Tarragona: el más votado solo tendrá asegurada la vara de alcalde en un 50%

Pactos obligados. Tras el mandato más accidentado desde la recuperación de la democracia, ERC y PSC se jugarán la alcaldía en las alianzas que puedan tejer tras el 28M

24 mayo 2023 19:32 | Actualizado a 25 mayo 2023 07:00
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Después de la legislatura más compleja que se recuerda en la Plaça de la Font, todo parece indicar que el 28M, lejos de simplificar el panorama, puede dejar aún más dudas e incógnitas que no se resolverán hasta la investidura del mes de junio. Será el broche de oro a un mandato que pasará a la historia como el más accidentado en Tarragona desde la recuperación de la democracia en 1979.

Esta última legislatura ya se inició con suspense, después de que en junio de 2019 un pacto a cuatro permitiera a Pau Ricomà (ERC) dar el sorpasso a Josep Fèlix Ballesteros (PSC), quien por cuarta vez consecutiva había sido el candidato más votado desde que tomara la vara de alcalde en 2007.

Esquerra Republicana accedió por primera vez tras el franquismo a la alcaldía tarraconense y, con nueve integrantes, formó el gobierno más minoritario que ha durado más tiempo en la historia reciente de la ciudad con En Comú Podem, esto sí, con el apoyo externo de CUP y Junts per Tarragona. Inmediatamente después de Santa Tecla de hace cuatro años llegó el temporal Gloria y las jornadas de protestas nocturnas contra la sentencia del Procés. Y ya en marzo de 2020 la Covid hizo acto de presencia con el confinamiento, la paralización de toda actividad y las posteriores restricciones, que se alargaron casi dos años. En medio de todo este panorama, a finales de 2020 trascendieron los contactos para negociar una moción de censura a favor del PSC que avalaban Ciutadans y PP, pero que quedó frenada por el rechazo de Junts per Tarragona.

Este paso aceleró las conversaciones para ampliar el gobierno municipal entre Ricomà (ERC), Dídac Nadal (JxTGN) y Eva Miguel (CUP), en las que inicialmente también estuvo presente Carla Aguilar (ECP) pero que posteriormente se desmarcó. Todo este procesó se alargó durante semanas y se convirtió en un culebrón hasta que se materializó el 15 de junio de 2021, con la firma del acuerdo entre ERC, JxTGN y CUP, al que también se incorporó el edil de ECP Hermán Pinedo, pero sin Aguilar. Esta última abandonó el ejecutivo y provocó una agria crisis con Esquerra que, pocos meses después, comportó que el ejecutivo en minoría se quedara sin presupuesto para 2022. Esto obligó a prorrogar el de 2021, con el agravante de sufrir una inflación disparada de más del 10%.

Por si no fuera poco, a finales de 2020 Tarragona se quedó sin el Pla d’Ordenació Urbanística Municipal (POUM) a raíz de una sentencia del Tribunal Supremo que avalaba de esta forma la demanda de la CLH. En ese momento la ciudad viajó provisional en el tiempo al Plan General de 1984 hasta que, a finales de 2021, entraron en vigor las normas transitorias que regirán la realidad urbanística de Tarragona hasta que se apruebe un nuevo plan.

Con este escenario abierto, llegan las discrepancias: ¿Por dónde debe crecer la ciudad de los próximos años? ERC, En Comú Podem y CUP lo tienen claro: por Ponent, religando el centro y apostando por la rehabilitación, mientras que PSC, Junts, Sí TGN, PP y Ciutadans quieren desarrollar Llevant «de manera sostenible», con la Vall del Llorito como gran objetivo.

Vetos cruzados

Todo este contexto de los últimos cuatro años ha estado muy presente en la campaña electoral que justo mañana llega a su punto y final. Según las encuestas y trackings de las formaciones políticas, serán necesarios dos o tres partidos para poder llegar a la mayoría absoluta de los votos (14). Esta situación, con los vetos cruzados entre CUP y Junts; En Comú Podem y Junts; y Esquerra y PSC dificulta una gobernabilidad que todo parece indicar que será igual de compleja que el último mandato.

De hecho, la única fórmula que podría sumar 14 ediles con solo dos partidos sería un posible acuerdo entre republicanos y socialistas. Sin embargo, el caso Inipro y la reciente polémica por la renovación del contrato de la basura hace inviable, a corto plazo, este posible entendimiento que ya gobernó la ciudad entre 2007 y 2011 con Josep Fèlix Ballesteros (PSC) y Sergi de los Rios (ERC) a la cabeza.

La cita con las urnas, pues, de este domingo solo garantizará en un 50% la vara de alcalde al candidato más votado. A partir de entonces, y durante los veinte siguientes días, se abrirá la segunda vuelta de los comicios, como es la fase de negociación para tejer las posibles alianzas de cara al día decisivo: la investidura del 17 de junio.

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