Pablo Alborán: «Cuando subo al escenario debo estar un paso por delante de mis metas»

El artista andaluz visita de nuevo Tarragona para actuar, este sábado, en la Tarraco Arena y presentar su sexto álbum, ‘La cuarta hoja’

29 junio 2023 08:00 | Actualizado a 29 junio 2023 15:57
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El artista Pablo Alborán, una de las figuras del cartel del Tarragona Music Festival, actuará este sábado, 1 de julio, en la San Miguel Tarraco Arena. Esta vez, visitará la ciudad con la gira La Cuarta Hoja 2023. El pasado mes de diciembre el cantante andaluz publicó su sexto álbum La cuarta hoja. La primera canción fue Carretera y manta, todo un éxito y uno de los temas más radiados y escuchados en las plataformas digitales. Además, La cuarta hoja ha ido descubriendo al público grandes colaboraciones: María Becerra en Amigos; Carín León en Viaje a ningún lado; o Ana Mena en Ave de paso. En palabras de Pablo Alborán, este álbum es muy positivo: «Este disco es para disfrutarlo y cantarlo a pleno pulmón».

Después de arrancar la gira el pasado mes de mayo, ¿con qué vibraciones visitará Tarragona?

Cada vez que vengo a Tarragona es una pasada. El público es espectacular y me transmite un cariño brutal. Por ello, mis expectativas son que la gente disfrute, durante las dos horas que durará el concierto, y que también se olvide de los problemas, es decir, que el concierto sea para cada persona una especie de viaje en el que pasen muchas cosas. Además, quiero que cada uno de los conciertos de La Cuarta Hoja 2023 sea un espectáculo dual, entre la anterior gira por teatros -más íntima y espontánea en la que estaba más cerca del público- y el propio espectáculo y escenografía, es decir, la oportunidad de compartir la experiencia con todos los músicos que me acompañan encima del escenario.

¿Qué valores busca en quienes le acompañan durante las giras?

Siempre he tenido la suerte de estar rodeado de músicos que no dejan de estudiar, de prepararse, de investigar... Son profesionales de toda la vida, a quienes les gusta experimentar cosas nuevas con instrumentos diferentes... Por ejemplo, el guitarrista Lolo Álvarez es un tipazo como persona, que sigue investigando y que, como sus compañeros, nunca se rinde. Es algo que he aprendido de ellos. Por otro lado, también es fundamental la empatía, porque cuando pasas tantas horas juntos y compartes tantos viajes, es importante ponerse en la piel del otro para que haya una buena convivencia y generosidad. Sin embargo, no todos los días son buenos, pero cuando subimos al escenario el respeto al trabajo del otro y al público es fundamental. Así que valoro estar rodeado de buenas personas, con su personalidad e imperfecciones, pero que nos cuidamos los unos de los otros.

«La música tiene un efecto terapéutico y da igual el género musical»

¿Por qué es importante seguir aprendiendo y formarse para dar lo mejor en el escenario?

Porque respeto mucho a quien compra una entrada y viene a un concierto, ya que está apostando por mí. Aunque hayan pasado doce años desde que empecé, sigo pensando que el público se merece mi mejor versión. Entonces, cuando subo al escenario, no es suficiente con mostrar lo que ya sé hacer, sino que debo estar siempre, o intentarlo, un paso por delante de mis metas, es decir, intentar superarme a mí mismo.

¿Qué hace en este sentido?

Estoy estudiando guitarra eléctrica porque nunca la había tocado en mi vida, porque soy de guitarra española. Así que me paso ocho horas diarias con la guitarra y el piano, analizando bien los arreglos para intentar llegar al público y emocionarle. Entonces, es muy importante pensar siempre en el público al que debes sorprender y espera que des la talla.

Como dice en sus canciones, hay que lanzarse a la piscina, porque al final el peor enemigo es uno mismo.

