Laboral
Las bajas por motivos de salud mental se disparan un 70% en cuatro años en Catalunya
Este aumento de bajas no tiene por qué deberse a un deterioramiento de la salud mental. El estigma a reconocer la depresión o la ansiedad poco a poco está desapareciendo. No es que estemos peor, es que reconocemos más fácilmente el problema

Las bajas por salud mental ya había aumentado durante los años anteriores a la Covid-19, pero no al nivel de lo que ha venido después.
La pandemia de Covid-19 aceleró muchos de los cambios que ya se venían desarrollando con anterioridad en las empresas. La situación sanitaria provocó una adaptación inmediata de los procesos, aunque no todos los cambios fueron en este ámbito. El aumento de las bajas laborales por motivos de salud mental es otra herencia de la pandemia que se ha quedado con nosotros. Un tipo de bajas que ya había aumentado durante los años anteriores a la Covid-19, pero no al nivel de lo que ha venido después.
En los últimos cuatro años, desde 2020, las bajas por motivos de salud mental han aumentado en Catalunya un 70%, según un estudio de MC Mutual. Al cierre de 2024, más de cinco trabajadores de cada cien tuvieron una baja médica por este motivo. En el caso del conjunto de España, el repunte es todavía más significativo (concretamente un 81%), aunque la incidencia es ligeramente menor a la catalana, del 3,8%. ¿Qué ha motivado estas cifras?
La primera observación es que este aumento de bajas no tiene por qué deberse a un deterioramiento de la salud mental. El estigma a reconocer la depresión o la ansiedad poco a poco está desapareciendo. No es que estemos peor, es que reconocemos más fácilmente el problema e intentamos ponerle remedio. Francesc Martí, especialista en psicosociología adaptada a los riesgos laborales de MC Mutual, organización asociada a la Fundació Factor Humà; asegura que «la desestigmatización de la salud mental hace aflorar patologías existentes que antes permanecían ocultas». Además, Martí señala que «hay una mayor sensibilización» y destaca que «los médicos son más sensibles en el momento del diagnóstico».
Los jóvenes y las mujeres son los colectivos con más bajas laborales por motivos psiquiátricos y, además, los que han experimentado un mayor crecimiento. Martí explica que los jóvenes «son más sensibles y han roto el estigma de la salud mental» y señala este motivo como una de las causas que explican el repunte de casos en este grupo de edad. Sin embargo, Martí también afirma que «las dificultades de entrar en el mercado laboral junto con otros problemas socioeconómicos como el acceso a la vivienda» son otro foco que explica el aumento de casos entre los trabajadores con menor edad.
Desestigmatizar la salud mental hace aflorar patologías existentes que antes permanecían ocultas
(Francesc Martí, MC Mutua)
Pese a que los jóvenes son el colectivo que más bajas solicitan, son los trabajadores más veteranos los que pasan más tiempo de baja. Martí afirma que «este fenómeno no es único de las bajas por salud mental» y argumenta que se puede deber a «factores médicos y de pronóstico, ya que tienen enfermedades más graves y necesitan de un mayor tiempo de recuperación».
Por lo que respecta a las mujeres, Martí destaca que «existe una brecha de género» y argumenta que «la distribución de los roles de género y el peso de las mujeres en la vida doméstica complica compaginar la vida laboral con la vida personal» y esto se puede traducir en un mayor número de casos.
Burnout como factor de riesgo
Más allá de las bajas laborales, patronales y sindicatos comparten una preocupación común: el avance del burnout. Martí define este síndrome como «un estrés crónico no resuelto fruto de la sobrecarga de trabajo u otros factores laborales». Este psicosociólogo explica que esto causa que «el trabajador se acabe agotando física y mentalmente».
No obstante, Martí indica que la Organización Mundial de la Salud (OMS) define el burnout como un «síndrome» y no como una «enfermedad mental». Esta diferencia provoca que no existan bajas por burnout, sino que este síndrome representa un factor de riesgo de otras patologías, como la depresión o la ansiedad, que sí conlleva una baja médica.
Este psicosociólogo explica que «en los trabajos vocacionales existe un mayor riesgo de burnout», ya que argumenta que el riesgo es mayor entre «las profesiones donde los trabajadores tienen una mayor implicación». Además, afirma que «las profesiones con un alto componente emocional, como trabajos sanitarios o servicios sociales», representan también un alto riesgo.
Guía burnout para empresarios
Pero el burnout no solo afecta a los trabajadores. Fundació Pimec, presentó hace unos días una guía para detectar y actuar ante los síntomas del burnout entre los empresarios, un colectivo a menudo ignorado en cuestiones de salud mental.
Las consecuencias económicas pueden ser muy graves en el caso que un empresario sufra burnout
(Josep González, presidente de la Fundació Pimec)
Javier Savín, director de atención psicológica y formación de la Fundación Salud y Persona (entidad que colaboró en la elaboración de la guía), destaca que «el principal motivo de burnout de empresarios es la carga de trabajo» y afirma que en muchas ocasiones «la vida personal y profesional se mezclan». Además, señala que los primeros síntomas visibles son «el agotamiento, el estrés, trastornos del sueño e irritabilidad».
Por otro lado, los creadores de esta guía -que con el tiempo pretenden llegar más allá, para extraer datos concretos del nivel de burnout entre los empresarios- ponen el foco en que este colectivo aún mantiene el tabú hacia la salud mental. Ese silencio a reconocer estos problemas que son parte del día a día de las empresas puede provocar que el problema no se solucione y cause un grave perjuicio a la empresa.
Oriol Domènech, director de gestión médica y siniestralidad de MGC Mutua (entidad que también colaboró en la creación de esta guía), explica que «los empresarios acostumbran a ser un tipo de personas que no suelen solicitar atención psicológica». Un patrón que el doctor Daniel Guinart, del área de psiquiatría del Hospital del Mar, en Barcelona, explica por el hecho de que los empresarios «suelen tener menos capacidad de introspección».
Los problemas mentales existen, solo que los empresarios no suelen comunicarlos. Algo que, para una organización, puede ser catastrófico. Lo resume Josep González, presidente de la Fundació Pimec: «Las consecuencias económicas pueden ser muy graves en el caso que un empresario sufra burnout».