Aida Boix Grau, la impulsora del arte y la creación

El Centre d’Art Lo Pati de Amposta ha sido distinguido como el mejor espacio de arte de Catalunya, por la Associació Catalana de Crítica d’Art

13 mayo 2023 21:24 | Actualizado a 14 mayo 2023 07:00
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Volvió a Amposta procedente de Roma para pasar el verano con la familia, pero lo que era una estancia temporal acabó siendo definitiva y lleva ya cerca de seis años como directora de Lo Pati, el centro de artes visuales de la ciudad. Aida Boix Grau (Amposta, 1989) ha sido una de las mujeres más jóvenes (puede que la más joven) en acceder a la dirección de un centro de arte por concurso público en España, con 27 años.

Estudió Historia del Arte porque le apasiona la arquitectura. «Cuando era pequeña creía que quería ser arquitecta, pero luego me di cuenta que lo que me gustaba no era la parte técnica, sino la historia detrás de los edificios». Una tendencia que explica también por cierta influencia de su madre, dedicada a la decoración y diseño de interiores.

A medida que inicia la carrera en la Universitat de Barcelona va descubriendo otros estilos artísticos, otras épocas, aunque el tema de la arquitectura siempre está muy presente en ella. De hecho, es lo que más la motiva para viajar, su principal afición. Siente devoción por ciudades que tienen «cierto punto de decadencia», como Roma, Atenas, Amán o La Habana. Sin duda, uno de los países que más la ha atrapado es Italia, por su inmenso patrimonio. «Poder visitar la villa de la Rotonda o ejemplos del barroco como San Ivo alla Sapienza y San Carlo alle Quattro Fontane», detalla.

Su principal toma de contacto con el arte contemporáneo se da en el MACBA de Barcelona, cuando empieza a trabajar en el departamento de documentación. «Allí también descubro los libros de artista, un formato que me interesa muchísimo».

Y de allí da un salto de ciudad y de época de estudio: se va a Roma, una de sus ciudades favoritas, a los Museos Vaticanos, con una beca de la Unión Europea para proyectos de investigación artística. «Estuve haciendo un estudio sobre Johann Joachim Winckelmann, considerado por muchos el primer historiador del arte; su paso por Italia y el Vaticano y su influencia en los orígenes del museo». De ese trabajo salió una exposición: ‘Winckelmann, Capolavori difussi nei Musei Vaticani’. El catálogo todavía se puede comprar en la tienda del museo.

«Parece un recorrido inconexo, pero para mí, sí que hay una conexión: la investigación artística, los creadores y su lenguaje», concreta.

La llegada al Centre d’Art Lo Pati se da por una mezcla de casualidades y tesón. Al finalizar la beca volvió a casa, con la idea de instalarse de nuevo en Barcelona, pero en Amposta salió una convocatoria del Ayuntamiento para hacer la catalogación del fondo de arte municipal, durante seis meses. Era el año 2016. Después la dirección de Lo Pati quedó vacante y se la ofrecieron de forma interina, mientras se hacía un concurso público al que decidió presentarse, «más por ver como funcionaba que porque creyera que podía ganarlo».

Pero así fue y en diciembre de 2017 se puso al frente del centro de artes visuales ya con plaza fija. «En ese momento, inconscientemente, me pongo muchas trabas a mi misma, un nivel de exigencia muy elevado». Lo ha comentado con colegas, y es una constante en muchas mujeres con cargos similares. «Ser mujer, joven y en un centro territorial. Un triple estigma autoimpuesto. Demostrar que como mujer podía, como joven podía, y que desde el territorio se podía hacer una programación de calidad que llegara a nivel nacional», comenta.

¡Y tanto que pudo! Seis años después, el Centre d’Art Lo Pati ha pasado de tener 5.000 a 17.000 visitantes anuales.

Recientemente han recibido el premio a mejor espacio de arte que otorga la Associació Catalana de Crítica d’Art. «Solo la nominación ya fue para nosotros un premio, que se reconozca todo el esfuerzo que hay detrás de un proyecto como éste, pero imagínate ganar». Y es que se trata de un proyecto que la apasiona, «pero tiene un desgaste personal y profesional, porque es complicado y hay pocos recursos, y hace que te tengas que entregar en cuerpo y alma prácticamente los 365 días del año». En este sentido, el reconocimiento fue «un chute de energía en un momento en que lo necesitaba a nivel personal», reconoce.

Lo Pati, especializado en arte y paisaje, trabaja con artistas nacionales, internacionales y también del territorio, en especial emergentes. Así, la próxima exposición, en junio, estará dedicada a jóvenes artistas de las Terres de l’Ebre que han recuperado la pintura como corriente artística.

Entre las iniciativas para aproximar el arte contemporáneo y las artes visuales cada vez a más públicos, Boix destaca el proyecto de la fachada del edificio, en la plaza Mari Chordá, que se alza de facto como segunda sala expositiva. «Los proyectos van cambiando cada dos meses. Ahora hay una obra de Xavi Bou sobre el vuelo de estorninos y a partir del día 21 de mayo uno del artista de Hong Kong Dirk Koy», explica. «La gente que va por la calle puede disfrutar de arte sin entrar en el centro, aunque nuestro objetivo final es que les interese y acaben entrando», reconoce.

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