Tras un 2021 francamente bueno donde la industria juguetera notó de forma positiva las ganas de la gente de sacudirse de encima la crisis pandémica -sus ventas en España crecieron un 5% hasta facturar casi 1.000 millones de euros-, este 2022 está marcado de forma negativa por la fuerte subida de precios a nivel generalizado en toda Europa.
Tanto que diferentes expertos, incluso las propias empresas jugueteras, creen que se puede producir una imagen algo irrealista. Y es que por mor del encarecimiento acumulado de los productos -la inflación media cerró noviembre en el 6,8%, el segundo dato más moderado de un año en el que su tasa llegó a rozar el 11% en julio-, en términos cuantitativos el consumo de juguetes a nivel nacional puede crecer hasta cifras de hace una década, con unas ventas cercanas a 1.190 millones de euros que serían casi la cifra de 2011.
Eso en términos de facturación, con un crecimiento anual que la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ) prevé más próximo al 2% que al 3%, es decir, menos de la mitad que la inflación. Sin embargo, en número de unidades se teme incluso un descenso cercano al 1%, quizá algo menos según vaya la campaña navideña, clave para el sector. Desde finales de diciembre a mediados de enero (con las devoluciones de los Reyes Magos) se juegan el 70% de su negocio anual, solo en las tres últimas semanas de diciembre casi el 50% y en la primera de enero el 10%.
Con esta presión sobre los hombros no es extraño que desde los fabricantes se reconozca que «la inflación es un asunto que preocupa mucho al sector, porque los juguetes son un producto de alta estacionalidad y con mucha sensibilidad a los precios». Así lo afirma Marta Salmón, presidenta de la AEFJ, quien destaca que han hecho «un esfuerzo muy importante por contener costes y reducir márgenes para mantener un precio más asequible» que el IPC. En la asociación estiman un encarecimiento medio del 4% en sus productos, aunque otras fuentes de la industria admiten que podría acercarse al final al 6%.
En todo caso, desde la consultora NPD Group España, una de las que mejor conoce la industria del juguete, restan algo de peso al problema. «Pensamos que la evolución de los precios no será tan determinante como en otros sectores», afirma su director, Fernando Pérez, quien apunta un dato llamativo: «lo que mejor está yendo» son los productos que cuestan entre 30 y 50 euros, mientras que los que «muestran peor comportamiento» son los situados por debajo de 10 euros «Los padres nos esforzaremos en compensar a los más pequeños este año tan duro y disfrutar las primeras Navidades sin rigores pandémicos», señala el profesor Eduardo Irastorza.
