Salou comenzó su segundo día de Festa Major bajo un agradable sol que se camufló en una gran nube, grisácea y olorosa, que envolvió las calles desde el Teatre Auditori hasta la Torre Vella. El Seguici Festiu se celebró ayer con multitud de público que no quiso perderse el desfile de los elementos culturales de Salou. Niños, jóvenes y adultos disfrutaron de una mañana llena de fuego, pólvora, tradición y bailes en un acto enmarcado en la semana más esperada por los salouenses.
Los Diables Maleïts anunciaron, con el sonido de sus bengalas de fuego y los disparos de los Canons de Salou, la llegada del pasacalles a la Vía Roma, la Vía Aurelia, la calle Pere Martell y a la Torre Vella. Algunos asistentes se tapaban los oídos, otros saltaban al igual que los diablos y las Bruixes ‘Latemó’, pero está claro que todos se quedaron fascinados con la representación de la danza de estos seres mitológicos.
«El Xaloc, el Xaloc» se empezó a escuchar en los gritos de emoción de varios niños que estaban a hombros de sus padres y, desde esa posición privilegiada, veían con antelación lo que se venía. Los pequeños lo conocen bien y, pese a su aspecto y dimensiones, muchos le gritaron que se acercase a ellos para verlo, con gran impresión, más detalladamente.
Igual de emocionada estaba Rosa, salouense de toda la vida, cuando recordó en voz alta las vivencias a lo largo de sus años en las fiestas mayores. «Me gusta que se mantengan las tradiciones del pueblo, lo hemos pasado muy mal durante mucho tiempo y estos momentos son los que merecen la pena». Un hombre se puso sin querer justo enfrente de ella y le tapó la visión del Xaloc, «menos mal que se ha apartado, que no lo veía y eso que es grande» comentó más tranquila.
Le siguió la Morena, la bestia más famosa e impactante del municipio. Aunque parezca que puede atemorizar a los más pequeños, fue la que, con el retumbe de tambores, se encargó de recoger los chupetes de los niños que ya se han mayores.
Todo el mundo aplaudió al ritmo de las grallas y los tambores que tocaron para que los Gegants Manotes, (el Pepot y la Nena), la Gegantona Gralleta y el Gegantó Pantabrut bailasen y animasen a los asistentes a disfrutar de la fiesta. «Hacía años que no veía a los gegants, me lo estoy pasando muy bien» dijo Laura, acompañada por su amiga Anna, de Lleida, que ha venido a vivir la Festa Major, «me está encantando este pasacalles, no me quiero imaginar el día del Cós Blanc».
Los Nanos se acercaron a chocar la mano de los niños, algunos asustados por las singulares cabezas que tienen y otros, que ya los conocían de antes, se atrevieron a darles un abrazo. Acompañados por la Mulassa, precedieron al Ball de Bastons, el Ball d’Espases y el Ball de Panderos en sus maravillosas representaciones.
Una vez llegaron a la Torre Vella, cada grupo hizo un baile de lucimiento ante la expectación de todos los allí presentes. Más fuego, más música y más bailes. El público aplaudió a cada representación, se llegó a escuchar «otro, otro» cuando los Canons dispararon el último petardo y, aunque llevaban más de una hora de fiesta, aún quedaba energía y ganas de que continuase la celebración.
La gente tiene ganas de pasarlo bien y ayer se demostró, una vez más, que los elementos tradicionales de Salou tienen todo el potencial para hacer disfrutar a todos los públicos. La Festa Major solo acaba de empezar y por delante quedan unos días llenos de actos en los que la diversión y la buena compañía está asegurada. Un año más, el Seguici acaba triunfando entre los espectadores y, tal y como dijo Rosa, «cuando toda esta gente sea mayor, como yo, recordarán con cariño estos días».
