El día 30 de marzo de 2014 la sala del sarcófago de Hipólito ubicada en la Torre del Pretorio Romano de Tarragona fue testigo de la puesta en escena por parte de CIU y el PSC de lo que en política llamamos «vender humo». Entonces esos partidos anunciaron a bombo y platillo, como si ya fuese un hecho consumado, que tras el acuerdo alcanzado entre ambas formaciones el macro complejo de ocio al que denominaron BCN World, renunciando a nuestra propia identidad, sería una realidad. Entonces esos partidos, ante un evento que se asemejó más a un acto de campaña que a cualquier otra cosa, anunciaron miles de puesto de trabajo.
Y por desgracia, desde entonces hasta ahora, todo ha cambiado: El grupo inversor Veremonte, promotor de BCN World, anunció en diciembre de 2014 que renunciaba a ejercer la opción de compra sobre los terrenos de La Caixa donde debía edificarse el complejo de ocio, y en ese momento, la Generalitat de Cataluña, ante la evidencia de un fracaso político, anunció que había pactado con la citada entidad bancaria una opción de compra de 18 meses, con el fin de dejar claro que la ‘alternativa catalana’ a Eurovegas no fracasaría.
El plan director urbanístico no estará aprobado hasta mediados de año, si es que lo está, porque con los últimos cambios introducidos en el mismo se permitirá la construcción de viviendas en esos terrenos, un factor que ya ha generado que el PSC manifieste públicamente su oposición, diciendo que dejarán de dar apoyo al proyecto si siguen adelante con los usos residenciales. Y por si no tuviésemos suficiente con todo eso, el President de la Generalitat, actuando con una irresponsabilidad supina, antepone sus intereses partidistas y convoca las terceras elecciones autonómicas en un período de 5 años.
Desde el PP de Salou siempre hemos pensado que para defender los intereses de Salou se debía trabajar para que existiese el mayor consenso posible en un proyecto de las características de BCN World, una reivindicación que siempre ha estado encima de la mesa por parte de las entidades sociales y económicas del territorio, pero por desgracia el nacionalismo ha podido con la “seny” y CIU prefirió llegar a acuerdos de exclusión.Hoy todo está en el aire. Hoy el macro proyecto no tiene nombre. Hoy no tenemos la certeza de si el plan director saldrá adelante. Hoy queremos ser prudentes, y mantenemos la esperanza de que lo que se inició como una oportunidad única para nuestra provincia, Tarragona, y para nuestro municipio, Salou, acabe siendo una realidad.
