El maltrato de la banca al comercio de proximidad

21 marzo 2023 19:26 | Actualizado a 22 marzo 2023 07:00
Florenci Nieto
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Hace ya mucho tiempo que venimos hablando del maltrato que reciben las personas mayores por parte de las entidades financieras, es decir, los Bancos y las Cajas de Ahorro tanto en Tarragona y provincia como en el resto de Cataluña y del Estado, pero, ¿qué ocurre con la calidad del servicio que ofrecen a los empresarios del comercio urbano y de las pymes en general, es decir, al 98,9% del tejido empresarial productivo de Cataluña?

Pues actúan exactamente igual: cuando un comercio de proximidad precisa cambio para poder atender a sus clientes, no puede ir directamente a su oficina bancaria, ya que debe solicitar primero cita previa. Y una vez les facilitan día y hora para ir a recoger la cantidad solicitada de cambio, la entidad financiera le da el cambio que le interesa, y difícilmente coincide con el solicitado. Eso sí, nunca se olvidan de cobrar los gastos derivados por la gestión.

Cuando un comercio precisa cambio para sus clientes, no puede ir a su oficina bancaria, ya que debe solicitar primero cita previa

Ya hace tiempo que algunos comercios de la ciudad, como la farmacia María Font Quer Pellicer, después de estudiar alternativas más flexibles y económicas, tuvo la brillante idea de llegar a un buen acuerdo con la parroquia del barrio. La parroquia le pide a la farmacia la cantidad en billetes de las monedas recaudadas en las celebraciones religiosas, y la parroquia le da el equivalente en monedas a la farmacia.

De esta manera, agilizan la disponibilidad frecuente de cambio y evitan también enfadar y molestar a la Banca.

¿Qué ocurre cuando se produce la misma operación, pero a la inversa? Es decir, cuando el comercio debe ingresar un exceso de monedas y billetes. Igualmente, debe solicitar cita previa, llevar el cambio contado y anotado, utilizando para ello las máquinas contadoras de monedas, y cuando la oficina bancaria ha recogido el cambio, y siempre pasados unos días, aun con cita previa, ingresan en la cuenta corriente del comercio, en muchas ocasiones, una cantidad distinta a la que el comercio llevó al banco anotada.

¡Qué sorpresa! ¿El motivo? La cantidad ingresada es la real y, evidentemente, vuelven a cobrar los gastos por la gestión. Increíble, ¿verdad? ¿Y por qué las entidades financieras trabajan así en nuestro país? Pues el motivo es muy sencillo, actúan con absoluta permisibilidad política, solo les interesa que los empresarios de las pymes les lleven su dinero y que les dejen tranquilos. Y, sobre todo, que no molesten. Quieren que todo el mundo opere online y que utilice las tarjetas de crédito, domiciliar todos los pagos para poder cobrar las comisiones por la gestión y, si se necesita de cash, que se acuda a los cajeros. Y de esta manera no tienen que atendernos en la entidad.

Quieren que todo el mundo opere online y domiciliar todos los pagos para poder cobrar las comisiones por la gestión

Hace tiempo que se está presionando para eliminar las monedas de 1 y 2 céntimos de euro, pero la estadística nos dice que por cada ciudadano de la UE (447 millones en el año 2021) hay unas 140 monedas de 1 y 2 céntimos de euro.

No las podemos utilizar para comprar en la máquina de café ni para pagar el parquímetro y lo más probable es que si te encuentras alguna en la calle no te agaches para recogerla. Puede parecer incongruente, pero el coste de fabricación y distribución de las monedas de 1 o 2 céntimos es mayor que el de su propio valor facial. Según los cálculos de la Comisión Europea, su producción desde 2002 ha generado unas pérdidas acumuladas a los Estados miembros de alrededor de 1,4 billones de euros. Increíble, ¿no?

Producir y poner en circulación estas monedas también tiene un elevado coste ambiental. Para su fabricación se emplea principalmente acero, cobre, agua y productos químicos, además de otros materiales como el plástico o el papel para el embalaje. Desde 2002 se han puesto en circulación alrededor de 46.000 millones de unidades que suman más de 7.000 toneladas de cobre con el que se podría equipar 260.000 viviendas con tuberías para agua potable o 230.000 hogares con instalaciones eléctricas, según un estudio elaborado por CEDIC (Centro Español de Información del Cobre).

Hoy en día, desde la Comisión no contemplan retirar de la circulación las monedas de 1 y 2 céntimos, que seguirán siendo de curso legal, y cualquier tienda estará autorizada a aceptarlas. Pero proponen tres posibles escenarios: mantener la situación actual, poco probable, pero posible; seguir acuñándolas, pero a un coste más reducido, o bien dejar de emitirlas, permitiendo que se sigan utilizando.

Por cierto, ¿ustedes se imaginan lo que podría ocurrir si algún día desembarca en Tarragona o en algún lugar de Cataluña un Banco con ganas de trabajar, atendiendo con ganas y buen servicio a los empresarios del comercio urbano y a las pymes, sin necesidad de solicitar cita previa? Ahí lo dejo.

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