porque Pedro del Campo es un jugador indiscutible para Raül Agné. Es uno de los jugadores con más talento que posee, sino el que más, y por la situación que atraviesa el equipo, el cuerpo técnico no se podía permitir guardarlo en el banco en Calahorra. Seguramente, el mal estado del césped del campo de La Planilla no era el más óptimo para el centrocampissta, pero era lo que tocaba.

El figuerense tuvo un rendimiento notable. Fue el mejor de los granas. Partió como interior zurdo. Esa plaza que Agné acostumbra a entregar a un centrocampista en lugar de un extremo puro. La intención es que haga más de interior, tomando posiciones en el carril central y dejando toda la banda para la profundidad del lateral. En el caso de la pasada jornada fue Nil Jiménez.

La presencia del futbolista de Figueres ofreció más seguridad con el balón, aunque no figuraba en el planteamiento de partido que el cuero circulase en exceso. Fue lo poco rescatable en cuanto a creación. Con conducciones cortas, el terreno no permitía tampoco excederse en este sentido, fue el único que propuso en ataque y que no fuera el balonazo a Pablo Fernández.

En defensa actuó con gran inteligencia. No en vano, desde el cuerpo técnico destacan su aportación en esta parcela cuando el equipo necesita defender alto y hacia delante. La solidaridad y el sacrificio defensivo son aspectos que siempre ofrece Pedro.

Con los primeros cambios realizados por Agné, Pedro del Campo dejó el costado para Bonilla y ocupó el lugar del sustituido Gorostidi en el medio centro. Una posición más natural desde donde se tuvieron los mejores minutos del Nàstic.

Pese a su buen papel, el técnico decidió relevarle a los 75 minutos. Una sustitución entendible puesto que tras tantas semanas parado -cerca de un mes- no se podía arriesgar más de la cuenta. La última vez acabó con el jugador de vuelta a la enfermería.

Su relevo fue Marc Montalvo. El canterano fue el jugador sacrificado para dar entrada a Pedro del Campo. Agné prefirió formar con un doble pivote de mayor altura -Montes y Gorostidi- para un partido que iba a exigir mucho físico.

Como ya se hiciera la pasada temporada, este año el Nàstic ha querido reconocer a los futbolistas de la cantera que acumulan más de diez años en la entidad. En esta ocasión fueron cuatro jugadores: Joel de la Torre, del Cadete C; Lucas Samitier, del Juvenil B; Eduard Garcia, del Cadete D; y Alex Teruel, también del Cadete D. Todos ellos se hiceron la fotografía grupal en el antepalco del Nou Estadi Costa Daurada. Además recibieron de manos del presidente de la entidad un obsequio, la camiseta de esta temporada con su nombre y el número 10, por la década de años que llevan defendiendo el escudo del Nàstic en las categorías inferiores.