Arranca la temporada de colonias

En 2017 (últimos datos disponibles en la Direcció General de Joventut, dependiente del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies de la Generalitat de Catalunya), en la demarcación de Tarragona se organizaron 673 actividades de verano dirigidas a niños y niñas, de las cuales 466 fueron en el Camp de Tarragona y 207 en Terres de l’Ebre.

A falta de conocer el balance final de esta temporada, un dato es coincidente: la verbena de Sant Joan marca el arranque de la temporada de colonias y casals de verano, con el mes de julio como el gran protagonista. El año pasado, por las actividades programadas en las comarcas del sur de Catalunya pasaron 30.344 participantes (23.683 en el Camp de Tarragona y 6.661 en Terres de l’Ebre), con los casals como actividad destacada.

Un 68,4% de las actividades en la demarcación de Tarragona pertenecieron a este segmento, seguidas por las colonias (17,7%) y las acampadas (8,6%). Rutas (3%) y campos de trabajo (2,2%) completan la oferta.

Junto a estos participantes, un total de 4.180 monitores (3.206 en el Camp de Tarragona y 974 en Terres de l’Ebre) trabajaron el año pasado en las actividades veraniegas de educación en el ocio de la demarcación de Tarragona. Con cifras preliminares en la mano, las perspectivas del sector para la presente temporada son de continuidad.

Inglés y deportes
La Fundació Pere Tarrés, un referente en Catalunya en la educación en el ocio, llevará a cabo este verano 60 actividades en la demarcación de Tarragona, con unos 3.000 participantes con edades entre los 3 y los 17 años, junto a 529 monitores. Colonias deportivas o inmersión lingüística (principalmente, inglés) suelen ser, año tras año, las actividades con más demanda. Lo explica Jordi Inglés, director del Servei de Colònies de Vacances de esta fundación: «La combinación de deportes con inglés es lo que más demanda tiene».

Aunque reivindica: «Siempre intentamos que perdure lo esencial, que es la naturaleza, el campamento y el pintar caras». La esencia del campamento de verano que, en esta fundación con un peso importante de su oferta para niños y niñas en situación de vulnerabilidad familiar, mantienen pese a modas y tendencias.

«No hemos visto que haya más o menos demanda de colonias en función del ciclo económico» (Jordi Inglés, Fundació Pere Tarrés)

Unas modas a las que no son ajenos, como no lo es el sector, pero que en ningún caso, según relatan, deben hacer perder esas esencias. «Hace dos o tres años -explica Jordi Inglés- llegaron las actividades de robótica, que también incorporamos, pero parece que este año ha perdido un poco de fuelle».

«Lo que siempre tiene éxito -prosigue- es el inglés, y para cualquier edad en niños de entre 6 y 17 años. Al final, no hay nada que no se haya inventado ya: cocina, diseño de moda, teatro, música...».

Al margen de modas y tendencias, el sector de la educación en el ocio ha pasado, como todos los sectores, por los años de la Gran Recesión. El ajuste de los presupuestos familiares se ha notado, aunque no tanto como en otros sectores o bienes de consumo. Para muchas familias, las colonias de verano en el mes de julio son casi la única opción posible para la conciliación entre la vida profesional y la vida familiar.

«El factor precio siempre se nota, pero en estos años no hemos dejado de hacer nada. Quito una noche aquí, negocio un transfer más barato allí... pero hacemos lo mismo». Con precios que en su caso pueden ir desde los 285 euros por siete días de campamento hasta los 700 euros por catorce días de colonias de teatro (alojamiento y comida incluido), el abanico de presupuestos es amplio.

Pero si no se notó demasiado el impacto de la crisis, tampoco se está notando ahora la recuperación: «En nuestro caso -concluye Inglés-, no hemos visto que si el ciclo va mejor se haya disparado la demanda de colonias; no hemos visto que haya más o menos gente». Lo esencial no cambia.