Ante un nuevo modelo de movilidad

El sector de la movilidad se encuentra un momento de cambio que genera un nuevo modelo disruptivo de entender la misma. Debe ser tratada de manera holística por todos los actores implicados -el sector de automoción, infraestructuras, transporte, energía, sector público, y otros muchos que pronto se incorporarán al ecosistema-, y representará, sin duda, un gran vector de crecimiento que, abordado adecuadamente, contribuirá a que nuestro entorno sea más limpio, sostenible y eficiente, aportando riqueza y empleo a nuestra sociedad.

La movilidad del futuro se sustenta principalmente sobre dos pilares. Por un lado, sobre la industria, las infraestructuras y la tecnología; y por otro, sobre los nuevos modelos de movilidad donde el usuario y las personas se sitúan en el centro. Abordar ambas cuestiones con visión y liderazgo compartido es fundamental para alcanzar nuevas cotas de competitividad que hagan de la movilidad uno de los ejes transformadores de mayor impacto en nuestra economía y en nuestra sociedad.

El nuevo modelo de movilidad tiene al vehículo eléctrico como eje central. La industria de la automoción vive un momento de clara disrupción, en el que los modelos electrificados serán un revulsivo para un sector que seguirá aportando la riqueza y el empleo tan necesario en este momento para la economía y la sociedad en su conjunto. Aunque representan en la actualidad un 1,67% del mercado en España, el Plan Nacional Integrado para la Energía y el Clima 2021-2030 presentado por el Gobierno, prevé un parque de 5 millones de vehículos eléctricos para dentro de 10 años, lo que supondría alrededor del 15% del total.

Para que esto sea una realidad es imprescindible contar con una mayor red de infraestructuras de recarga, además de una regulación clara y compartida que permita el desarrollo eficiente de estrategias comunes y que sirva también como dinamizador de la nueva movilidad hacia el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible establecidos en la Agenda 2030 por las Naciones Unidas.

En este contexto, son clave los programas de colaboración público-privados que permitan el desarrollo rápido de soluciones de movilidad completa; así como la participación de las compañías líderes de los sectores involucrados a la hora de liderar proyectos tractores del cambio.

Finalmente, los fondos europeos Next Gen representan una gran oportunidad para la transformación de la economía y las empresas españolas.

Nos encontramos ante un momento histórico que tendrá un impacto directo en la modernización de nuestra economía y del que sin lugar a duda saldremos más competitivos.

Jordi Llidó es socio responsable de la industria de Fabricación y Automoción de Deloitte