Siempre hay que lanzarse a la piscina porque tanto yo como todo el equipo somos muy exigentes, además de la propia industria de la música y, sobre todo, el público. Está bien conformarse a veces, porque no somos Superman ni Superwoman, pero también hay que salir de nuestra zona de confort y darnos caña en el buen sentido. Es una experiencia que suele ser divertida, y cuando todo sale bien es muy gratificante.

El disco ‘La cuarta hoja’ es un llamamiento a vivir el momento y el presente. ¿Qué hace en su día a día para tener esta consciencia?

Como todo el mundo, tengo mis días buenos y malos, me pasan cosas maravillosas y otras no tanto. En cualquier caso, intento buscar el lado bueno y sano de las cosas, es decir, sacar jugo tanto a lo bueno como a lo malo, porque de lo contrario te puedes amargar fácilmente. El ser humano es así, es decir, da igual lo bien o lo mal que nos vaya, somos especialistas en amargarnos todos los días. Tampoco soporto a la gente que está todo el día feliz, porque no me lo creo. Ahora bien, es imprescindible tener gente en la que apoyarte, tanto en lo personal como en lo profesional.

En el disco también habla de las historias de los demás.

Es un disco muy vitalista gracias al público porque ha surgido de la gira por los teatros, donde estaba con mi guitarra y un piano a solas. De lo contrario, no hubiera podido hacer este disco, que es positivo gracias al contacto con la gente.

En la canción ‘Ave de paso’, junto a Ana Mena, dice que «prefiero ser ave de paso, Sobrevolar el cielo antes del ocaso; Que mendigar amor donde no hay corazón». ¿Por qué no hay que mendigar amor?

Quien te quiera genial y quien no, hay que estar el menor tiempo posible sufriendo. Por esta razón, primero debemos cuidarnos y querernos a nosotros mismos, ya que de lo contrario difícilmente sabremos querer a otra persona.

«Respeto mucho a quien compra una entrada y viene a un concierto, ya que está apostando por mí»

¿Las canciones nos pueden ayudar a curar heridas?

Sí, la música tiene un efecto terapéutico y da igual el género musical. Yo he bailado electrónica y me he desahogado en la pista de baile. Lo que te cura es la música que conecta con tus emociones.

Artísticamente, se alimenta de muchas colaboraciones.

Sí, lo que me ha permitido aprender muchísimo. Vivimos una época en la que todo va muy rápido, y componer con otros artistas permite que haya una mezcla de estilos que nos ayuda a no catalogarnos ni obsesionarnos con un género musical u otro. Esto hace que te des cuenta de que la música no tiene límites y de que artísticamente puedes ser muchas cosas, no solo lo que el resto te diga.

«Valoro estar rodeado de buenas personas, cada uno con su personalidad e imperfecciones, pero que nos cuidamos los unos de los otros»

¿Las etiquetas no ayudan?

Todos etiquetamos, y yo el primero. Pero más que etiquetar hablaría de identificar y necesitamos hacerlo porque es algo natural en el ser humano. Entiendo que la gente te catalogue o te identifique con un estilo u otro, pero a la hora de crear intento no tener prejuicios, porque es desperdiciar la oportunidad de conocer otras cosas. Por ejemplo, para mí el reggaetón son muchas cosas, he escuchado canciones que emocionan, otras me hacen bailar, o temas que no me gusta la letra; y lo mismo con las baladas, el rock, etc. Lo importante es que, a pesar de que nos identifiquemos con un género musical u otro, esta catalogación no sea un impedimento para experimentar o colaborar con un artista u otro.

Viajar ayuda a desprenderse de los prejuicios.

Totalmente, has dado en el clavo. Salir de casa y viajar a otros países es importantísimo para darte cuenta de que tu cultura está bien, pero que hay otras que son que te mueres y que beben las unas de las otras, es decir, hay una mezcla de raíces que hace que tú seas quien eres. Ni más ni menos, mi madre es francesa nacida en Marruecos, mi padre malagueño y mis abuelos franceses nacidos en Alicante. Hay una mezcla en mi vida que también he podido experimentar viajando. Creo que es importante ser conscientes que no somos el ombligo del mundo y que la música son muchas cosas en la vida.

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