En el Castell de Siurana, el Festival Terrer Priorat inaugurará mañana, 29 de julio, su séptima edición. Lo hará con un concierto doble, empezando por el músico Guillem Roma (20 h) y continuando con la cantautora Judit Neddermann (22 h), maridados con una cena de la DOP Siurana y cata de vinos de bodegas de Cornudella de Montsant. Una velada única en la que Judit Neddermann presentará su quinto disco en solitario, LAR.
¿Con qué emociones presentará mañana ‘LAR’, cuya esencia es el retorno al hogar?
Estoy muy ilusionada. Cada presentación del disco tiene un formato distinto, algunos conciertos son con la banda completa, otros en formato dúo y otros como trío, con los coristas, Nacho Melús y Nerea Pozo, y yo a la voz y la guitarra. Ahora, hace tiempo que no ofrecemos este formato que recuerda al gospel por las armonías de las tres voces. Entonces, estoy contenta de reencontrarme con Nacho y Nerea en un lugar tan bonito como el Castell de Siurana.
¿Qué tan importante es el escenario?
Siempre es inspirador tocar en lugares tan potentes porque el espacio y su energía me influyen. Entonces, cuando te contagias de lo que ves y de la belleza que te rodea, cada actuación es especial.
Comparte cartel con Guillem Roma.
También me hace mucha ilusión porque somos muy buenos amigos.
‘LAR’ respira, por un lado, calma, y, por otro lado, alegría. ¿Es lo que se propuso cuando empezó a componer?
Nunca me planteo el sentido de un disco antes de hacerlo, es decir, vivo la vida y las canciones surgen a partir de las experiencias vividas, ya que lo que vivo me inspira mucho a la hora de crear. Entonces, cuando tengo un cierto número de canciones, las ordeno y las grabamos, y es después cuando me doy cuenta del momento en el que estoy. En el caso de LAR me di cuenta de que era un disco de celebración y para conectar con aquellas cosas que me hacen feliz, así como de aceptar aquellas otras que no salen como uno espera. Un ejemplo es la pandemia que resultó ser un aprendizaje e hizo que me resituara y entendiera que el día a día es muy valioso. Por todo ello, vale la pena estar presente, celebrar la vida y las pequeñas cosas y andar hacia donde deseas. Entonces, todas las emociones que respira el disco me recordaron a mi hogar, como una manera de sentirme tranquila y a gusto, y vivir como quiero.
«Tanto si siento amor como cuando hago música, la sensación en el pecho es la misma, abro mi corazón para compartir lo más profundo de mi ser»
‘Lar’ significa hogar en castellano y portugués.
Sí, por ello sigo apostando por el multilingüismo en mis canciones. En el disco hay temas en catalán, castellano, portugués y hebreo. Es una investigación que sigo haciendo y que me gusta.
Una pluralidad que se ve reflejada en los diferentes estilos musicales.
Con los productores Arnau Figueres y Pau Figueres, hemos hecho los arreglos musicales sin complejos. Yo les enseño las canciones y después a los tres nos surge la necesidad de mezclar influencias brasileras, world music, folklore, percusión... Es verdad que en muchas ocasiones nos quedamos con un sonido acústico porque las propias canciones, por ejemplo, exigen la guitarra española, la forma en la que Adri González borda los teclados, etc. En cualquier caso, siempre buscamos el sonido natural de los instrumentos.
Suma la colaboración de Noa (Israel), Eliseo Parra (España) y Dani Black (Brasil).
Me hacía ilusión invitar a artistas que admiro para enriquecer el disco. Cuando dejas entrar otras voces crece el placer de escuchar música. Me siento afortunada de colaborar con Eliseo Parra a través de la canción La llave de la alegría; también ha sido emocionante contar con Dani Black, porque soy fan suya; por último, Noa es una mujer espectacular que ha tenido una carrera honesta e inspiradora, y para mí es un referente de cómo desarrollarse como artista. Tenerla en el disco cantando en hebreo es un privilegio.
Para usted, ¿cuál es la llave de la alegría?
El amor porque abre el corazón y entonces la alegría regresa.
Y la música, ¿qué papel juega?
Cuando hago música conecto con la certeza de que el amor es lo más preciado que tenemos. Entonces, tanto si siento amor como cuando hago música, la sensación en el pecho es la misma, abro mi corazón para compartir lo más profundo de mi ser.
